Han pasado aproximadamente dos horas desde que llegamos a la feria. Después de llamar a Faith y encontrarme con ella, procedimos a subirnos en algunos juegos mecánicos.Y por primera vez en mucho tiempo, me sentí normal.
Me sentí normal, tranquila, por primera vez, mis demonios estaban en paz.
Pero el sentimiento no duro mucho. La sensación de estar siendo observada me embargo con una fuerza indescriptible.
Hace no más de veinte minutos que he estado mirando a todos lados tratando de buscar el causante de dicha molestia.
"Nadie te está observando..." "Deja la paranoia..."
Grita la voz en mi cabeza y un escalofrío me recorre de pies a cabeza porque sé que esto no lo estoy causando yo. Tome mi medicamento antes de salir de casa. Esta vez la sensación no es elaborada por mi mente.
—¿Te encuentras bien?— la voz de Ranger me saca de mis pensamientos.
Asiento repetidamente porque no confío en mi voz para hablar.
—Te ves nerviosa y un poco distraída.
—Solo quede un poco mareada por la montaña rusa— miento.
Intento esbozar una sonrisa pero resulta más tensa de lo que debería.
Trevor y Faith insisten en que vaya con ellos a otra montaña rusa, pero me niego argumentando que estoy mareada. Ellos terminan por aceptar con aire resignado.
—Voy por unos Hot Dogs. ¿Vienes?— indaga Ranger.
Asiento débilmente.
Mientras Ranger se encuentra pidiendo nuestra comida. Me permito darle una vista panorámica a el lugar, ya que, la incomodidad de una mirada puesta en mi, no cesa.
Mi vista pasa de las personas hablando y jugando en los puestos de feria a la rueda de la fortuna que se encuentra diagonal a mi. Es fugaz, casi imperceptible. Pero por una fracción de segundo, lo veo. Recostado en una de las carpas de los puestos de feria. La intensidad en su mirada no pasa desapercibida. Esos ojos, esa figura. Tardaría menos de lo que puedo imaginar en reconocerlo.
Hay un destello de algo en su mirada. ¿Advertencia? ¿Preocupación?
Entrecierro mis ojos para tener una vista mejor, en lo que pasan un grupo de niños, los cuales me impiden visualizar a la figura causante de mi incomodidad.
Me alzo en las puntas de mis pies para poder localizarlo, pero no logro mi objetivo. Para cuando el grupo de niños desaparece de mi campo de visión. Él ya no está. Camino a paso decidido hacia el lugar donde creo haberlo visto. Paso entre empujones por la cantidad masiva de gente que se encuentra en el lugar.
Escucho mi nombre a lo lejos, pero no volteo. Sé que es Ranger llamándome.
Cuando llego al reducido espacio donde lo vi recostado, mi paso ralentiza. Camino con cautela hasta llegar a la parte trasera de la carpa y me permito mirar hacia todos lados. No está. No está en ningún lado.
Yo lo vi. Juro por lo más sagrado que tengo que lo vi.
—¿Deuce?
Mi voz pende de un hilo y no puedo dejar de repetir en mi mente la imaginen de Deuce mirándome con intensidad. Mi teléfono celular vibra en mi bolsillo por lo que doy un respingo y me apuro a buscarlo.
Cuando saco el aparato me dispongo a desbloquearlo para leer el mensaje de un "número desconocido" que me ha llegado.
Aléjate de él

ESTÁS LEYENDO
Storm
RomansaNo creas en todo lo que ves, recuerda que la sal también parece azúcar. Tampoco comas todo lo que luzca bien, así es como te envenenas. Hazel Storm y Ranger Thompson. Chica buena e ingenua. Chico problemático. ¿Típico cliché no? Pero Hazel no es...