Storm

Capítulo veintiuno

—¿André?

Al escuchar mi voz, volteó desconcertado.

—¿Hazel?—pregunta —¡Hola!—me saluda con un beso en la mejilla.

—¿Qué haces aquí?— cuestiono confundida.

—Hace unas semanas nos anunciaron que tendríamos un partido en Seattle y el capitán de el equipo decidió que pasaríamos unos días aquí.

Asiento un poco sorprendida.

Pero de pronto me doy cuenta.

—Si el equipo de baloncesto está aquí....¡Entonces Seth también!—chillo.

Giro mi cabeza de forma brusca buscando con mi mirada por toda la estancia.

A unos metros de mi logro ver a Seth conversando con otro miembro de el equipo.

—¡Seth!—grito al compás en el que corro frenéticamente hacia el.

Seth solo tuvo unos tres segundos para reaccionar antes de que me lanzara sobre él.

Por suerte él está en buena forma, de lo contrario, hubiéramos caído al piso brutalmente.

—¡Mi bebe!— dice entre risas.

Ya han pasado cuatro meses y medio desde que dejé Denver. He hablado muy poco con Seth, por lo que, la alegría que siento al verlo es indescriptible.

Personalmente no soy cariñosa con nadie, pero Seth es la única persona que siempre estuvo para mi.

Pasan unos segundos antes de que Seth me suelte para colocarme de nuevo en el suelo.

—¡Te extrañe tanto!—digo.

—¡Y yo a ti!

—¡¿Por qué nunca mencionaste que venías!?—le reclamo.

—Se supone que no iba a venir, pero André— apunta con su dedo hacia donde este se encuentra—Me convenció a último minuto.

Volteo a ver hacia donde André se encuentra y me sorprendo al ver que Ranger está a su lado con el ceño fruncido y una mirada cargada de desprecio y molestia.

Aún me cuestiono que hacia Ranger hablando con André.

Meneo mi cabeza despojándome de pensamientos que tengan que ver con Ranger, puesto que Seth está aquí, lo menos que quiero es que mi mente me esté jugando malas pasadas con respecto al rubio.

—¿Quién es ese?— me susurra Seth.

—¿Quién?

—Él que me está mirando como si me quisiera asesinar.

Giro mi cabeza hacia los lados y logro ver a Ranger mirando a Seth con desprecio.

—Se llama Ranger— digo entre un suspiro.

—¡Oh! ¡Ya lo entiendo todo!— dice mientras da saltos de emoción.

—¡Seth!— le reprocho.

—Hazel tiene novio, Hazel tiene novio— canturrea de forma infantil.

—Shh— lo empujo de forma juguetona.          —¡No somos nada!

Seth estaba apunto de responder cuando Faith se aparece a mi lado.

Seth, al verla , frunció su ceño en confusión.

—Seth, ella es Faith, vamos juntas al instituto—digo señalando a la pelinegra.

—Mucho gusto— dice Faith con cierta incomodidad.