Siento mis mejillas arder y bajo la cabeza.
—Vinotinto.
—¿Ah?
—Mi color favorito es el vinotinto, ¿cuál es el tuyo?
—Gris, pero para ser específico, el de tus ojos.
Rio por lo bajo.
Esto está raro, Ranger está raro, no sé que está pasando ni porque está actuando así. De un día a otro es la persona más romántica que he conocido.
—¿Te gusta montar bicicleta?—pregunta— A unos kilómetros de aquí hay unas montañas que son fantásticas para recorrerlas en bicicleta.
—N-no sé manejar bicicleta— balbuceo.
Él deja de remar y me mira con diversión.
—¿No sabes manejar bicicleta?
—No— digo apenada.
Ranger suelta una carcajada fuerte y hace que la canoa se mueva de lado a lado.
—¡No te rías!
—Yo te voy a enseñar, la próxima semana vamos a ir, y te voy a enseñar.
Lo miro con los ojos entrecerrados y con una sonrisa formándose en mis labios.
A pocos metros puedo escuchar el agua chocar, así que supuse que era la cascada. Minutos después llegamos al lugar que tanto había mencionado el rubio a mi lado.
—Aquí es— dice con una sonrisa plasmada en su cara.
—Es precioso— digo con sensatez.
No es una cascada tan alta, pero si lo suficiente como para sorprenderte, hay todo tipo de rocas a su alrededor y el agua es mucho más cristalina que en la parte dónde estuvimos hace unos momentos.
Ranger mete su mano en el agua y salpica un poco hacia mi.
—¡No!—grito.
Lo vuelve a hacer.
—¡Ranger, está fría!
El ríe con fuerza y yo copio su acción y le salpico agua. Él abre la boca con indignación y empieza a mover la canoa de lado a lado.
—No te atrevas.
—¿Te da miedo caerte?— dice mientras mueve con más fuerza la canoa.
—¡Ranger no!—digo asustada—¡Basta!
—Aguanta la respiración Hazelnut— dice al compás que mueve la canoa con tanta fuerza que esta pierde el equilibrio y se voltea.
Un grito ahogado es lo único que se escucha cuando caemos al agua. Salgo a la superficie agarrándome de la canoa y maldiciendo a Ranger. Agradezco haber dejado el teléfono en el muelle.
—Seguro hay cocodrilos aquí—dice burlón.
—¡Ranger!— chillo.
Siento algo agarrarme la pierna derecha y grito con efusividad. Ranger ríe aún más fuerte y se sumerge, no sin antes darme una mirada maliciosa.
—¡No Ranger! ¡no!— empiezo a mover las piernas con rapidez para que él no pueda agarrarme. Pero aún así siento sus manos pellizcando mis piernas.
Chillo cuando aparece al frente de mí de forma brusca. Agarra mis piernas y las coloca alrededor de su cintura y por instinto rodeo mis brazos en su cuello.
—Yo te tengo— dice mientras acerca su cara a la mía.
Cuando estamos apunto de besarnos una de sus manos me pellizca la pierna mientras él hace un ruido escalofriante con su boca.
—¡Ranger!
Entonces deposita un beso en la comisura de mis labios. Que después se convierten en dos besos y luego en tres y así sucesivamente.
Ranger acomoda la canoa para que quede en su posición correcta y me ayuda a subirme, para luego subirse él. Se quita la camisa y yo me quedo viendo más de lo que debería. Este hombre está esculpido por los dioses, si es que él ya no es uno.
—¿Te gusta lo que ves?
—Pues no estás feo.
El coloca su camisa enrollada en la punta de la canoa y se recuesta con las manos atrás de su cabeza. Y esa imagen de él, con el sol pegándole en los abdominales y sus brazos flexionados, es lo mejor que he visto en toda mi vida.
—Ven— dice.
—¿Ah?
Se levanta ligeramente y me coge por los brazos hasta quedar acostada con la cabeza en su pecho. Junto mis manos, las coloco por debajo de mi barbilla y lo miro directamente.
—¿Qué quieres estudiar cuando seas mayor?— le pregunto.
—Quiero ser ingeniero espacial, quiero construir cohetes e ir al espacio. Quiero estudiar el universo y las estrellas.
Su sonrisa era tan grande y genuina que era contagiosa, verlo hablar de lo que le gustaba con ese brillo en sus ojos era una de las cosas más lindas que he podido admirar.
—Eso es increíble.
—¿Tú que quieres estudiar?
—Cualquier cosa que quiera estudiar queda corto al lado de ti. Pero, quiero estudiar criminología y todo lo que tiene que ver con eso, ciencia criminal, psicología criminal, etc . Quiero trabajar en el FBI, como agente interna. Quiero poder salvar a las personas antes que sea demasiado tarde.
—Estoy seguro que serías la mejor agente que el FBI podría tener— dice.
—Mmhmm señor adulador.
—Solo digo la verdad—se encoge de hombros.
—¿Qué es lo mejor que te ha pasado?—pregunto.
—No lo sé, tal vez lo mejor aún no me ha pasado.
—¿Cuándo es tu cumpleaños?— me pregunta.
—En dos semanas.
—¿Dos semanas?¿Por qué no me habías dicho nada?
—Tú nunca preguntaste— digo—¿Cuándo es el tuyo?
—El 4 de abril—dice— Pero, ¿piensas hacer algo en tu cumpleaños?
—No creo que haga algo muy grande, las únicas personas que quisiera que pasaran mi cumpleaños conmigo son Faith, mi mamá, Seth y Pepper.
—¿Y yo?— dice haciendo un puchero.
—Eso depende de si te portas bien o no.
Y ahí, recostada en su pecho, mirándolo a los ojos, hablando de cosas sin sentido y descubriendo cosas nuevas de el otro, me di cuenta, estaba tan claro como el agua y por eso me di cuenta.
Estaba enamorada de Ranger.

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Storm
RomanceNo creas en todo lo que ves, recuerda que la sal también parece azúcar. Tampoco comas todo lo que luzca bien, así es como te envenenas. Hazel Storm y Ranger Thompson. Chica buena e ingenua. Chico problemático. ¿Típico cliché no? Pero Hazel no es...