RANGER
Rocé las yemas de mis dedos con el collar que estaba colocado en el mostrador de la joyería.
—Es bastante lujoso— dice Trevor a mi lado.
—No le va a gustar— afirmo.
—¿Y qué le vas a regalar entonces?
—Un collar— digo—. Pero no este.
—¿Y cuál?
—Disculpe,—hablo para la señora detrás del mostrador—. ¿Aquí hacen collares personalizados?
—Sí, pero se tiene que ordenar con tres días de antelación.
—Su cumpleaños es en cuatro días, así que estamos a tiempo— digo.
—¿Y cómo se supone que lo vas a personalizar genio?— pregunta Trevor.
—Ya lo verás.
Después de haberle dado indicaciones detalladas y específicas a la chica, sobre cómo quería el collar, Trevor y yo caminamos en dirección a la tienda donde se encontraban Hazel y Faith.
—Ahí están— dice Trevor señalando un establecimiento.
Giro mi cabeza y veo a Hazel a través del vidrio, probándose unas gafas de sol, mientras hace todo tipo de muecas hacia Faith. Luego las dos estallan a carcajadas y las comisuras de mi boca se alzan.
Que bonita se ve cuando sonríe.
—¡Me encanta el amor!— chilla Trevor.
—No sé de qué hablas.
—Claro, por eso estabas sonriendo como estúpido mientras la veías— dice sarcástico.
—Mejor cállate y vamos.
Entramos al local y el sonido de una campana avisa nuestra llegada. Las dos chicas voltean hacia nosotros y esbozan sonrisas de complicidad.
—Señoritas— dice Trevor agachando la cabeza en forma de saludo.
—Diva— habla Hazel en tono de burla.
—Lo tomaré como un cumplido— responde mi amigo.
Me acerco a Hazel y depósito un beso en la comisura de sus labios.
—Hola a ti— digo.
—Hola tú— replica con una sonrisa plasmada en su cara.
Giro mi cabeza para ver a Faith y esta me da una mirada cargada de reproche mientras niega con la cabeza. Sé que esto está mal. Sé que no va a terminar de buena forma. Pero no estaba en mis planes que Hazel me empezara a gustar de esta forma. Ese, en definitiva, no era el plan.
—Vamos a los probadores Haz— dice Faith tomando la mano de Hazel y alejándola de mi. Frunzo en ceño en respuesta.
Minutos después, me senté en una especie de sillón color rosa, mientras Trevor ayudaba a las chicas con las prendas que se estaban probando.
—¿Ranger estás listo?— dice mi amigo con tono coqueto.
—¿Listo para qué?— pregunto.
En respuesta se escuchan unas risas colectivas junto con unos susurros. Luego la cortina que separa los vestidores de el resto de la tienda, se abre de forma dramática. Y un ángel salió de esta.
Mierda.
Hazel llevaba encima un vestido color rojo que vagamente puedo describir. Lo único que podía pensar en esos momentos era lo hermosa que se veía. Mi mirada fue desde las expresiones inocentes de su cara, pasando por sus pechos y terminando en sus piernas descubiertas.
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Storm
RomanceNo creas en todo lo que ves, recuerda que la sal también parece azúcar. Tampoco comas todo lo que luzca bien, así es como te envenenas. Hazel Storm y Ranger Thompson. Chica buena e ingenua. Chico problemático. ¿Típico cliché no? Pero Hazel no es...