Tan Solo Una Mirada ( Editando)

capítulo #11

Capítulo 11

CAPÍTULO DEDICADO A: @asliemorales05

Adam

—Creí qué no vendrías —. Nicolás se acercaba a mí con los brazos abiertos.

—No me perdería el cumpleaños de mi mejor amigo por nada del mundo, además… —suspiro—, sé qué me matarías si lo llegara a olvidar, ¿o me equivoco? —. Él se encogió de hombros y su rostro mantenía una expresión de: “qué bueno que lo tienes claro, tío”.

—Vamos por unos tragos —. Palmoteó mi espalda y yo asentí, así que nos desplazamos por el lugar en busca de la barra.

Rápidamente llegamos y ambos pedimos. Nico tomó una cerveza y yo un whiski.

—Adi —odiaba que me dijera así.

—¿Cuántas veces te he dicho que no me gusta que me digas así? —. Ella soltó una pequeña risita y se acercó más a mí—. Vamos a bailar —. Agarró mi mano y caminamos hasta la pista quedando de espaldas a mí, y acto seguido se pegó a mi cuerpo subiendo y bajando, haciendo bailes sensuales. Muchas veces me había llamado para vernos a "solas", pero con el tiempo quiso más que sexo. Ella quería una relación más sería al contario de mí, que sólo tomé lo nuestro como lo que era: simples revolcones.

—Hace tiempo que no me llamas —susurro en mi oído.

—Estoy ocupado— dije con indiferencia

—Me siento abandonada Adam, además te he extrañado mucho —. Mordió su labio inferior.

—Emma, ya lo dije. No he tenido tiempo.

—Me he enterado que sales una chica —. Giró sobre su eje y quedó frente a mí, pasó sus manos por mi cuello haciendo que nuestros rostros quedaran a centímetros.

—Estas muy informada —ladeé una sonrisa y la tomé de sus caderas.

—Parece que ella te gusta mucho, harás que me ponga celosa.

—Ah, ¿sí? —alcé una ceja y reí—. Emma, supéralo ya. Lo que pasó entre nosotros fue muy bueno, lo admito. Pero sólo fue sexo y nada más —me sinceré.

—Tú me gustas tanto Adam, que yo... —pasó su dedo índice por encima de mi pecho—, sería capaz de todo por ti, capaz de aceptarte aun queriendo a otra. Nadie tendría que saberlo, sólo nosotros —. Reí con fuerza y agarré aún más fuerte sus caderas.

—Estás jodidamente loca, mujer —le sonreí con malicia.

—Loca por ti —. Sin aviso, estampó sus labios contra los míos, uniéndonos en un beso.

Dejé que hiciera lo que quisiera con mi boca, y cuando ella creía tener todo el control, tomé las riendas y subí la intensidad de nuestro beso volviéndolo más ardiente y pasional; hice que siga mi ritmo a la perfección; me encantaba la facilidad que tenía para dominarla, pero no se comparaba con mi Anna.

Anna…

Anna…

Anna era el único nombre que resonaba en mi cabeza, una y otra vez.

De repente rompí el beso, mis músculos se tensaron. La ira me invadía. Era ella, la misma persona en la que pensaba, la causa de mis sueños prohibidos y pensamientos más oscuros. Mi deseo, mi lujuria, mi obsesión, mi Anna. Estaba aquí a unas pocas personas de distancia con un chico... besándose.

Anna

Estaba anonadada. Mi mejor amigo se me había declarado y yo en realidad no sabía que sentir. Estaba realmente confundida, mi corazón latía a mil y mi cabeza daba vueltas; mi estómago dolía, mis manos sudaban y mis nervios se dispararon por las nubes. En un pequeño instante desvíe la vista del pelirrojo, y vi a una pareja: un chico y una chica los cuales se encontraban a pocos metros de nosotros, podía jurar que los conocía. Y así era.