Orgullo y Prejuicio [PJM & JJK] ° 2019

Capítulo 9

Disculpen la tardanza. Se que debí haber subido el capítulo días atrás pero he tenido algunos problemas. Y les digo, estén atentos a todo, hay pistas en los lugares más insospechados. 😊😊😊

— ¿Estás seguro de esto, Jungkook? — Namjoon se cercioró por última vez, cargado de culpabilidad. — Sé que yo lo planteé. Pero, quizás...

— ¿Qué dices, Nam? Tu propuesta es perfecta. Y la única forma de complacer a mi padre. — soltó, sintiendo su herida punzar — Además, el enano se lo merece.

Yoongi, sumido en su acostumbrado mutismo, apretó los puños. Temía, que su primo atravesara esa delgada línea entre maldad y sordidez, para encontrar el reflejo de su padre, cada vez que confrontara al espejo.

Por un instante, estuvo dispuesto a rebatir el desacertado comentario, pero Namjoon se le adelantó, siempre perceptivo.

— Entiendo. Trata de no llevar las cosas demasiado lejos. Buscamos presionar, nada más.

— Lo sé — concordó Jeon. — Ya imagino la cara de ese Pulgarcito chillón, cuando reciba la noticia. A ver entonces, donde quedará su discurso barato. — comentó, sonriendo con sorna.

Los tres descansaban en el patio trasero, ultimando detalles del plan elaborado por Kim.

Jungkook, se mostró inusualmente agradecido.

En no pocas ocasiones, deseó un cerebro tan extraordinario como el de Namjoon. Hasta Jeon padre, elogiaba su sagacidad.

Le generaba cierta envidia sana. Siempre anheló al menos un día en la vida de su amigo: sin presiones, con la libertad para escoger su futuro. Y aprender de experiencias propias.

— Al menos, él juega limpio. Tú, en cambio, recurres a este tipo de maniobras. Bastante crueles, para ser honesto. — Min no soportó quedarse callado, escuchando las estupideces de su primo.

Dudó inclusive, que concientizara lo que decía. Sus declaraciones sonaban falsas y memorizadas. El mismo vocabulario de Kyung Suk, lanzando ráfagas automáticas de toxicidad. 

Jeon le escudriñó desdeñoso, pero entró a la casa. No tenía ánimos para pelear.

— Déjalo ya, Yoon. — Namjoon se tumbó, en toda su extensión, sobre uno de los sillones de la estancia. Min, yacía sobre el césped: las hierbas recién podadas cosquilleaban su piel. — No deberías ser tan duro con él. Solo intenta sobrevivir a su padre.

— No, Nam, lo que hace es imitarlo en cada oportunidad. Dentro de unos años, no quedará nada del antiguo Jungkook. — el suspiro en su pecho, encerró desazón y melancolía. — Puedo sonar duro, pero no permitiré que mi primo se convierta en un monstruo.

— Tampoco yo, Yoongi. Me gustaría que el tiempo pudiese retroceder, y  fuéramos nuevamente los cuatro. Antes de toda la tragedia.

— Si... eso sería bueno. Pero las cosas solo se mueven en una dirección — la voz de Min se profundizó, evocadora. — Y, lamentablemente, nada volverá a ser como antes.