Capítulo 8

259 26 0
                                    

—Pero, no entiendo.— Dice Alice, con una expresión bastante confundida.

—¿Qué no entiendes?— Dice Mike, metiéndose una palomita a la boca. —Es bastante claro que le gusta Leslie.

—No le gusto.— Contradigo. —No de la manera en la que ustedes están insinuando.

—Estás bromeando, ¿verdad?— Dice Alice.

—Yo creo que, siento el nuevo del instituto, solamente está buscando amigos.

—Leslie Jones.— Dice Mike. —¿Lo has visto ya?

—Exacto.— Concuerda Alice. —Cameron es exactamente el chico que elegiría el grupo de Jessica antes que al nuestro sin pensarlo dos veces.

—No lo juzgues por su físico, tal vez, no es ese tipo de chico.— Me encojo de hombros.

—Tonterías.— Dice Alice, poniendo los ojos en blanco.

Así nos pasamos todo el día: platicando, viendo películas, comiendo y bañandonos en la alberca.

La noche llega y los chicos se van a sus casas. Después de cerrar la puerta, me doy la vuelta y veo a Abby frente a mí.

—Edward me ha contado que un chico ha estado viniendo a verte.— Me dice sonriente.

—Oh, sí.— Acepto. —Es nuevo y está buscando amigos.

—Y, ¿es lindo?

—¡Abby!— Me río.

—¡Quiero saber!

—Es el que vino el otro día a hacer tarea.

—¡Entonces sí es lindo!

—Iré a la cama, estoy cansada.— Digo, para evitar que esta conversación vaya más lejos.

Le doy un beso en la mejilla y subo las escaleras hasta llegar a mi habitación. Abro Orgullo y Prejuicio en la página que marca el separador y me dedico a leer un rato.

Cinco minutos después, me atrapo a mí misma leyendo la misma línea por séptima vez, mi mente solo tiene espacio para ese chico de ojos color avellana.

Aunque no lo haya querido admitir antes, Alice tiene razón. Ningún chico como Cameron elegiría estar con nosotros teniendo a Jessica detrás; ningún chico como Cameron pasaría un viernes en un lago con una chica como yo; ningún chico como Cameron sería tan misterioso acerca de su vida, teniendo tanto que contar.

Estoy atrapada en mis pensamientos cuando me llega un mensaje de texto, reviso mi celular y veo que es de un número telefónico desconocido. Son las dos de la madrugada, ¿quién podría ser?

El mensaje dice "asómate por tu ventana".

Con una expresión confundida camino hacia la ventana de mi habitación, la que da al patio trasero. Cierro un poco los ojos para adaptarme a la oscuridad de afuera y poder ver mejor, cuando lo logro, veo a Cameron parado en el pasto con las manos metidas a los bolsillos y una sonrisa que no logro descifrar.

—¿Qué haces aquí?— Pregunto en un susurro, pero lo suficientemente fuerte como para que me escuche.

—Subiré.— Contesta.

Lo veo trepar un árbol con demasiada agilidad y saltar hasta mi ventana como si pudiera volar. Se agarra al borde de la ventana y sus músculos se tensan cuando, en un movimiento, entra a mi habitación.

—Umm... Hola.— Es lo único que se me ocurre decir.

—Lamento venir sin invitación, es que...— Lo piensa un poco. —No podía dormir.

—No pasa nada.— Sonrío sin saber muy bien qué hacer.

El único chico que ha entrado a mi habitación es Mike, omitiendo mis cumpleaños cuando Edward entra a felicitarme por las mañanas.

Por alguna extraña razón, me siento nerviosa y, al mismo tiempo, ¿a salvo?

—Bonita habitación.— Comenta, examinando cada rincón.

—Gracias.

—Y, ¿qué haces despierta a esta hora de la madrugada?

—Leía un rato.— Señalo el libro que he dejado en mi cama.

—Orgullo y Prejuicio.— Dice tomando el libro en sus manos. —Buen libro.

—¿Lo has leído?— Pregunto, sentándome en la punta de la cama.

—No, pero vi la película.

Suelto una risa y Cameron deja el libro en la mesita de noche que está junto a la cama, se quita las botas y se acuesta.

—¿Te quedarás ahí sentada?— Pregunta.

Mi corazón comienza a acelerarse y hasta este momento me percato de que sólo llevo unos diminutos shorts y una blusa pegada a mi cuerpo. Me acuesto en la cama, lo más lejos de Cameron posible y me cubro con el cobertor.

Escucho una pequeña risa por su parte y se da la vuelta para mirarme.

—Eres diferente.— Susurra.

—¿A qué te refieres?— Me doy la vuelta para mirarlo también.

—A las otras chicas. No sé qué es, pero hay algo diferente en ti.

Acerca su mano y me acaricia la mejilla, por acto de reflejo, cierro los ojos y disfruto del roce. Cuando los abro, Cameron ya está a centímetros de mi rostro.

—No...— Me esfuerzo por recuperar la voz. —No deberíamos.

—Minuto a minuto.— Me recuerda.

Comienza a acercase a mí con tanta lentitud que me aterra tener el tiempo suficiente como para cambiar de opinión o, al menos, para que mi cerebro comience a funcionar de nuevo.

Junta sus labios con los míos y siento en mi interior una explosión de sentimientos desconocidos.

La verdad es que los chicos no se me habían cruzado por la cabeza nunca, sabía que quería estar con alguien, pero nunca antes de acabar el instituto, así que jamás fui a citas o me abrí a la idea de fijarme en ellos y, ahora, estoy dando mi primer beso en mi habitación a estas horas de la madrugada y con un chico que conocí hace unos días.

El beso es lento y tierno, y con cada movimiento me llega una sensación nueva al cuerpo. Cameron despega sus labios de los míos lentamente y junta su frente con la mía, mirándome a los ojos y a mí se me escapa una sonrisa tonta.

***********
¡Hola!
Espero que les esté gustando hasta ahorita, aunque todavía no haya empezado la trama.
¡Cambiaré la portada y el nombre de la novela!
Gracias a los que leen ❤️.

Minuto A MinutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora