Capítulo 9

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No sé cuánto tiempo Cameron y yo pasamos platicando y riendo, siempre en silencio para que nadie nos descubra, pero, al abrir mis ojos, noto que ya es de día por la luz del sol que lucha por pasar las cortinas.

Me despierto sola, sin un rastro de Cameron y me empiezo a preguntar si todo ha sido un sueño, pero al ver los mensajes en mi celular me doy cuenta de que no ha sido así.

Una sonrisa se asoma en mis labios y voy directo al baño a lavarme el rostro y los dientes.

Bajo las escaleras y me encuentro a Abby y a Edward desayunando.

-Buenos días.- Comento, abriendo el refrigerador para investigar mis opciones.

-Buenos días, princesa.- Dice Edward.

-Leslie, tu madre está en la sala de estar, creo que deberías ir a verla.- Dice Abby.

Arrugo la frente extrañada y voy directo a la sala de estar, en donde me encuentro a mi madre con un álbum de fotografías en la mesa y un chico a su lado.

-¿Mamá?- Pregunto, en un intento de hacerme notar.

-¡Leslie!- Sonríe, levantándose del sofá. -Que bueno que te has levantado ya, quiero presentarte a alguien.

Un chico se levanta del sofá quedando atrás de ella. Es de cabello completamente negro y unos ojos azules tan eléctricos que podrían cegar a cualquiera, su piel es dorada y parece hacer mucho ejercicio.

-Hola, me llamo Jacob.- Se introduce, ofreciéndome su mano y mostrando su dentadura hecha de perlas.

-Leslie.- Digo, estrechando mi mano con la suya.

-Leslie, ¿recuerdas a Martha? Mi amiga del instituto, te he contado de ella.- Dice mi madre.

-No la recuerdo, siendo honesta.- Contesto, intentando descifrar qué está pasando.

-Bueno, ella está...- Mi madre solloza y, con elegancia, remueve una lágrima de su ojo izquierdo. -Lamentablemente, ha fallecido.

-Lo siento mucho, mamá.- Le sonrió con ternura y le acaricio el hombro, sin saber muy bien cómo más reaccionar.

-No deberías preocuparte por mí, Jacob es nuestra prioridad ahora.

-¿A qué te refieres?- Pregunto.

-Para mi sorpresa, después de no haber hablado en décadas con Martha, ella eligió ponerme como su contacto de emergencia y, cuando falleció, me contactaron y descubrí que Martha tenía un hijo, que es Jacob.- Explica mi madre.

-Oh.- Me revuelvo incómoda. -Lamento mucho tu pérdida.- Le digo a Jacob.

-Gracias, Leslie.- Me da una media sonrisa.

-Entonces,- Continúa mi madre. -le ofrecí a Jacob que se quede a vivir con nosotros por un tiempo.

Miro a mi madre fijamente y la veo sonriente, al igual que Jacob.

-Genial.- Finjo una sonrisa.

-Leslie, podrías enseñarle su habitación.- Dice mi madre.

-¿Podría hablar contigo antes?- Le pregunto. -En privado.- Miro a Jacob.

-Saldré a conocer el patio trasero, si no les molesta.- Jacob nos sonríe y desaparece tras la puerta corrediza.

-¿Qué pasa?- Pregunta mi madre.

-No puedo ni imaginarme el dolor que Jacob debe estar pasando ahora, pero ¿invitarlo a vivir aquí? No sabes nada de él y hace décadas que no sabías nada de su madre tampoco. ¿No es un poco arriesgado que alguien que no conocemos viva con nosotros?

-¡Leslie!- Me regaña. -Jacob acaba de perder a su madre. No tiene ni familia y mucho menos a donde ir, creo que es lo mínimo que le debo a Martha.

-De acuerdo.- Alzo mis manos rendida.

-Asegúrate de que su estancia aquí sea de lo más cómoda.

-¿Cuánto tiempo se quedará?

-El tiempo que se tenga que quedar.- Me mira con mala cara, para después, irse a la cocina a informarles a Edward y Abby de la situación.

Miro por la puerta corrediza de cristal y veo a Jacob dar vueltas por el pasto, mirando a su alrededor. Salgo por la puerta y lo llamo.

-¡Jacob!- Grito, y él me mira. -Ven a conocer tu nueva habitación.

Él trota hacia mí, toma sus maletas y comienza a seguirme escaleras arriba.

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