Minuto A Minuto

Capítulo 16

Nos subimos a su auto y Cameron se pierde entre la carretera, el camino es silencioso ya que yo estoy muy ocupada contemplando la vista a través de la ventana y él decide no interrumpirme. Poco a poco, las calles se van quedando sin coches e, incluso, sin luces. Lo único que nos rodea es la naturaleza y las estrellas que acompañan a la luna.

Después de unas dos horas aproximadamente, siento el motor del auto apagarse y me despierto de mi trance. Cuando me doy cuenta, Cameron ya ha abierto la puerta del copiloto, invitándome a salir del auto. Le hago caso y quedo, una vez más impactada.

Nos encontramos en la playa, una playa desierta. La arena es tan fina y blanca que parece irreal, el sonido del viento y el de las olas del mar se mezclan en una perfecta sintonía, a lo lejos, se pueden ver las luces de la ciudad y la silueta de un puente. El mar tiene una línea indefinida creada por la luz de la luna, que está casi llena y, por primera vez, me doy cuenta de que no es perfectamente redonda como, por alguna razón, creía. El sonido de unas gaviotas a lo lejos me hacen sonreír. Me quito los tacones antes de caminar hacia el mar.

—¿Sabías que, si enfocas tu vista en una sola estrella, las demás desaparecen? — Me sorprende la voz de Cameron.

—Es hermoso aquí.— Sonrío. —Ni siquiera sabía que había una playa cerca de la ciudad.

—La busqué en Internet.— Se encoge de hombros.

Un viento frío me envuelve, haciéndome sobresaltar y abrazarme a mí misma.

—Vamos adentro.— Dice Cameron.

—¿Adentro?— Pregunto confundida.

Cameron me hace un gesto con la cabeza, señalando a la única casa que hay a la vista.

Es pequeña, de un piso, es de madera y tiene viejas lámparas emanando la cantidad perfecta de luz. La mano de Cameron toma la mía y me guía adentro.

Al entrar, hay una diminuta cocina con sólo lo esencial, hay una mesa circular con cuatro sillas al rededor, hay una puerta del lazo izquierdo y otra del lado derecho. Cameron abre la puerta del lado derecho y me deja ver una hermosa habitación.

Hay una cama con tamaño perfecto, un tocador con espejo y unas puertas de cristal que abren espacio a la luz de la luna.

—¿Qué te parece?— Pregunta.

Sinceramente, no sé qué decir, así que tomo su rostro y lo acerco al mío, besándolo con todas mis fuerzas.

Cameron no duda ni un segundo en seguirme el paso, tomando el control. Me agarra de la cintura y me pega contra la pared, haciendo que mis piernas se enreden en su cintura.

Comienza a besarme el cuello y cierro los ojos, disfrutando de cada roce. Sin pensarlo dos veces, empujo su saco fuera de sus hombros y éste cae al suelo, mientras Cameron regresa a mis labios, yo comienzo a desabrochar los botones de su camisa, uno por uno.

Cuando la camisa está con el saco, Cameron desenreda mis piernas y mis pies tocan el suelo de nuevo, me da la vuelta y quedo frente a la pared.

Escucho su respiración agitada y siento su aliento rozando mi nuca.

Sus dedos viajan a la cremallera de mi vestido y comienza a bajarla, mucho más lento de lo que me hubiera gustado, cada segundo sin tocarlo es una tortura.

Contengo la respiración cuando siento el vestido caer sobre mis pies, no tengo sujetador puesto y jamás he estado tan descubierta frente a nadie.

Cameron me toma de la cintura y me da la vuelta lentamente, yo bajo la mirada llena de vergüenza porque no tengo el mejor cuerpo de todos, pero cuando lo miro a los ojos, un brillo de lujura los invade, recorriendo mi cuerpo una y otra vez.

—Me encantas.— Susurra.

Me vuelve a besar y me carga para acostarme sobre la cama, siento sus manos recorriendo cada centímetro de mi cuerpo y necesito más, mucho más que esto.

—Cameron.— Logro decir.

—Dime.— Susurra en mi oído, mientras que sus dientes juegan con mi cuello.

—Necesito...

—¿Qué necesitas?— Siento su sonrisa sobre mi piel.

—Quiero...

—¿Qué quieres, Les?— Pregunta, separándose de mí para mirarme fijamente.

—Quiero hacerlo.— Digo con la voz agitada, pero Cameron no parece satisfecho con mi respuesta. —Quiero que me hagas tuya.

Y, sin pensarlo dos veces, ataca a mis labios de nuevo.