Capítulo 24

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Después de darme una ducha rápido y alistarme bajo corriendo las escaleras, no sin antes darle un beso a Cameron en la frente.

Sigue en mi cama dormido. Normalmente a las seis de la mañana ya ha salido a correr y ha hecho alguna que otra actividad más, pero hoy no. Alejo los pensamientos pesimistas de mi mente acerca de qué habrá hecho ayer como para que haya terminado tan cansado.

Abby y Edward están en sus habitaciones, tienen prohibido salir hasta que todo esté listo.

Mark amarra globos coloridos por todas partes, Alice se dedica a ordenar los bocadillos y bebidas y Jacob me ayuda a colgar con una escalera los carteles que he mandado a hacer. Llevamos unas tres horas decorando toda la planta baja de la casa para el gran día.

Hoy es el día de Abby y Edward, hoy se cumplen veinte años de tener a Abby y catorce de tener a Edward en la familia. Casualmente Edward comenzó a trabajar aquí en el aniversario de Abby y, para ser sincera, eso ha facilitado las cosas al organizar la fiesta que les hago todos los años, si es que se le puede llamar así cuando sólo asisten cinco personas, aunque ahora siete, ya que al parecer Cameron y Jacob se han unido al club.

Por suerte toda la casa tiene una muy buena temperatura, de lo contrario, estaríamos mojando el piso con nuestro sudor. Terminamos todo lo que teníamos que hacer y nos dejamos caer en el sofá al mismo tiempo, exhaustos. Admiro la decoración y todo es perfecto, aunque Abby y Edward se merezcan el universo completo, sé que estarán agradecidos con este pequeño gesto. Antes de que cualquiera pueda comentar algo, se escucha ese único sonido bajando las escaleras, botas y cuero.

Todos miramos sobre nuestro hombro para ver al bello durmiente, está recién bañado y más guapo que nunca. Da la impresión de bajar las escaleras en cámara lenta y su cabello se mueve al compás, o tal vez soy sólo yo.

Se queda boquiabierto al ver todo lo que hemos hecho, sonríe y clava sus ojos en los míos. Estiro mis brazos y comienzo a abrir y cerrar mis manos como niña pequeña pidiendo su peluche favorito. 

—Buenos días, chicos.— Dice Cameron mientras camina hacia mí.

Por suerte, Jacob está sentado al otro extremo del sofá, junto a Alice, que tiene del otro lado a Mike y luego estoy yo. Al pasar frente a Jacob, Cameron le suelta una buena, pero disimulada patada en el pie, éste se sobresalta, pero no se queja, sólo lo mira como se miraron desde un principio, como se han mirado siempre.

Sacudo la cabeza para evitar regañar a Cameron, no quiero tomar bandos aunque, seguramente el no decir nada es posicionarme del lado de Cameron.

—Hola.— Dicen al Mike y Alice al unísono, mientras que Mike suelta un bostezo.

Me levanta en sus brazos y se sienta en el sitio en donde me encontraba yo, dejándome en sus piernas. Me acurruco contra él y me permito escuchar los latidos de su corazón mientras que me acaricia el muslo. Si tan sólo no hubiera tela que nos separe...

—Entonces, ¿qué es todo esto?— Pregunta Cameron.

—¿No lo sabes?— Pregunta Jacob, en tono de sorpresa y reto, como si fuera una victoria que él lo sepa y Cameron no.

Cameron hace el intento de levantarse mientras que hacen guerra de miradas, pero le coloco una mano sobre el pecho y se deja caer rendido contra el respaldo del sofá.

—Es la fiesta de Abby y Edward.— Explico. —Hoy es su aniversario de trabajar aquí.

—Vaya.— Abre los ojos de par en par. —Me hubieras despertado para que ayude a decorar.

—Estabas demasiado cansado, no quería molestarte.— Me encojo de hombros.

—Sí, estabas demasiado cansado.— Lo mira Jacob. —¿Qué tanto hiciste ayer?

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