Capítulo 5

285 25 0
                                    

Lo primero que veo al salir es a Cameron vestido, como siempre, de cuero negro y botas, apoyado contra su auto y los brazos cruzados.

—Hola.— Me saluda cuando se percata de mi presencia.

—Hola, ¿qué haces aquí?— No puedo evitar preguntar.

—Pensé que podríamos dar una vuelta, hay un lugar que quiero mostrarte.

—¿Tú vas a mostrarme a mí un lugar?— Pregunto incrédula. —Creí que eras tú el nuevo en la ciudad.

—Lo soy.— Suelta una risa. —Solamente quiero compartirlo contigo.

Suspiro indecisa mientras que él abre la puerta del copiloto y estira su mano para indicarme que suba. ¿Po qué no? No me vendría mal salir un poco de mi casa, por más que ame mi zona de comfort.

Me subo y los nervios comienzan a surgir mientras lo veo rodear el auto y subirse al asiento del piloto. No aparto los ojos de la calle, pero puedo ver de reojo que me mira y sonríe para, después, encender el motor y emprender camino a donde sea que estemos yendo.

—¿Qué música te gusta escuchar?— Pregunta.

—Me gusta mucho Five Finger Death Punch, Red Hot Chili Peppers, Bon Jovi, Aerosmith, Linkin Park y todo ese tipo.— Respondo.

—Así que eres ese tipo de personas.— Ríe.

—¿A qué te refieres con "ese tipo de personas"?— Lo miro por primera vez desde que me subí al auto.

—Ese tipo de personas que van en contra de la moda social, nadie escucha esas bandas hoy en día, al menos, no los de nuestra edad.

—Mi meta no es ir en contra de la moda social, simplemente, me gusta el rock y ya.

Cameron asienta con la cabeza varias veces, como intentando hacerme creer que está de acuerdo con lo que le digo, pero sé por seguro que sigue firme con su teoría anterior.

—¿Cuantos años tienes?— Pregunta.

—¿Estoy en una entrevista acaso?— Digo en tono de burla, pero a él no le da gracia.

—Pensé que podíamos conocernos mejor.— Se encoge de hombros.

—Cumpliré diecinueve en tres meses, el trece de diciembre.

—¿Tendrás una fiesta?— Me mira.

—No. No lo creo. No soy mucho de fiestas, prefiero comenzar a leer un nuevo libro y comer chocolate todo el día.— Me río.

—Esa no es manera de celebrar un cumpleaños.

—¿Por qué no? Me gusta mucho leer, no me parece nada mal pasar un cumpleaños con un libro.

—¿No bebes?

—¿Alcohol?— Suelto una carcajada. —No, no he tenido el gusto de tener ese tipo de vida.

—¿Muy enfocada en el instituto?

—No es que esté obsesionada, sólo que pienso que salir demasiado a fiestas, beber demasiado y todas esas cosas te distraen mucho de tus metas.

—Y, ¿cuáles son las tuyas?

—¿Qué?

—Tus metas, ¿cuáles son?

Me quedo pensado un segundo. La verdad es que, además de Abby y Edward, nadie me había preguntado cuáles eran mis metas en la vida, nadie se había interesado tanto. Mi primera meta es superar y dejar atrás la depresión, dejar de cortarme y dejar de llorar hasta quedar dormida, ver el lado positivo de las cosas, lo cual me cuesta mucho trabajo, pero creo que lo asustaría demasiado si le dejo eso como primera impresión.

—Quiero graduarme con buenas notas, comprar un pequeño departamento en Nueva York, ir a la NYU, estudiar psicología y, más adelante, formar una familia.

—Parece que lo tienes todo planeado.— Me sonríe.

Suelto una media sonrisa, la verdad es que me da terror no poder lograr lo que quiero. Necesito que todo sea perfecto si quiero que mi vida cambie. Sin darme cuenta de que me he perdido en mis pensamientos, la voz de Cameron me saca de ellos.

—Hemos llegado.— Sonríe, apagando el motor.

Nos bajamos del auto y me quedo boquiabierta al ver lo que tengo frente a mí.

Minuto A MinutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora