PROLOGO

4K 148 26
                                    

Hoy, quiero contarles una historia, la historia de una mujer que en su mirada, guarda tristezas, pero sin querer, desborda alegría a su paso. La historia de ella, la chica de las tristes miradas.

Lea resultaría fácil pensar que ella es feliz, la chica más alegre del mundo. E irónicamente él pensó que nadie en este mundo, absolutamente nadie, podía hacerle daño.

Siempre sonreía, decía ser feliz, pero había algo que indicaba que no lo era. Nunca lo fue.

Ella, guardaba un secreto que culpaba y escondía a todos, incluso a sí misma. Ella, no podía estar en casa, porque al llegar, se derrumbaba luego de haber regalado cuántas sonrisas fuesen posibles a su paso.

Estaba rota.

Ella jugaba a naufragar en la odiosa tormenta. Soñaba con que alguien, por extraño que sea, pudiese sacarla de allí. Se ahogaba en sus lamentos.

Ella, que había vivido tanto tiempo detrás de su propio cuento de hadas, había roto sus alas. Y aquel polvo mágico se había agotado. Ya no podía volar.

Quiero hablarte de ella.

De la mujer que guardaba sus noches de infierno en mañanas en las que pretendía tocar el cielo. La que creía que las pesadillas eran una delgada línea que la separaba de la fantasía en la que estaba viviendo. La que pensaba que esos sueños, eran lo único malo que existía en su vida.

Mantiene muchos secretos, y ha guardado durante mucho tiempo ese oscuro secreto en el que confunde las olas de lamentos como espacios perfectos para surfear en el mar del suicidio. Esa es ella.

Es la que se evapora conjunto al humo del cigarrillo que fuma cada noche junto a la ventana mientras piensa en lo que obtuvo y lo que perdió. Que se diluye en cada ardor de garganta que te provoca cada bendito sorbo de tequila que amortigua el dolor de la caída.

Pero no todo era malo, porque ella era la chica capaz de hacer magia en un papel en blanco y un poco de tinta negra. Convertía sus palabras en versos y luego las echaba al cesto de basura. No había más remedio.

Cuando ya no puede más, busca las fuerzas suficientes para arrastrarse hasta la salida de aquel pozo lleno de oscuridad. Y con los ojos cerrados, procura que la tristeza no salga de ahí, del único lugar en el que está.

Ella es el tipo de chica que disfraza las cicatrices como marcas de victoria, que sonríe con la sonrisa rota. Que derrite el hielo con una lágrima y que daría todo por ti. Pero qué jamás dejaría que tú lo des por ella.

Esa es la chica que busca algo que el no le dará, la misma chica que camina a las cuatro de la madrugada buscando una salida, con una maleta vacía, pero llena a la vez. La chica que nadie quiere pero que todos necesitan.

Ella, la misma que nació para brillar pero que se apagó antes de poder hacerlo. La misma que escribe sobre tus hojas vacías y luego las arranca porque no ha valido la pena.

Ella, era Karol Sevilla. La chica de la mirada triste.

1| El verde de sus ojos; Tristes Miradas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora