Dan las tres en punto cuando el auto estaciona frente al aeropuerto mientras yo hablo con Giovanna por mensaje. Estoy nerviosa y necesito mis documentos, ¿En dónde está esa mujer?
─ Bien, Karol. Ahora tienes que ir ahí dentro y hacer lo que tengas que hacer. ─ musita Antonella y yo sonrío.
─ Muchas gracias, señora Pasquarelli. La verdad es que yo... bueno, yo realmente no sé qué hubiese hecho sin su ayuda.
─ Ve, puedes agradecerme cuando vuelvas de ese viaje con un nieto y un anillo de compromiso. ─ susurra viendo sus uñas. ─ Buena suerte.
Asiento comprendiendo y me bajo a toda velocidad buscando a Giovanna entre la gente. Ella quedó en traer mi pasaporte aquí. Necesitaba mis cosas para poder viajar con Ruggero.
Ah y también necesito saber si él va a querer que lo acompañe a su viaje sorpresa que por cierto aún no sé a dónde es. Pero espero que las cosas salgan bien.
─ ¡Karol! ─ aliviada doy media vuelta y me acerco a ella. ─ ¿Cómo que te vas con Ruggero? ¿Está todo bien?
─ Lo estará. ─ afirmo tomando mi pasaporte. ─ Creo que esto no es nada fácil de admitir, pero tal parece ser que Ruggero no me engañó. Él me quiere a pesar de todo, y ahora debo ir yo a decirle que también le quiero.
─ Perdona que te diga esto, y más de este modo, amiga. Pero, Pasquale dice que no te conviene ir a ese viaje.
─ ¿A qué te refieres, Giovanna? ─ niego divertida y tomo mi maleta antes de caminar dentro del lugar. ─ ¿Seguiste las recomendaciones de Antonella para elegir mi ropa?
─ Sé que estas enamorada, pero nadie sabe la razón de ese viaje de Ruggero. Y considerando que se ha estado comportando extraño estos días, Agustín sugiere que no vayas por tu propio bien.
─ Gio, no va a pasarme nada. ─ aseguro. ─ Y no, no sé a dónde irá Ruggero, pero sé que estaremos juntos y eso me hace feliz.
Ella suspira, sé que quiere decirme algo pero se queda callada y asiente mientras caminamos hacia la sala de abordaje. Pero entonces Karla aparece en mi campo de visión y mi parte de novia celosa me exige hablar con ella.
Es un poco extraño que ella esté aquí, si bien es cierto, ella ahora es la secretaria de Ruggero, pero Antonella me aseguró que este viaje no era laboral, al contrario. Entonces, ¿Qué hace esa bruja aquí? Me urge saber.
Giovanna nota mis intenciones y me pide que guarde la calma como ya es costumbre en ella, pero creo que a estas alturas, ella también debería entender que yo no soy buena guardando la calma. No puedo, y menos si se trata de cosas que me importan. Y Ruggero forma parte de esa lista.
─ ¿Qué haces aquí, Karla? ─ pregunto una vez frente a ella. La morena sonríe.
─ La pregunta es, ¿Qué haces tú aquí? Ruggero no te quiere metida en sus asuntos.
─ Bueno, Ruggero es mi novio y creo que ese simple hecho hace que sus asuntos sea míos así que si me disculpas tengo que ir hacia...
─ ¿Polonia? ─ pregunta burlona. Yo asiento. ─ Pues lamento romper tu perfecta burbuja, pero Ruggero no te quiere en Polonia.
─ Karol, ella tiene razón. ─ replica Giovanna y yo suspiro intentando no perder la paciencia.
─ Entonces no comprendo por qué Antonella me dijo lo contrario. ─ contraataco. ─ ¿Saben qué? No me interesa que tú, Giovanna, hayas decidido confiar más en Ruggero que en mí, y que tú, Karla, me tengas envidia. Así que...
─ Ay por favor, bonita. ─ me corta Karla molesta. ─ No todo se trata de ti. El maldito mundo no gira a tu alrededor, y si al contrario de agradecerme vas a ir detrás de él, hazlo. Solo espero que la caída no te duela sin un paracaídas.
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1| El verde de sus ojos; Tristes Miradas.
RomanceDicen, que el amor es lo más maravilloso del mundo. Pero al parecer, ambos quedamos atrapados en un extraño juego de azar.