LIPS - [S. Johnny]

[diez]

*Red*

Estaba en el centro comercial observando las tiendas de ropa de gala para elegir el vestido perfecto para mañana.

Johnny no había dado muchos detalles, y cuando le intente preguntar simplemente dijo:

"Solo quiero verte vestida de rojo
Y en satín si no es mucho pedir.
Avísame si cumples mis deseos."

Seguía pensando en aquel detalle, no era mucho de usar ese color, pero sin duda me causaba curiosidad el hecho que lo haya pedido y además su reacción si conseguía un modelo como el que tenía en mente.

De repente, pare en seco, una tienda de ropa independiente llamó mi atención, como también el modelo en la vitrina.

Entré sin pensarlo, si lo hacía, no me atrevería.

Pedí mi talla, y aproveché de probarme también unos zapatos que combinaban con él.

El reflejo en el espejo del probador me saludo con una sonrisa radiante, mi autoestima se sentía fantástica.

Tomé mi teléfono, abrí instagram y envié una historia por privado a Johnny de un trozo de tela, la cual respondía que sí, había cumplido sus deseos.

××

Pasada la tarde, al llegar a casa, Tae me esperaba con pizza y gaseosa, su cara me decía que había algo que contar.

-Cómo estás?- preguntó mientras nos sentábamos en el piso de mi habitación.

Por unos minutos pensé en si preguntarle directamente que le ocurría, o simplemente esperar que él me contara.

La segunda opción fue la que elegí.

-Bien, al fin encontré un vestido para asistir con Johnny.

-Quiero verlo.- dijo en un tono aniñado.

-No lo conseguirás- dije haciendo un movimiento con mi dedo índice de manera negativa.

Hizo un tierno puchero a la vez que servía gaseosa en los vasos.

Reí de manera silenciosa y seguí comiendo, viendo cómo en la televisión pasaban una canción de Bruno Mars.

-Tengo su número- dijo sin avisar.

Por un momento quedé en un trance preguntándome de quién tenía el número.

Uno.

Dos.

Tres segundos pasaron.

JODER.

-ME ESTÁS JODIENDO??? CÓMO? CUÁNDO? DÓNDE?

Mi mejor amigo empezó a reír sonoramente, apretaba su estómago mientra daba vueltas en el piso.

Juro que estuve a punto de lanzarle un vaso de bebida.

-Dejar de reír!

-Ya! Ya! Perdón- habló luego de unos segundos, recuperando la respiración.

-Cuéntame.