Se mantuvo en la verja de la salida con los brazos cruzados en su pecho, aguardando. Con una expresión carente de emociones, y una muda respuesta a todo lo que le ordenaban. El 'novato' ya muchas personas lo llamaban de esa forma a pesar de ya tener meses trabajando ahí, se preguntó si cuando su búsqueda termine ellos seguirían llamándolo de esa forma.
A su alrededor todos seguían con sus tareas diarias, estaban unos guardias vigilando desde la torres, otro grupo estaba trabajando en la granja, del otro lado había una pelea amistosa, dos sujetos voluptuosos peleaban cuerpo a cuerpo, y alrededor de ellos otros más que estaban disfrutando del espectáculo. Hacían apuestas, daban ánimos a los combatientes, muchos apostaban a que el más grande iba a ganar, hasta que el más bajito, realizó un movimiento rápido, posó un pie detrás de la rodilla del contrario, hizo una llave que jamás había visto y de forma impresionante lo tiró al suelo.
Hubo algunos abucheos, y otros felicitaban al ganador con palmadas en su espalda. No parecía tan divertido.
Empezaba a inquietarse, pero no lo mostraba, ya nunca mostraba nada, a ojos de todos el muchacho no parecía ser perturbado por nada, incluso algunos comentarios señalaron que era mudo, de no ser que demostró lo contrario ellos lo hubieran asumido.
Ya pasó mucho tiempo, la siguiente orden que le dieron era ir con Paul de cacería y verificar el extenso perímetro de la comunidad, y ahí estaba en la salida, esperando a que su guía terminara su sesión de besos con cierta rubia. Llevaba mucho rato besándose con Claire, la enfermera que semanas atrás lo atendió, se susurraban cosas melosas al oído y se besaban con intensidad como si no hubiera nadie alrededor. Se veían muy entregados en esa despedida que terminó por extenderse por muchos minutos más, por un momento pensó en ir a interrumpirlos, ya era tarde y el general iba a regañar a Paul por el retraso, pero algo en esa escena lo detuvo pues sin querer, le provocó una melancolía autohiriente. Ellos tenían algo, y no se refería a la sesión que estaban teniendo, aquello trascendía lo físico. Era obvio por el brillo que desprendían, ese algo que él alguna vez tuvo y perdió de un momento a otro. Incluso pudo verse a él mismo con ella, el recuerdo de esos días en que ambos fueron inmensamente felices.
¿Interrumpirlos? No, debía dejar que ambos aprecien ese momento, Louis daría todo para que le devolvieran los suyos.
Su vista ahora es robada hacia la entrada del edificio, donde un par de sujetos salen a toda prisa de ahí. Jamás los ha visto, y por la forma en que están vestidos sabe que no son de ahí. Un sujeto alto, una barba prominente y cabello castaño un poco largo sale con la vista puesta al frente sin mirar atrás, parece que está enfadado, y por el capitán que viene detrás de él lo atribuye a algo malo. El gran señor, persiguiendo de tal manera a ese sujeto... no tiene palabras para describir su asombro.
Pasan por su lado, subiéndose a su camioneta él y otro sujeto que venía como guardaespaldas, pero el capitán es rápido y se acerca a la ventanilla antes de que se les ocurra irse. Como Louis está en la entrada, no es difícil escuchar la conversación.
— Vamos, no seas aguafiestas, tengo todo bajo control...— el aludido está en completa neutralidad, y Louis no sabe por qué su rostro se le hace vagamente familiar.
— Estás retrasado con tus planes, Elena está poniendo en duda tu avance y no tardará en darse cuenta que estás sin hacer nada todavía. Retrasando lo que acordamos no beneficia a nadie, mucho menos a tu comunidad.— habló con seguridad, con las manos en el volante. El capitán asiente, aunque de lejos se nota su incomodidad.
— Javi, tengo todo bajo control... Créeme, no te haría daño tener un poco de fe, no estás siendo justo. Además, no estás siendo justo, bastante le has ayudado a Elena, no creas que no me he enterado.
