El ambiente estaba plagado de sensaciones vertiginosas, se respiraba un aire competitivo, cualquiera diría que era un sitio dominado por la disciplina y la corrección, y en todos aquellos prejuicios no había ninguno del cual fuera desacertado.
Una voz demandante ordenó a todos los cadetes formar fila enfrente de todas las habitaciones. Y él apenas había llegado, recién se estaba instalando cuando ya le habían ordenado disciplinarse a sí mismo.
El sargento Rogers, es probable que su nombre ni siquiera sea ese, pero es usado para imponer respeto entre todos sus 'cadetes'. Y todos lo obedecían sin rechistar, nadie dudaba, ninguno alzaba la voz más que responder en afirmación. No había visto nada igual, no era como en Delta, a ninguna persona le ponían una pistola en la cabeza y lo obligaban a hacer trabajos pesados. Todo era un sistema perfectamente manipulado para el funcionamiento de la comunidad, estaba realmente impresionado.
Detrás del General Rogers había una historia trágica y llena de valor. En el principio, él y su equipo fueron encargados de evacuar un hospital en un pequeño pueblo desolado y fúnebre. Nada salió como esperaban, todo su equipo fue muriendo de a poco, y él, como último al mando, decidió levantarse para poner en funcionamiento el hospital que tiempo después fue reforzado por las personas que iban llegando buscando refugio. Hasta que finalmente se convirtió en lo que era hoy en dia, La Federación.
Por lo tanto, el general era la máxima autoridad, tenía visión, y una mente brillante en cuanto estrategias, Paul le especificó que nunca le cuestionara nada, todo lo que se hacía bajo sus órdenes era a beneficio de todos. El mundo ahí confiaba en su buen juicio, y Louis debía hacerlo si iba a quedarse.
Apenas entendió bien de qué iba ese lugar quiso acercarse para hablar con él acerca de su asunto, el cual apenas dijo la mitad de importancia que tenía y el general abandonó la sala sin prestar atención a su creciente necesidad. Fue un intento perdido.
Fue duro los siguientes días, nunca estuvo acostumbrado a realizar arduas tareas como las que le estaban encargando, no lo niega, era un holgazán que prefería estar tocando el piano que hacer algo útil en su escuela. Pero ahora, como el beneficio va a ser para los amigos que dejó, el trato debe valer la pena. Por lo tanto, casi siempre está haciendo turnos dobles, no come más de lo necesario, apenas llega despierto a sus siguientes tareas y más de una ocasión le dieron regaños por no realizar el trabajo adecuadamente.
Paul ha dado la cara por él, diciendo que sabe que en el fondo tiene potencial para ser un buen sujeto de trabajo.Así que apenas ve la luz del dia, lo cual atribuye en algo bueno, por primera vez se está esforzando de verdad. Se mantiene ocupado la mayor parte del día, distraído, su mente deja de hacer tanto ruido excepto por las noches, que es donde se supone que debe descansar.
Sin embargo, es un pequeño niño el responsable de sus noches tormentosas, son unos ojos grandes y dorados que fulminantes eliminan toda paz y tranquilidad de su cuerpo. La culpa no lo deja vivir, mira a su alrededor, duerme en un pobre lecho de algodón y comparte habitación con una persona que no sabe ni su nombre, no está en su hogar, está solo y es algo que siempre ha odiado.
En las noches es la peor de las torturas, tratando de dormir su espalda se siente fría, su cuerpo se siente desprotegido y no hace falta explicar que es porque se acostumbró a dormir en presencia de cierta joven de ojos bonitos. Los cuales adoraba porque siempre lo miraban con cierto brillo, hasta esa noche, donde lo único que transmitieron fue inmensa agonía, los culpables de su pesar.
Estaba ahí por ella, buscándola, que es lo que debió haber hecho desde un principio y no pudo porque las piernas le fallaron. Y pensar en aquel secreto que ella le pudo estar ocultando por mucho tiempo, le dan náuseas si quiera pensarlo. Si era de verdad ¿Por qué no se lo dijo? ¿Se fue porque no quería que él lo arruinara? ¿Otra vez?