PARTE FINAL

614 43 143
                                    

Antes...

Era una tarde cálida y luminosa, con rayos penetrantes y susurros de aire apenas refrescantes, él estaba saliendo del verano más caluroso que alguna vez pudo experimentar en su corta vida. Por eso, había despertado de una breve siesta, casi sofocado por la acumulación de calor en ese espacio tan reducido.
Se trató de levantar completamente, abrió sus ojitos y visualizó el techo del vehículo, sintió el asiento de cuero que se pegaba contra su piel pegajosa por la transpiración y ese hueco en su estómago que ahora era un poco más difícil de ignorar, la falta de comida empezaba a notarse en su sistema.

El auto no estaba en movimiento, no había sacudidas provocadas por los baches del camino, es decir, estaban quietos en el espacio. Varados en la carretera, a los lados del camino podía ver zanjas y más allá una inmensa maleza que impedía ver más de los inmensos campos. Hierbas de tonos amarillos que son acariciadas suavemente por las ráfagas de viento. El mundo era enorme, contenía misterios y peligros constantes. No alcanzaría nunca a explorarlo todo.

Con el dorso de su mano se limpió la saliva que había derramado en su mejilla, y se extrañó al no ver el coche en movimiento. Ya deben estar muy lejos desde la gasolinera en la que pararon y obtuvieron unas frituras para las semanas siguientes, y el objetivo principal era encontrar un refugio para pasar la noche, o el auto sería su descanso una vez más.

No le importaba, estaban unidos y eso era suficiente para protegerse, pero esa tarde, cuando la vio, se le olvidó un segundo la bolsa de patatas fritas que tenía para compartirle. Y ojalá pudiera explicarlo mejor, no era tonto pero a veces aprendía cosas que no entendía del todo; nunca la había visto tan quieta, como ausente. Estaba en el asiento del piloto, con la barbilla en el volante, la mirada a cierto caminante que estaba en el parachoques del auto rojo, trataba de entrar, pero como sabía, el mounstruo era demasiado tonto para deducir que ahí nunca los iba a alcanzar. En su mano el cuchillo salía a relucir por su filosa hoja para... ¿Para qué? ¿Saldrá a matarlo? ¿Vale la pena?

El monstruo también estaba cerca de su ventanilla, pero no se fijó en él, seguía tratando de ir por Clementine, cuya mirada también se prolongaba a los ojos de agua sucia de aquel ser, como si solo estuviera ella y él afuera intentando entrar.

Antes de que el caminante se diera cuenta que también estaba ahí, Alvin por fin se atrevió a cruzar los asientos para llegar a donde estaba ella, antes de que se despertara esa mamá que tiene en su interior, que él en ausencia de una ahora ve como tal, antes de que volviera la Clementine de siempre; pudo ver aunque sea por una milésima de segundo a esa chica asustada que guardaba en su interior.

Esa se borró, y de inmediato una sonrisa se dibujó en su rostro, diciéndole que era hora de irse porque les faltaba un poco para salir de la carretera. No sabe si a propósito o no, pero siguió actuando como si hace solo unos segundos no se hubiera quedado petrificada por los posibles temores que haya más adelante, pero era tarde, él la había visto, y supo exactamente el porqué.

Porque Clementine tiene miedo, como cualquier otra persona teme que si no detienen el auto pronto, él termine por darse cuenta que no tiene certeza de que su búsqueda aún valga en ese mundo, que no sabe si hay algo adelante en un par de kilómetros o en unos veinte, que finalmente sepa que para ella es difícil cargar con la promesa de un lugar para ellos, una parada que ya no sea temporal, un hogar que ninguno sabe si todavía existe.

Clem teme demasiado que Aj vea las esperanzas decaídas que guarda en el maletero. Así él no deja de soñar, es una extraña forma de protegerlo, lo que la hace sentir bien, que le dice que no está haciendo del todo mal las cosas, y el pequeño prefiere que todo siga así, ella peleando por ambos y él fingiendo que no se ha dado cuenta aún.

Darling || CLOUIS || TWDGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora