— Arriba princesas, es hora de levantarse.
Un extraño olor le llega a sus fosas nasales ocasionando que ella arrugue su nariz. Es como un olor agrio, y muy fuerte. Casi quiere vomitar cuando el olor se vuelve más fuerte.
Pero no tiene tiempo para quejarse, cuando de pronto un sujeto comienza a golpear las barras con su bate de béisbol. Por fin abrió los ojos, captó la pared de la celda, apenas una pared y con la pintura cayéndose. Trató de moverse pero su cadera dolía terriblemente, y esa sensación la hizo exaltarse de inmediato. Había olvidado lo mucho que duele dormir en el suelo, con apenas un cartón para recostarse.
— ¡He dicho arriba! — nuevamente alguien gritó, tomó varias bocanadas de aire para evitar vomitar ahí mismo.
Dió un segundo intento, y se levantó apoyando sobre sus codos para tener una mejor visión. La pelirroja que tenía como compañera ahora está de pie, mirándola.
— Ponte de pie, o los harás enfurecer.— Le advierte Sophia, con una mirada dura y penetrante. Clementine, a pesar de esa molestia en su pecho por su tono asiente, y se levanta de una vez. En la celda, ya hay algo de luz. Pero apenas tenue, parece ser que apenas está amaneciendo. Allá afuera hay demasiado ruido, e incluso puede escuchar el lejano ruido de algún motor trabajando, muy distinto a como era anoche, puesto que ahora estaba todo en funcionamiento y el sonido de los vivos se escuchaba desde esa celda. Sophia la miró fijamente, con su único ojo al descubierto, antes de mirar hacia la puerta de nuevo.— No me voy a arriesgar a que llames demasiado la atención, si haces algo mal, estás por tu cuenta. Esto ya no es Ericson y ya no estás a cargo. No dudarán en castigarte si te rehusas a cooperar.— se señala con dureza su ojo, evitando la mirada de ella en todo momento. Peor sin dejar de hablarle.— Créeme, no se tocarán el corazón cuando lo hagan. Y lo harán. Así que yo en tu lugar agachaba la cabeza y obedecía.
— Suenas como una de ellos, y en otros caso, como una sumisa.— Le dijo la rizada, posando sus manos en sus caderas y de manera inconsciente trataba de quitar todo el rastro de sueño y cansancio que aún tenía en el cuerpo.
— Es mejor así, de esa forma no te hacen daño.
Clementine se sintió indignada, puesto que el tono que usó causó una especie de desprecio. Sonaba afligida, derrotada, por supuesto que entendía por qué, el estar aquí encerrada y las cosas que probablemente le han hecho en este tiempo. Pero sólo sucedía si no eras fuerte de voluntad, y ella sonaba como si ya estuviese acostumbrada a esto. Por supuesto, no le haría caso a sus advertencias, Clem no se quedará lo suficiente como para quebrarle tan fácil su voluntad.
— Me pregunto qué diría Tenn si te escuchara hablar de esta forma. — agregó, tratando de así dar entender su punto. La contraria se quedó unos largos segundos en silencio. Sus hombros se movieron bajo esa ropa desgastada y sucia, y finalmente volteó a mirarle.
— Lo mismo que Louis, si algo le sucede por tu culpa.
Clementine frunció el entrecejo, y bufó. Ese estado a la defensiva nunca abandonó su porte. Hubo movimiento afuera de las celdas, que ya analizando bien, parecían ser jaulas de generadores ya viejos, pero cumplían con el propósito de tener encerrada a la gente. Escuchó a gente por los pasillos, y el chirrido del metal abriéndose. Trató de acercarse las rejas, y asomar su rostro para ver mejor lo que sucedía pero fue impedido cuando un hombre de gran altura y proporción se puso en frente de ella.
— Atrás. Ahora. Manos en la cabeza.— le ordenó, el enorme sujeto sujeto le señaló con el rifle. Al ver su arma en mano, comprendió que no tendría opción para renegar, así que hizo lo que ordenó. Ambas se posan una a lado de otra, casi quiere repelar cuando cree que eso es de lo más denigrante.— Afuera, ya.— Les dice, Sophie con la cabeza abajo sale de la celda, Clem no tiene otra opción que hacer lo mismo puesto que la celda de Louis está siendo abierta también. Todos los prisioneros salen hacia el pasillo en una sola fila, increíblemente puede contar por lo menos 15 personas, incluida ella, Louis y la pelirroja. En ningún momento puede ver a Aj y eso causa más estragos a la chica. Hay un par de guardias en la entrada, mentalmente va anotando cuántos hay en todo el lugar. Más el que está apresurando a todos, son tres de los cuales están armados.
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