PARTE QUINCE

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Respiró, profundamente antes de ajustar las agujetas de sus botas.

» Están aquí, por una razón. Están aquí, para saldar una deuda que tienen ahora con nosotros... Su vida, su vida completa ahora se la deben a Delta. Su nuevo hogar.

El cansancio predominaba, no ha dormido en la toda la noche. La celda, fría, y ensombrecida la cual habitaba ahora, no había hecho otra cosa más que empeorar su situación. Clementine de igual manera hizo de todas sus fuerzas, para arrancar la cremallera de su chaqueta. La tela se rompió, y entonces ella jaló de la tira hasta que salió completamente.

» Este techo, por muy poco que parezca, se lo deben a Delta. Delta, les otorgará alimentos dependiendo del esfuerzo que le demuestren. Delta, recompensará la lealtad que le dediquen...

Se acercó hasta una columna, la cual era de madera. Pasó sus dedos sobre la superficie, eso le enterró algunas astillas en su piel, pero fue eso que le incitó a continuar.

»Cualquier intento, lo pagarán muy caro. Si toman el riesgo, se los aseguro, la muerte les parecerá mejor opción.

Con la voz de Lily, resonando en su cabeza, ella decide que no llegó tan lejos para ser convertida en un soldado.

Clementine sujetó la cremallera desde las orillas, y con movimientos hábiles comenzó a restregar los dientes de la cremallera contra la madera. De un lado a otro, hasta que el material comenzó a desgastarse, sólo un poco, dejando una ligera brisa de aserrín.

Esto tomaría bastante tiempo, pero si algo había aprendido a lo largo de su corta vida era ser persistente. Continúo, y continuó, hasta que sus brazos comenzaron a doler por los movimientos. Y al ver, lo poco que había pulido con su cierra improvisada, un suspiro de cansancio salió de ella.

- Lo que sea que intentes, no va a funcionar. - Clem se asusta, y voltea hacia la otra chica. Que en su momento se encontraba dormida. Aún así, no mantuvo la guardia baja y se puso alerta ante cualquier movimiento sospechoso.

Apenas la podía ver, estando ella en la esquina de su celda, cubierta por la oscuridad. Apenas un rayo de luz que le alcanzaba el rostro, aún así, no era suficiente para poder verla con claridad.

Clementine se mantuvo quieta, atenta ante cualquier movimiento que pudiera resultar peligroso. La vio moverse entre cuclillas, ella se pegó a la pared, sin querer mantener algún tipo de contacto con la otra prisionera.

El aire se encontraba denso, todos sus músculos rígidos al ver a la fémina acercarse con lentitud.

Cuando Lily la metió en esa celda, lo primer que fue de su preocupación es ver el cuerpo inerte de otra persona, encima de lo que apenas podía llamar un catre. Creyó que estaba muerta, y quizá era uno de los castigos de Lily dejarla dentro con un posible caminante. No dudaba que fuera eso, creía capaz a Lily de hacerlo con el único fin de hacerla pasar por una prueba.

Esperaba eso, que ese cuerpo tendido en una sucia manta se levantara con intenciones de devorarla. Se podría encargar fácilmente de ella, ya hubiera buscado la forma. Pero ahora, su preocupación era peor al ver que realmente se trataba de una persona viva. Una, de la cual no tenía conocimiento alguno. No sabía intenciones, si era buena o mala. Y peor aún, no sabía si era de confiar.

En una balanza, tenía en cuenta que era mejor estar encerrada con un caminante que con una persona.

Tragó saliva, tratando de mantenerse firme ante la posible amenaza que tenía enfrente.

- ¿Qué es lo que quieres?

Habló fuerte y claro, firme. Creando una barrera entre la prisionera y ella.
Sin embargo, la contraria no reaccionó, y se escabulló entre las sombras hacia la otra esquina, encogiéndose y abrazando sus piernas, un temor surcó a la castaña. Por dentro, Clementine ocultaba fuertes emociones de pavor y desconfianza.

Darling || CLOUIS || TWDGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora