Parecia no haber fin para la llovizna y relámpagos que hundían el ambiente en una neblina de desestimación. Pero a pesar de muchas especulaciones, lo tuvo; el cielo, que se veía abrigado en tonalidades grisáceas se despejó por completo dando paso a la gran esperada iluminación del día, donde diversos rayos de luz iluminaron el amplio terreno de las comunidades, por fin, las tormentas han terminado, y no parecían volver hasta dentro de un largo periodo de tiempo. El día posterior a los angustiantes hechos todo habitante en las comunidades vecinas quedaron pasmadas ante la llegada de nuevas noticias y otras desgracias más. Dos comunidades, aliadas y rivales, atraviesan por medio de acontecimientos que marcan el antes y después en la historia de sus asentamientos.
Se preparó un banquete para bautizar a la recién llegada, que entre lágrimas y el más áspero dolor, fue recibida con valentía, alivio y el más genuino entusiasmo. Pero en el otro punto, un brindis amargo se realizó en honor de uno de sus compatriotas, que con viejas anécdotas cargadas de melancolía y lágrimas de impotencia, fue sepultado bajo tierra.
Elena reunió a los habitantes de Oceanía para anunciar la llegada de una nueva personita. Con ella buenos tiempos de prosperidad se avecinaban y la promesa de un nuevo mundo para la bebé iba a ser llevada de la mano por cada uno de ellos;
"...Bienvenida, linda Vi..."
En la Federación, Rogers lanzó tres disparos al aire y declaró la muerte de Paul como la última baja por traición, era el preludio a una nueva era que se avecinaba, una donde el más mínimo de deslealtad iba a ser intolerable para su régimen y nuevas ambiciones iban a ser alcanzadas en su memoria.
"...Hasta pronto, viejo amigo..."Se llevaron presentes para la pequeña, y flores blancas para el difunto.
La comunidad guardó silencio
Y otra celebró hasta la nocheEn una se festejó la vida
Y en otra se lamentó la muerte.Ubicadas en el mismo plano pero distintos puntos, donde lo único que las enlazan es una mísera y mundana conexión entre dos individuos perdidos que se buscan en los lugares equivocados, un lazo que en su momento fue su fortaleza, pero sin notarlo por la distancia y el remordimiento se ha ido deteriorando hasta quedar una fina línea que marca el fin de todo.
De lo que vivieron, lo que pasaron, lo que sintieron, lo que alguna vez amaron. Esa flama ya no arde con vehemencia, sino que empieza a extinguirse y la posibilidad de desaparecer empieza a tomar fuerza. Y sólo son ellos los que deben decidir si la dejan terminar su curso, o la avivan con falsas esperanzas y deseos egoístas.
Él observó con atención.
— Puedes llorar si quieres — ella suspiró, una de sus comisuras se elevó en un atisbo de ironía, su mirada perdida y la mueca resignada en su rostro ocultan a la perfección el estado en su interior.
— Yo ya no lloro, Louis — expresó exhausta, todo el funeral, la ceremonia, y el hecho de que ahora es la nueva viuda empieza a ser abrumador, demasiado para ella— Le prometí a Paul que nunca más lo haría.
— Eso no te hará débil.
— No tiene que ver con eso, no tiene que ver con nada de esa índole.— explicó ella, su mirada perdida en la nada, mientras Louis se acerca lentamente a su lado, guardando distancias. Ella sonríe afligida con el recuerdo de su viejo amor.— Dijo que nunca más tendría que hacerlo, porque todo lo malo había terminado. Já — rió sarcástica.— Ese era el lado oscuro, no sabía que estaba mintiendo.
Su empatía lo llevó a ser inconscientemente la compañía que Claire necesita para su duelo, porque se siente en deuda con Paul, por todo lo que hizo por él y lo que no pudo regresar en respuesta. Lo que no pudo evitar, si tan solo hubiera previsto el peligro a su alrededor...