Cap 3

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—Eres tan hermosa— escucho a Fran, pasado de tragos, sintiendo su mano en mi muslo.

Estamos sentados en un sofá grande. Él está sentado correctamente a piernas abiertas, mientras, yo estoy casi recostada en este sillón , apoyada sobre él y mis manos en su pecho. Una de sus manos se  encuentra con la mía , y la otra se desliza de arriba hacia abajo  sobre mi muslo.

Yo no digo nada ante aquella afirmación, solo una inconsciente sonrisa y una pequeña risa juguetona brotan de mis labios, cierro los ojos, respiro lentamente y disfruto este momento, extraño. 

Cuando comenzamos a ver una peli estaba todo muy bien, estábamos como siempre; un sobrino y una tía viendo una película como muchos parientes hacen. A pesar de que estábamos en una posición como de pareja nos sentíamos solo como familia, o por lo menos yo me sentía así. Eso cambio cuando sentí la mano de Fran quedarse inmóvil justo en mi cadera, lo cual me hizo mirarlo instintivamente, él solo me dió una sonrisa juguetona y yo lo miré con intriga, allí me apretó la cadera fuertemente. ¿Me dolió? definitivamente si. ¿Me molestó? definitivamente no, todo lo contrario, me encantó como lo hizo. Quería llegar a algo más que solo estar abrazados .

 —¿A qué estas jugando, nene?— pregunté devolviéndole la misma sonrisa.

—No sé— me respondió, encogiéndose de hombros —¿A que querés jugar?

Me quedé en completo silencio, necesitaba saber hasta donde era capaz de llegar este nene. Yo quería que él me demostrara lo que sabía. Seguí mirando la película.

Por un segundo creí que Pancho haría lo mismo. No fué así.

En un movimiento rápido, Francisco quedó sobre mi en el sofá.

—¿¡Qué haces!?— le  pregunte entre risas.

—De verdad no querés jugar?— me dijo con un puchero en sus carnosos labios.

—Tal vez no me apetece ahora— lo desafié .

—Ni si quiera por tu sobrino favorito?— me dijo acercándose cada vez mas a mi.

Mi querido sobrino dejó un suave beso en mis labios y pronto bajó hasta mi cuello. Mi respiración agitada y sus labios haciendo contacto directo con la piel de mi cuello y por el escote de mi blusa no ayudaban a que me pudiera seguir resistiendo.

—F-Fran ah...mm  no.— pocas palabras lograban salir de mi boca entre gemidos. Yo intentaba separarme de él, pero todo mi cuerpo me fallaba. Puse mis manos sobre su pecho para intentar separarme y negarme, pero ni tenia la fuerza. ni las palabras salían.

—¿Que pasa, amor?— pude sentir una sonrisa en mi piel. Seguía besando y chupando. —Te escucho; ¿Qué sucede?

Al no saber que responder me quedé callada, disfrutando de sus caricias, y él continuó.

—¿Sigues sin querer jugar? ¿O ya te hice cambiar de opinión?

—S-Si ...

—Si ¿que?

—Ya cambié de opinión— dije como pude .

Sus manos juguetonas subiendo y bajando, desde mis caderas hasta el borde de mis pechos. Él volvió sus labios a mi boca. Mis manos inquietas desabrochando su camisa. Nuestros labios sin separarse, y nuestros corazones latiendo al mismo ritmo. Francisco sacó su lado bestial y apasionado, sacándome la falda brutalmente y mi blusa, ambas quedaron en algún lado de sala. Al fin logré sacar su camisa y contemplé el cuerpazo que el 'nene', mi sobrino. Un torzo totalmente definido, brazos muy fuertes y los músculos marcados. Luego de violar con la mirada a mi sobrino, con dificultad le saqué los pantalones, para mi sorpresa ahí abajo el chico tenía más que cualquiera con el que estado.

—¿Pasa algo, linda?— me pregunto con picardía, creo que se dió cuenta de como lo miré.

—Nada.— respondo igual.

Él dejó pasar eso, por la excitación, supongo. Siguió besándome en los labios intensificando el beso cada vez más. La tela de nuestras ropas interiores era lo único que separaba nuestras partes.

Bajó el beso por mi mandíbula hasta mi cuello, dejando leves chupones por todo el camino que recorría con sus labios por mi piel, descendió un poco más hasta mis senos, donde topó con la tela de mi sujetador. Seguía besando, chupando, marcando y masajeando mis pechos sobre la tela. En un momento, cuando arqueé la espalda por el placer que me hizo sentir, pudo desabrochar mi sujetador y, con un movimiento rápido me lo sacó.

Se quedó mirando la desnudez de mi torzo, sus ojos llenos de lujuria.

—¿Pasa algo, lindo?— pregunté haciendo referencia a su burla de antes.

—Nada.— contesto como hace unos minutos yo lo había hecho.

Como pude me separé de él y me senté bien en el sofá y tapé mi desnudez con un cojín. Francisco se puso serio, sus ojos mostraban preocupación y confusión.

  _¿Que pasa, amor?_ pregunto tomando mi cara entre sus manos

  _Al fin reaccioné, Francisco. Esto esta mal, muy mal. No tuvo que haber pasado todo lo que pasó. Lo siento_ me levanté de ahí e iba a subir las escaleras para ir a mi habitación.

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AHI ESTA LA MIERDA DE CAPÍTULO PELOTUDAS!!! AHORA LES TOCA A USTEDES.
anonimook6

Relatos De La Familia Galán |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora