Cap 44

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  °Narra Lucia°

  Yo tan inocente, pensando que lo que teníamos pendiente era nuestra conversación.., me di cuenta que estaba equivocada en cuanto comenzó a besarme con desesperación. Claramente no me iba a negar, así que le seguí el beso.

  El beso cada vez era más fogoso, por qué, claro necesitábamos terminar bien lo que pasó en el ascensor. Así lo hicimos. seguimos por un largo rato entre manoseos y toqueteos mientras nos denudábamos de a poco, hasta que por fin ya nos encontrábamos en su cama, totalmente desnudos y dispuesto a hacerlo alocadamente por segunda vez.

  Lo hicimos, hasta quedar sin energía de nada. Una hora y media después terminamos con lo nuestro, yo recostada en el pecho de Joaquin, y es entonces donde Joaquin hace LA pregunta.

  —Y, mi amor? Pensaste lo que te dije? —pregunta acariciado mi cabello, mientras yo jugaba con el pelo de su pecho.

  Como era obvio que no podíamos seguir evitando el tema, decidí contestar. —Pues.., si, y bastantemente que lo he pensado...

  —Entonces? Qué me dices? —preguntó ansioso.

  —Digo... que creo que será muy difícil dejar por completo todo eso que he pasado, pero que me gustaría probar esta aventura sexual solo contigo, como tú la llamaste.

  —Osea que...¿?

  —Osea que.. te daré dos semanas de "prueba". Por dos semanas seré solo tuya..

  A Joaquin pareció iluminarse la cara con lo que le dije, claro que enseguida su rostro se cubrió de lujuria. —Y si celebramos esta decisión con una tercera ronda antes de ir a cenar? 

  Lo miré de la misma manera y obviamente pasó lo que debía pasar. Me subí sobre él y comencé a dejar besos y chupones en cada centímetro de su cuerpo mientras bajaba hasta su miembro. Le di un oral muy bueno, él sostenía mi cabello con fuerza y me provocaba arcadas.

  Seguimos así hasta que acabó en mi boca y yo tragué todo lo que me dió. Volví a sentarme a horcajadas sobre él y comencé a montarlo como nunca.

  Yo podía sentir como Joaquin enterraba sus dedos en mi cadera para guiar los rápidos movimientos de las penetraciones. Él jugaba con mis senos y dejaba chupones que probablemente no se borrarían en un buen tiempo. Seguimos otra hora así, para después iniciar una larga sesión de besos y toqueteos. 

  Como vi que la situación iba subiendo de temperatura nuevamente, me alejé de Joaquin y comencé a vestirme en silencio. De pronto aparece detrás de mi aún desnudo y me apoya todo. —Me alegra que hayas tomado esta decisión, linda. —comienza a besar mi cuello.

  —S-si.. a mi también.., pero basta. —suspiré agitada—. Si seguimos así no vamos a comer.

  —Yo ya comí... a ti.

  Me doy vuelta y lo enfrento con firmeza. —Si yo también pero ahora vamos a comer algo más nutritivo que solo carne. —le digo dándome la vuelta para ir a la cocina.

  Joaquin no dice nada y me sigue en silencio.

  Comienzo a preparar algo para la cena mientras Joa ponía los platos con uno que otro comentario subido de tono.

  Rato después terminamos de cenar y nos pusimos a ver una película. Antes de que terminara el filme yo ya me tenía que ir, entonces comencé a recoger mis cosas, me despedí de él con un beso en la mejilla, ya había abierto la puerta para retirarme cuando él me toma del brazo, cierra la puerta y me acorrala contra ella.

  —Quédate conmigo— me suplica rozando su nariz con la mía. Yo cierro los ojos para sentir mejor el contacto.

  —No puedo... —suspiré— Qué le diré Rocio?

  Acaricia mi cintura delicadamente —La verdad... Que pasarás la noche conmigo —besa mi mejilla.

  —J-Joaquin... —susurré como pude— Y-yo..

  —Dale amor... Quedate acá —bajo con besos por mi cuello y apoyó su cabeza en mi pecho y besó justo donde terminaba mi escote.

  Yo me quedo atónita, pero una sonrisa inconsciente brota de mis labios, acaricio el cabello del hombre y dejo un beso en su frente. Me abrazó por la cintura aún con su cabeza en mi pecho y me levantó. Enrollé ms piernas en su cintura.

  —Joaquín... supongo que no querrás....

  —Nono... Solo quiero estar contigo, abrazarte en la noche y que despiertes a mi lado, ¿es mucho pedir?

  Ahí me di  cuenta de que si, efectivamente, en Joaquín podía encontrar toda la perversión que quisiera, todo el sexo que mi cuerpo pueda aguantar y todo el cariño que sea capaz de recibir. Esto me encanta, porque además, es mi hermano, osea que también puedo encontrar contención y apoyo. ¿Qué mejor?

  —Bueno, me quedaré contigo —le sonrío y el me besa.

  Me lleva delicadamente a la cama, me lleva una camisa para que me ponga como pijama y eso hago, luego llamo a mi hija para avisarle donde pasaré la noche y así no se preocupe. Al rato llega Joaquin solo con un bóxer a dormir, se acurruca detrás mio y pasa sus brazos por mi cintura, haciendo que estemos pegados.

  Al otro día Joaquin se levantó antes que yo y me sorprendió con el desayuno en la cama, nos besamos y desayunamos juntos en la cama. Al rato después me fui. Llegué a casa y me encontré con Rocio y compañía... ¡Mierda!

  —Hola, Lu —me escanea con la mirada sin que nuestra hija se diera cuenta—. Que linda que estás.

  —Alberto..! Hola, no sabía que vendrías. 

  —Claro, Gachi, de eso se tratan las sorpresas.

  Sonrío algo incómoda. —Si.... Vaya sorpresa.

  Me acerqué a saludar a mi hija y, por su puesto que también a Alberto.

  —Le decía a Ro que  vine para invitarte a almorzar y hablar de algo... ¿Te molesta?

  Miro a Rocio, quien le está sonriendo a su padre. —Ah... No, para nada. —forjo una sonrisa.

  Ya sé que lo más probable es que Alberto solo haya venido para tener sexo después de comer, pero claro no lo iba a decir delante de nuestra hija. 

  Si bien es verdad que me encanta como lo hace y como se mueve yo hace poco hablé con Joaquin sobre la decisión que tomé, y como soy una mujer de palabra no pienso romperla. Supongo que le tendré que aclarar esto a Alberto luego de comer.

  —Bien! Entonces vayan tranquilos, yo me quedo acá viendo películas.

  —Ok, si. Pero primero necesito bañarme y cambiarme.

  —Te espero. —dijo finalmente el hombre y subí para arreglarme.

  Me esperaron abajo cerca de unos 20 minutos, cuando bajé con una blusa roja que dejaba mis hombros al aire, un pantalón negro, tacones del mismo color y un maquillaje natural.

  —Que hermosa, Lu. 

  —JAJ... See.. gracias. ¿nos vamos?

  —Si.. —me extendió el brazo, se lo recibí y me llevó hasta la salida.

  Nos subimos a su auto y condujo hasta un restaurante que estaba cerca de su casa. Entramos nos sentamos y pedimos algo de comer.

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Holaa! Bueno, acá les traigo otro capítulo,  espero que les haya gustado. A mi la verdad que no mucho, me pareció aburrido y de relleno.... pero, nada. Los amo, bye.

anonimook6 gachius

Relatos De La Familia Galán |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora