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—Te estaba esperando, Ángel

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—Te estaba esperando, Ángel. —Permaneció parado al lado de la mesa.

—¿Qué es esto? —dijo mientras observaba cada detalle de la escena frente a él

—¿Acaso no te has dado cuenta? Mira las velas y la mesa, saca una conclusión. —Metió sus manos en los bolsillos de su pantalón.

—Una cena romántica, tal vez?  —Su cara se arrugó en confusión.

—¿Ves que no era tan difícil? Ven, acompáñame a la cocina. —extendió su mano en dirección a Noah.

-Okay... —Empezaba a emocionarse por la noche que le esperaba. Se sentía muy sorprendido por el esfuerzo que Allen había puesto en eso. Todo estaba muy lindo.

Al estar todo iluminado por velas, la luz no era lo suficientemente potente como para iluminar por completo el cuarto, por la tanto, Allen tuvo que prender las luces, revelando una gran cantidad de ingredientes esparcidos por el mesón. Harina, huevos, pollo, tomate, cebolla, etc..

—Sé que debes estar cansado por el largo turno que tuviste hoy, pero pensé que sería lindo si cocinamos algo juntos. ¿Qué te parece?

—Me encantaría. —Una sonrisa se formó en sus labios.

—¡Bien! Hoy comeremos espagueti, y pollo con salsa blanca y champiñones. -Habló con una sonrisa amplia dejando ver sus colmillos. Sus ojos se veían brillantes y sus manos se juntaban en un aplauso al terminar sus palabras.

—Suena delicioso.

—Lo es.

Lo primero que empezaron a preparar fue la masa; Allen echó todos los ingredientes necesarios en un jarrón, e hizo que Noah los empezara a mezclar. Hicieron un pequeño desastre al empezar a jugar con la harina, terminando con rostros blancos. Una vez se empezó a formar la masa, Allen puso sus manos sobre las del rizado y empezó a hacer presión sobre ellas, esto haría que la masa se aprete, además de brindar un poco de contacto físico.

Pasados 15 minutos, ya podían usar el rodillo para aplanarla, Allen repitió sus acciones; poniendo sus manos sobre las de Noah. Cuando ya no se podía adelgazar más la masa, la empezaron a cortar para hacer los espaguetis; los echaron en agua hirviendo, y empezaron a preparar la salsa. Allen estaba encargado de cortar las cebollas, y como era de esperarse, lágrimas empezaron a brotar por sus ojos; ganándose las risas del rizado mientras que este cortaba el ajo. Pusieron una sartén a fuego lento, y echaron los dos ingredientes; siguieron con el tomate y los champiñones, para al final agregarle la crema de leche. En un sartén aparte, pusieron el pollo; a lo que esperaban que este estuviera listo, Noah decidió robarle pequeños besos al vampiro, lo cuales terminaron en uno más largo y profundo. Cortaron el pollo y lo echaron en la sartén que tenía la salsa, terminando finalmente su plato.
Empezaron a servir, acomodando com delicadeza en la mesa.

—Sacaré la bebida; no tardo. —Allen trotó hasta la cocina, y sacó una botella de vino.

—¿Me quieres emborrachar?

Hermanastros | ✔ [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora