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Los nefilim, criaturas que nacen de la combinación de un Ángel caído y un humano, sin ningún otro objetivo más que complacer a los caídos cada año

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Los nefilim, criaturas que nacen de la combinación de un Ángel caído y un humano, sin ningún otro objetivo más que complacer a los caídos cada año. No poseen ningún poder, pero son inmunes al control de mentes que poseen algunos caídos. Durante años han sido desechados y utilizados. En algún punto tendrán que rebelarse, no?

La noche llegaba a su fin, la conversación que había nacido a causa de las infinitas incógnitas de Noah, terminó de manera abrupta tras la respuesta cruda y trágica de Hank le dio.

Sentía frío, su cuerpo temblaba, y su rostro estaba pálido, sabía que eso era a causa del estrés que sentía, era la forma en la que su cuerpo le decía que nada estaba bien. Trataba de calmar su mente contando las horas y minutos que faltaban para el esperado regreso de Allen, si se concentraba lo suficiente en aquello, tal vez podría estabilizar su temperatura y recuperar el color de sus mejillas.

Después de tanto pensar y de haber contado al rededor de dos horas de manera regresiva, cayó en un profundo sueño. Por primera vez en mucho tiempo, su subconsciente no creó un sueño, pudo dormir en paz. Nada de pesadillas ni sueños indeseados. Sintió que la noche duró apenas unos segundos cuando su alarma sonó, indicando le que era hora de despertar. No quería pararse de su cama, su cuerpo no se lo permitía, queria quedarse todo el día acostado esperando a la llegada del vampiro, pero Hank tenía otros planes, entrenado a su habitación alegando que debía asistir al primer día de clases. Asi que sin mayor objeción, dio inicio a su día.

El camino al campus era largo, la universidad queda en un lugar rural alejado de la caótica ciudad. Esto le permitió al rizado dormir un poco más, además de que le dejó prepararse mejor para lo que se enfrentaría.

Todo parecía ir en cámara lenta, mientras se adentraba en los espaciosos corredores de su facultad, mantenía la cabeza gacha, evitando la mirada de las personas con las que se cruzaba. Logró llegar con éxito al salón asignado, agradecido de no haberse perdido.

El salón era un poco pequeño, en su mente se imaginaba esos salones de las películas que contienen cientos de asientos, y que contenían escaleras y parlantes colgados en las paredes. En el fondo le agradaba el tamaño de los salones, eso significaba que no tendría que interactuar con muchas personas y que sería capaz de concentrarse mejor.

Las clases pasaron de manera normal, lo cual le permitió al rizado organizar sus pensamientos y dejar que su día fluya. En su clase de historia, conoció a una chica, una linda chica; al final de la clase, se quedó junto a ella, almorzó junto a ella, se sentía cómodo a su lado. El rostro de la chica le traía calma de una manera extraña, sus ojos cafés le brindaban confianza y eso era suficiente para él.

Su nueva amistad lo distrajo tanto, que por un momento se le olvidó la ausencia de Allen, olvidó el peligro al que se enfrentaban y cada una de las tenebrosas historias que Hank le contó. Gracias a ella pudo terminar su primer día con éxito, pero olvidó preguntar su nombre. Pasó todo el día con ella, y en ningún momento se le ocurrió preguntarlo. Deseaba volverla a ver, deseaba que siguiera asistiendo a su clase de historia. Quería estar con ella.

Hermanastros | ✔ [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora