Hermanastros | ✔ [En Edición]

26

—¿Qué está sucediendo aquí? —Una fuerte voz masculina se escuchó en la habitación.

Hank estaba parado bajo el marco de la puerta observando la escena que tenía frente a él, su hijo y su hijastro durmiendo juntos, pero no de manera normal; Noah tenía todo su cuerpo sobre Allen, mientras este le agarraba la cintura para mantenerlo en su sitio.

El volumen que había utilizado para hablar, fue suficiente para hacer que los dos jóvenes despertaran rápidamente de su profundo sueño; el rizado se retiró del cuerpo del vampiro con un brinco, y el otro se sentó recto, su rostro demostrando una evidente sorpresa.
Los jóvenes no pronunciaron ni una sola palabra, y eran incapaces de observar el rostro del mayor que los interrogaba.

—Noah ¿qué haces en el cuarto de Allen? —Su ceño estaba arrugado.

—N-No es lo que parece... —El rizado había olvidado como hablar, las palabras no lograban salír de su boca.

—¿Entonces? ¿Qué hacías sobre Allen?

—Señor, creo que esa parte no tiene una explicación coherente —el mayor de los dos intervino—. Noah vino a mi cuarto anoche para hablar un poco, cosa que hacemos casi todos los días, solo que esta vez nos excedemos con la hora; ambos nos quedamos dormidos aquí, y yo tengo el hábito de abrazar a la persona que duerme a mi lado... Tal vez así fue que terminamos en esa posición.

La historia, por varias razones, no sonaba real en absoluto, pero Hank al estar aún bajo los efectos de una resaca, decidió pasarlo por alto y creer la excusa de Allen.

—Está bien... Supongo que tiene un poco de sentido. Por favor bajen, Marissa los está esperando para saludarlos —con su mano restregaba sus ojos—. Allen, deberías ponerte una camisa, hace frío.

Cuando Hank salió de la habitación, Noah corrió a cerrar la puerta para poder calmarse y pensar lo que haría con su relación y los dos adultos recién llegados.

—Linglin- Allen. ¿Qué hacemos? ¿les decimos? ¿U ocultamos todo? —La frente del rizado estaba arrugada, la preocupación apoderándose de sus facciones.

—Ángel, respira. Todo estará bien. Por el momento creo que lo mejor seria no decir nada al respecto; tu padre aún no sabe que sientes atracción hacia los chicos, bueno, hacia mí, y no sabemos cómo podría reaccionar al respecto.

—Eso es lo que más me aterra. Él fue el primero en hablarme sobre las relaciones entre las personas del mismo género, pero tal vez no se sienta cómodo con el hecho de que su hijo sea de esas personas...

—Noah, amor, no te preocupes, si algo malo llega a suceder, recuerda que estamos juntos en esto, ¿okay?

—Okay. —Respiró profundamente y botó el aire con fuerza tratando de estabilizar su pulso.

—Bajemos, nos están esperando.

—¿No vas a ponerte una camisa?

—Ángel, tú tienes puesta mi camisa. —Se paró de la cama y le dio un beso al rizado en la frente antes de bajar a la sala.