capítulo diecisiete: cuando la culpa carcome
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Eran aproximadamente las tres de la mañana, o incluso más tarde, y Archie y Verónica se quedaron en completo silencio cuando Jughead soltó aquellas palabras, cargadas de culpa, remordimiento y dolor puro. Pues estaban confundidos con lo que había dicho, y ambos se miraron entre sí para poder descifrar si el otro sabía de lo que el castaño hablaba.
Pero no, Verónica negó al igual que Archie, por lo que solo se quedaron ahí para escuchar lo que Jughead les tenía que decir.
- Un año atrás... Las Serpientes teníamos un trabajo que hacer en el instituto de la misericordia. Nos pidieron una carga de drogas, por lo que mi padre aceptó y fuimos personalmente a llevar el encargo. -Jughead comenzó a contar lo que tanto se lamentaba. - Sweet Pea y yo veíamos a las chicas que regaban el jardín, pues parecían no tener consciencia de lo que hacían y teníamos la teoría de que lo más probable fuera que utilizaran las drogas en las chicas que estaban ahí metidas.
- Dios, Jug. -Verónica soltó al escuchar las palabras de su hermano, intrigada en saber lo que seguía después, pero al mismo tiempo no queriendo enterarse.
- Pero, mi padre nos regañó a ambos y nos dijo que no preguntáramos nada y que comenzáramos a llevar las cajas de droga a la bodega, que ese era nuestro único trabajo. Así que eso hicimos, cargando varias cajas y llevándolas a donde nos habían indicado. -continuó, con las manos temblorosas al recordar ese maldito día. - Pasamos media hora llevando cajas, pero horribles gritos se escuchaban por todas partes, y todo el tiempo. -suspiró. - Los pasamos por alto, como había ordenado mi padre, y continuamos con nuestro trabajo hasta que... Llegó la hora de irnos, y yo tardé en salir porque una parte de mí quería saber la razón de aquellos terribles gritos, y entonces... Al pasar por uno de los pasillos, vi como unos enfermeros llevaban a una chica, metiéndose a un cuarto, con la rubia gritando y llorando. -se quejó con amargura, las lágrimas acumulándose en sus ojos. - Yo ya suponía lo que estaba pasando, y quise ir hacia ella, juro que sí, pero mi padre me puso una mano en el hombro y me dijo "que no te importe. No seas débil por nadie, o no resistiras mucho en esta vida" y me llevó lejos de ahí.
- J-joder. -Archie atinó a decir, sorprendido por la historia que Jughead les había contado, y pensando miles de cosas.
- Ay por Dios. -la pelinegra sollozó, llevándose las manos a la boca para ahogar su llanto, pues era sensible ante el tema y le frustraba no poder hacer nada. - Jug...
- No dormí esa noche, ni la siguiente, ni la siguiente a esa. No dormí por todo ese mes. -dijo con dolor. - Una parte de mí me culpaba todo el tiempo por no haber ayudado a la chica. -suspiró. - Más tarde, con todo lo que Betty me contó, supe... -se armó de valor para decirlo, secando sus lágrimas. - Supe que esa chica. Aquella rubia que dejé esa tarde... Era la misma chica a la que ahora amo. Y me culpo todo el tiempo por dejar que eso le pasara, fue mi culpa y yo pude haber evitado todo.
- Yo... N-no sé qué decir. -la morena confesó, secándose las lágrimas igualmente en un estado de shock. E intentado procesar todo. - Necesito... Algo de aire. Discúlpenme.
Se levantó de ahí, y se fue caminando a paso firme, bajando por las escaleras y desapareciendo de la vista de ambos chicos.
- ¿Podrías ir tras ella? Ha pasado por muchas emociones fuertes hoy. -Jughead pidió a Archie, un poco más calmado mientras se levantaba del piso igual.
- Lo haré, sabes que siempre estaré cuidándola aunque... Ella no me ame ya. -Archie suspiró, sonando triste mientras se levantaba del piso y sacudía su pantalón. - Y tú deberías de ir con Betty, te necesita.
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𝗪𝗛𝗔𝗧 𝗜𝗦 𝗟𝗢𝗩𝗘
Non-Fiction𝐖𝐡𝐚𝐭 𝐢𝐬 𝐋𝐨𝐯𝐞 | 𝗖𝗢𝗠𝗣𝗟𝗘𝗧𝗔. Betty Cooper había pasado toda su vida encerrada en las hermanas de la misericordia. Sabiendo casi nada de la vida. Hasta que su camino se cruza con el de el solitario Jughead Jones. Ella es un Sol brilla...