𝒈𝒓𝒂𝒄𝒊𝒂𝒔

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capítulo veinticinco: gracias
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A la mañana siguiente Jughead despertó, mirando a una tierna Betty Cooper dormida profundamente en su pecho y sintiéndose tan feliz por tenerla de esa manera contra su cuerpo. Había dormido como no había podido hacerlo en años y las estelas de su noche anterior aún lo hacían sonreír bobamente. Aunque esta vez notó algo que antes no se había percatado y es que era evidente como su corazón latía de una forma pausada y anormal. 

— Betty. —la llamó de inmediato, no queriendo despertarla, pero preocupado por eso. — Creo que estás teniendo pesadillas. Despierta.

Iba a intentar despertarla y entonces miró a Betty despertar de a poco, somnolienta y haciendo ese dulce gesto con la nariz que solo hacía cuando estaba dormida. Él sonrió un poco más aliviado, acariciando su cabello dulcemente.

— Juggie. —balbuceó con una sonrisa, abrazándose más a él aún con los ojos cerrados y sin querer despertar. — Quiero dormir, déjame dormir.

— Duerme entonces, mi amor. —Jughead sonrió, dejando un beso en su cuello y acariciando su cabello para arrullarla y ayudarla a dormir. — Es muy temprano, pero te quise despertar porque creí que estabas teniendo pesadillas.

— ¿Mmm?, ¿pesadillas? —Betty aún medio dormida murmuró y negó. — Noup, no tuve ninguna pesadilla. —sonrió, aferrándose a su pecho y dándole un beso. — Ahora déjame dormir solo cinco... Minutos más. —balbuceó la rubia, volviendo a cerrar sus ojos con cansancio y quedó dormida por completo en sus brazos.

Jughead la admiró, acariciando su mejilla mientras sentía su corazón estar en suma tranquilidad cuando la tenía a su lado. Pero la sonrisa se esfumó con rapidez cuando la puerta de su habitación se abrió.

— ¡Por Dios! —Hermione se quejó, cerrando la puerta junto con Hiram y llevándose una mano a la frente. — Jugheaaad. Dijimos que ella dormiría con tus hermanas, no en tu habitación.

— Ssssh, no quiero despertarla. Solo denme cinco minutos para vestirme y entonces salgo. —Jughead se quejó, acomodando a la rubia contra las almohadas y se comenzó a vestir lo más rápido y silencioso que pudo.

— Date prisa.

— Ya voy, ya voy. —se quejó, terminando de abrochar su cinturón y entonces abrió la puerta, saliendo ya vestido y cerrándola detrás de él. — Antes que nada no quería que nos encontrarán así.

— Tranquilo, está bien, solo dime que se cuidaron, por favor. —Hermione pidió, dirigiéndose hacia la sala con un pequeño suspiro.

— Hermioneee. —se quejó un poco, pero bufó ante su mirada y se resignó. — Bien, sí, nos cuidamos.

— Eso me deja un poco más tranquila. —la mujer dijo, sirviéndose una copa de vino mientras se sentaba en una silla con Hiram a su lado.

— Jughead, Hermione me comentó lo de tu situación con la hija de Alice Cooper, y por desgracia, es una situación bastante delicada. —Hiram habló, pidiéndole sentarse frente a ellos. — No podemos tener la custodia de Elizabeth Cooper.

— ¿Qué?, ¿por qué no? —Jughead no pudo evitar quejarse, mientras veía a la mujer juguetear con un sobre en sus manos.

— Hiram y yo no tenemos la mejor reputación limpia, como ya sabes, y él está siendo investigado por la estafa en el casino de New York. Por lo que no nos quieren dar su custodia y Betty tendrá que quedarse con una familia adoptiva en Chicago hasta que sea mayor de edad. —comentó Hermione, y entonces le tendió el sobre. — Y sé que te vas a negar, pero antes de que digas algo... Es mejor que leas esto. 

𝗪𝗛𝗔𝗧 𝗜𝗦 𝗟𝗢𝗩𝗘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora