𝒕𝒖 𝒑𝒊𝒆𝒍 𝒚 𝒎𝒊 𝒑𝒊𝒆𝒍

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capítulo veinticuatro: tu piel y mi piel

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Betty sonrió de oreja a oreja en cuanto Jughead abrió la puerta de su gran habitación en el Pembrooke. Sintió calor en su corazón al notar lo lindo que se veía todo. Pues toda la habitación tenía un delicioso y calmante olor a Jazmines, había flores de jazmín esparcidas por el suelo y las luces eran tenues, bajas, y acogedoras. La cama estaba totalmente tendida y todo el cuarto tenía una pinta de comodidad y seguridad que la hizo sentir bien.

— ¿T-Te gusta? —Jughead preguntó con preocupación, nervioso por su reacción. — Quizás es un poco anticuado, pero-

— Es perfecto. —Betty lo calló, girándose y colocando sus brazos alrededor de su cuello. — Esto es lo más lindo que alguien hizo por mí.

— Quería hacer algo especial. —sonrió él, acariciando su cabello suavemente mientras ella sonreía. — Algo que te hiciera sentir segura, calmada, tranquila. —respiró contra el hueco de su cuello, dándole un pequeño beso que la hizo suspirar. — Amada.

— Funcionó. —suspiró la rubia, sintiendo nuevamente esa "fiebre" en ella. — Estoy calmada, tranquila, relajada.

— Eso es lo que estaba esperando y es bueno. —murmuró, dándole suaves besos en las clavículas, lento y minucioso. — Pero aún puedes arrepentirte si no quieres. No hay ningún problema, ya te dije que será solo cuando tú-

Betty decidió que Jughead estaba hablando y tartamudeando mucho más de lo que quería y necesitaba en ese momento, así que lo acercó hacia ella y lo calló. Besándolo suavemente mientras acariciaba su mejilla.

— Juggie, no hables. —pidió sobre sus labios, exhalando lentamente y entonces llevó sus manos hacia su pecho, abriendo dos botones de su camisa y dándole caricias con tan solo las yemas de sus dedos. — Solo... Te deseo. Dame todo de ti. —respiró, la lujuria haciendo eco en su voz.  — Ésta y las demás noches.

Y con esas últimas palabras que salieron de los labios de Betty, Jughead pasó sus manos por su cintura y la jaló con suavidad, pegándola contra su cuerpo. Y entonces se unieron en un beso más lánguido y apasionado, mientras ella tocaba sus hombros y suspiraba en su boca.

Era el momento. Betty estaba lista y era lo que más quería. Necesitaba sentir su piel bajo sus dedos esa misma noche, quería unir su cuerpo con el suyo.

— Betty. —Jughead jadeó sobre sus labios en cuanto ambos se separaron para tomar aire. Respirando un poco acelerados mientras juntaban sus frentes. — ¿De verdad estás segura?

— Sí. —se apresuró a decir. — Estoy segura.

Jughead sonrió, acariciando su mejilla mientras volvía a besarla, esta vez un poco más desesperado por sentirla más. Bajando sus manos por su espalda como una caricia, mientras ella abría la boca más para darle acceso a su lengua y trasladaba sus manos hacia su cuello, acercándolo todo lo que podía. Las manos de él se deslizaron por su cintura, tocaron sus caderas con benevolencia y finalmente bajaron un poco más, tocando su trasero y ganándose un gemido de sorpresa en Betty.

— ¿Esto está bien? —tuvo que preguntar, pues no quería asustarla, o que se sintiera mal. Sabiendo de todos sus malos recuerdos que la atormentaban.

Betty asintió, volviendo a besarlo con la misma intensidad con la que él había comenzado. Sintiendo ahora ambas manos acariciar su trasero y apretarla más contra su cuerpo. Hasta que logró sentir lo mucho que la necesitaba, pues su erección estaba dura contra su muslo y eso provocó otro nivel de excitación, provocando una reacción en su cuerpo que fue casi como un reflejo, pues comenzó a mover las caderas hacia adelante, soltando gemidos leves al rozar contra él.

𝗪𝗛𝗔𝗧 𝗜𝗦 𝗟𝗢𝗩𝗘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora