𝗪𝗛𝗔𝗧 𝗜𝗦 𝗟𝗢𝗩𝗘

𝒔𝒊 𝒕𝒖́ 𝒕𝒆 𝒗𝒂𝒔

capítulo veintidós: si tú te vas
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La rubia Mariah Marshall estaba en la habitación que le habían designado de aquella cabaña, escuchando música mientras veía su celular tranquilamente y pensaba en Jughead Jones con una boba sonrisa enamoradiza, que bien caería más bien en lo obsesiva. Había paz por todo su alrededor y tanta calma comenzaba ya a dormirla. Pero nunca llegó siquiera a cerrar los ojos, porque su puerta se abrió estrepitosamente y no supo cómo reaccionar cuando sintió las manos de Verónica alrededor de su garganta en un rápido movimiento.

— ¡Tú, hija de puta! —se quejó la pelinegra, agarrándola con más fuerza y estrellándola contra la pared con evidente coraje en cuanto la levantó de la cama. — ¡¿Que mierda le hiciste a Betty?! ¡Habla! —la estrelló. — ¡¿Qué le inyectaste?!

— V-Verónica. —Mariah dijo con un sonido estrangulado, intentando respirar y quitársela de encima. — N-no sé de qué estás hablando.

— ¡No mientas, Mariah! Algo debiste de haberle inyectado a Betty, ¡algo malo! Porque empezó a convulsionar y ahora Jug y Archie la llevan al hospital. ¡¿Qué es lo que pasa por tu estúpida cabeza?! ¡¿No tienes neuronas acaso?! —Verónica se quejó, sin dejar de hacer presión. — Dime qué mierda le inyectaste o te juro que-

— ¿O qué?, ¿m-me vas a matar? —la rubia se rió como pudo, mirándola con incredulidad. — No, te conozco muy bien y no tienes los ovarios suficientes para mancharte las manos, ¿o sí, princesita de papi?

— No, quizás yo no... —murmuró, soltándola con un bufido, pues ella decía la verdad y no era capaz de hacerle nada.

— Pero yo sí. —esta vez habló Toni, acercándose con una maliciosa sonrisa y volviéndola a tomar por la garganta. — ¡Así que dime qué fue o te juro que te mato! Y no me pruebes, Mariah, que mi padre mató a mi novio, así que no será problema alguno seguir sus pasos.

— Te d-diré. —se resignó al ver que no tenía más salida. — Pero s-suéltame. —pidió la rubia, y en cuanto Toni la soltó, se largó a toser ruidosamente y sintiendo feo en la garganta.

— ¿Y bien? —la morena arqueó una ceja hacia ella.

— P-Pentobarbital sódico. —Mariah contestó, resignándose con molestia. — Es un fármaco barbitúrico.

— ¡En Español! —se quejó Verónica con desesperación, pues el tiempo valía oro a ese punto y la vida de Betty estaba en juego. — No sé ni qué carajos dices, ni qué significa.

— Idiota. —rodó los ojos. — Es un medicamento que llega a ser mortal pasando de los 5 mililitros. Y-Yo le inyecté 7 mililitros... Aunque bueno, yo no fui. Jughead fue quien mató a Betty si lo piensas así. —Mariah rió, recuperando su postura.

— Perra estúpida. —Toni escupió con asco y desprecio, pegándole una bofetada y haciéndola sisear mientras la pelinegra salía deprisa de la habitación. Después de dedicarle otra mirada con desdén, fue tras su hermana.

— Márcale a Jug. —pidió Verónica a la pelirosa, caminando rápidamente hacia donde estaba Cheryl. — Dile lo que fue, para que se apresure y los doctores sepan cómo tratarla.

— Eso haré. —asintió la morena, sacando su celular y llamándole a su hermano.

— ¿B-Betty va a estar bien? —Cheryl preguntó a Verónica entre su llanto, sentada en la cama asustada y un poco alterada, abrazada a sus rodillas con preocupación al ver colapsar a su prima hace tan solo minutos atrás. — Ronnie, contesta. Por favor. —suplicó, tomando su mano con miedo a su respuesta.