𝒆𝒏𝒕𝒓𝒆 𝒔𝒆𝒓𝒑𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆𝒔 𝒚 𝒍𝒐𝒄𝒐𝒔

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capítulo veintiuno: entre serpientes y locos

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Jughead se quedó ahí parado frente a la puerta de la casa Cooper, con el ardor en su mejilla tras las bofetadas que Alice le había dado, pero ahora solamente estaba enfocado en la figura de su padre que abrazaba fuertemente a la mujer mientras ella lloraba. Y tan solo esa imagen lo hizo recordar cómo él mismo cuidaba de Betty de una manera similar.

— Y-yo... —Archie intentó no decir lo que quería, pero fracasó y habló. — Supongo que la manzana no cae tan lejos del árbol.

— Tienes razón, Archie, y me da gusto verte. —FP saludó al pelirrojo, abrazando aún a la mujer y mirando a su hijo. — ¿Y tú, Jughead?, ¿ya no saludas a tu padre?

— Joder, lo siento, lo siento. —murmuró, y esperó a que se separara de Alice para poder abrazarlo con una sonrisa en el rostro. — Solo es que... ¿Cómo es que estás libre? Ah... Y estás ebrio. Una novedad. —rodó los ojos en cuanto notó el penetrante olor a alcohol.

— Todo se lo debo a Sierra McCoy. Ella fue quien me liberó de ese lugar y bueno, me sorprendió bastante cuando Alice me dijo que tú, tus hermanas y Archie se habían llevado a su hija y sobrina. Prácticamente que las habían secuestrado. —su tono de voz pronto cambió, mirando a Jughead y esperando una respuesta. — ¿Me quieres explicar, chico?

— Pasen, pasen. —pidió Alice, secando sus lágrimas y sonriendo como si nada hubiese pasado. — Pondré agua para café en la estufa. Sirve de que padre e hijo platican un poco.

— De acuerdo. —Jughead dijo algo confundido ante su repentino cambio de humor de la nada, notando como Alice les abría la puerta aún más y les permitía el paso. — Pero no vamos a quedarnos mucho, solamente venía a preguntar unas cosas.

— Que entres, Jughead. —FP lo tomó del cuello con más fuerza de la que planeaba usar y lo metió a empujones a la casa. Archie lo siguió mientras esperaba que la pequeña "reunión" no acabara en caos total. — Ahora sí, explícate.

— ¿Yo?, ¿mejor por qué no tú te explicas, ah? —se quejó, cruzado de brazos y con fastidio en su voz. — ¿Desde cuándo estás libre?, ¿y qué mierda haces con la madre de mi novia?

— Más respeto, niño. —su padre ordenó, dándole una bofetada en la boca que le hizo sangrar el labio un poco, por la fuerza que había usado. — Explícate ya dije.

— Conocí a Betty, la hija de Alice Cooper, en Riverdale High. —Jughead no tuvo más remedio que contar, siseando ante el golpe de su padre y llevándose el dedo índice a los labios, sintiendo las gotitas de sangre y quejándose con una mueca. —  Ella venía de las hermanas de la misericordia por lo que el director me puso como su tutor para enseñarle cosas nuevas. Me enamoré de ella, se enamoró de mí también. La señora Cooper llamó a la hermana Woodhouse para que se llevara a Betty, pero no lo permití, y mis hermanas, Betty, su prima, Archie, y yo nos fuimos de Riverdale. Para protegerlas.

— ¿Pero protegerlas de qué, Jughead? —FP se burló con una risa, tomando una botella de la mesa que estaba abierta y dándole un trago largo. — Ese lugar puede que sea una mierda, pero no te metas, te dije miles de veces. Que no te importe.

— Es que ahí está el problema porque sí me importa. Betty sufrió de constantes abusos en ese lugar de mierda. —Jughead dijo con rencor, apretando los puños para no hacer ninguna locura, cuando sintió otro golpe de su padre directo en la mejilla, debajo del ojo izquierdo. Recordó tarde que a él no le gustaba que dijera malas palabras. — Vuélveme a pegar si quieres, ¡no me importa! Pero a ese puto lugar no vuelve Betty y hazle como quieras.

𝗪𝗛𝗔𝗧 𝗜𝗦 𝗟𝗢𝗩𝗘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora