𝗪𝗛𝗔𝗧 𝗜𝗦 𝗟𝗢𝗩𝗘

𝒇𝒊𝒆𝒔𝒕𝒂𝒔 𝒚 𝒑𝒆𝒍𝒊́𝒄𝒖𝒍𝒂𝒔 𝒆𝒓𝒐́𝒕𝒊𝒄𝒂𝒔

capítulo seis: fiestas y películas eróticas

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— ¡Ya no! —Betty despertó de salto, incorporándose rápidamente de la cama y despertando a su acompañante.

— Betty. —Jughead se incorporó con preocupación, mirándola mientras la rubia soltaba lágrimas amargas de sus bellos ojitos verdes.

Y ahí él descubrió que definitivamente odiaba verla llorar y golpearía a cualquiera que la lastimara.

— Abrazo. —murmuró Betty entre lágrimas y con leves espasmos en las manos.

— ¿Qué...?

— Un abrazo. —Betty volvió a balbucear, se sentó en la cama y lo miró. — Dame un abrazo.

— Ven aquí. —Jughead asintió, abrazándola como ella quería mientras la dejaba llorar en su pecho.

— ¿Por qué? —Betty preguntó entre lágrimas y antes de que Jughead preguntara algo, ella preguntó otra cosa. — ¿Por qué me lastimaban así? ¿Yo... Soy una mala persona?

— No, claro que no. —Jughead negó, abrazándola mejor y mirándola fijamente a los ojos. — Tú eres un ángel.

— Pero no tengo alas. —Betty dijo en un murmuro apenas audible.

— Significa que eres la persona más hermosa y linda que jamás conocí. —Jughead dijo, sintiendo en el corazón aquellas palabras hacia la rubia.

La quería.

Quizás era demasiado pronto para sentir cosas así por ella pero la quería y mucho.

— ¿Entonces por qué las personas lastiman a un ángel? —Betty preguntó entre lágrimas. — ¿Por qué me hacían todo eso? Dolía, Jug. Y m-mucho.

— Lamento todo lo que pasaste ahí, Betty. —Jughead la separó un poco de su cuerpo, solamente para secar sus lágrimas y verla a los ojos. — Pero estás a salvo, ya no volverán a lastimarte.

— ¿Pinki promise? —preguntó la rubia levantando su meñique.

— Sí, lo prometo. —Jughead asintió.

— Nooo, tienes que decir pinki promise o no cuenta. —Betty se quejó con un puchero en los labios, parando su llanto poco a poco.

— Bien, pinki promise. —Jughead rodó los ojos, soltando una leve risa y enganchó su meñique con el suyo, sellando su promesa.

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Después de una semana, Betty guardaba sus libros en su casillero cuando las tres animadoras de Riverdale High aparecieron, caminando por el pasillo y robando suspiros.

Sí, tres.

Verónica, Toni y Cheryl.

Su prima pelirroja ahora se juntaba diario con ellas, se dejaba el cabello suelto y ya no tenía braquets o anteojos, en cambio sus labios estaban pintados de un rojo intenso y parecía estar en la cima de todo.

— ¡Betty, ahí estás! —Toni saltó cuando la miró por los pasillos, Verónica y Cheryl venían tras ella.

— ¡Nena, no te hemos visto en días! —Verónica chilló, acercándose a la rubia.

Verónica no estaba equivocada, pues había pasado tiempo en el que Betty había estado evitándolas a toda costa ya que después de los acontecimientos en el antro, ya no quería que Jughead se enojara con ella.