Capitulo 62

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Aunque nadie la interrumpió mientras hablaba, el rostro de Justin fue cambiando de expresión mientras ella narraba los sucesos del carro de la compra. Le apretó la mano con tanta fuerza que ______ hizo un gesto de dolor y trató de soltarse. Cuando él se dio cuenta de que estaba haciéndole daño, le liberó la mano y siguió sin decir nada.

A ella le daba vergüenza que Ben estuviera allí delante. Sin embargo, ahora que estaba compartiéndolo todo con Justin, no quería dejarse ningún detalle y, aunque bajó la mirada al hacerlo, repitió las palabras de Abruzzi acerca de que lo que ella necesitaba era que le diera unos azotes en ese «enorme culo blanco» que tenía.

Justin se puso de pie de un salto.

—Miierda , ______, ¿por qué no me lo contaste anoche? —Le temblaba el cuerpo por la rabia.

—No sabía qué hacer —se excusó ella—. Tenía miedo de que hicieras alguna locura y te hirieran o te despidieran. Y habría sido todo por mi culpa. No quería que te pasara nada por mi culpa.

—Así que decidiste esperar un día para contármelo… —Justin paseaba airado por la habitación como si su enfado fuera demasiado grande como para estar parado.

______ empezó a temblar. Los acontecimientos de las últimas veinticuatro horas habían caído sobre ella como si se tratara de un tsunami. Pensar que estaba protegiendo a Justin le había dado fuerzas para contener el miedo. Ahora, al verlo hecho una furia, se sentía indefensa. La estaba asustando más que Abruzzi y todos sus hombres juntos.

Una voz tranquila rompió el silencio.

—Yo creo que algo más ha debido de pasar para que ahora ______ te cuente lo que le ocurrió ayer —dijo Ben.

Justin se volvió para mirar a su amigo.

—¿No es así, ______? —continuó Ben.

Con la mirada fija aún en Justin, ______ asintió lentamente.

—Sí —respondió.

—Siéntate, Justin. Estás asustándola y aún no ha terminado de explicárnoslo todo. —Ben se puso de pie y se acercó al aparador de la esquina. Localizó la botella de whisky y sirvió un vaso con generosidad. Luego se lo ofreció a ______—: Toma, anda. Tiene pinta de que te hace falta algo así.

A ella le temblaban tanto las manos que le daba miedo aceptar la bebida y derramarla en el sofá o en la moqueta de Leah, así que la rechazó con un gesto y entrelazó las manos sobre su regazo.

Justin se sentó a su lado, cogió el vaso que Ben sostenía y se lo dio a ______.

—Toma, anda. Ben tiene razón. Estás pálida como un fantasma.

Ella no reaccionó, de modo que le acercó el vaso a los labios.

—Vamos, cielo. Bebe. Te prometo que no volveré a chillarte.

______ tomó un trago y continuó.

—No te preocupes. Ben tiene razón. Hay más y tengo que contártelo todo.

Ben volvió a sentarse mientras Justin se quedaba donde estaba, junto a ______.

Esta vez, ella no se entretuvo en los detalles del episodio en la calle Hatcher y relató los hechos del modo más sucinto que pudo.

La tensión de Justin crecía por momentos y ella notaba la rigidez del muslo que le rozaba la pierna. Con todo, continuaba acariciándole las manos, que se le habían quedado heladas a pesar de la elevada temperatura del despacho.

Cuando hubo terminado, esperó en silencio a que Justin reaccionara.

—Voy a matar a ese cabroon. Empezaré destrozándole las rodillas y luego iré subiendo.Pienso hacerle un agujero del tamaño de Manhattan en la po.lla.

—No, no lo harás —lo tranquilizó Ben—. Lo que vamos a hacer es presentar una denuncia por agresión e intento de secuestro contra sus hombres. Con suerte, se vendrán abajo en el interrogatorio y acabarán implicando a Abruzzi. Vamos a pillarlo por un delito de conspiración.

—No, no puedo hacerlo —protestó ______—, la policía se enterará de que… —de repente se interrumpió.
Justin le pasó un brazo por los hombros.

—No, cielo. Lo único que puede contarles Abruzzi es que sospecha que fuiste tú quien lo denunció por maltrato. Nadie puede acusarte de nada. Estabas en el balcón, lo viste pegando a una mujer y avisaste a la policía. No hay nada de lo que tengas que avergonzarte.

Ben miró el reloj.

—Tienes que llevar a ______ a la comisaría. Yo me vuelvo al puesto y desde allí llamaré al teniente.

—Gracias, pero prefiero llamarlo yo mismo —dijo Justin con el rostro crispado—. Coge tú el coche, nosotros iremos en el de ______.

Su compañero asintió. Se puso de pie, se acercó al sofá y le tendió la mano a ______.

—Encantado de haberte conocido. Eres una mujer muy valiente. No me extraña que tengas a Justin loco por ti.

—Gracias por venir, Ben. Te lo agradezco mucho, en serio —respondió ella después de dedicarle una media sonrisa.

—¡Ánimo! Ya verás como todo esto se acaba enseguida.

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