Capitulo 74

171 4 0
                                    

«No puedes dejar que se entere de que Justin es poli o de que la policía lleva un mes vigilándolo. Te mataría aquí mismo.»

—Al día siguiente —siguió diciendo Abruzzi—, hice venir de Houston a Gordon y a Turner para que interrogaran al personal de los edificios que hay justo enfrente de mi ático.

Quería que fuera gente que nadie pudiera relacionar conmigo. Imagina lo contento que me puse al enterarme de que éramos vecinos. —Abruzzi esbozó, divertido, aquella sonrisa de lobo tan suya y dirigió luego la mirada a Gordon—: ¿Lo ves? Ya sabía yo que algo estaba ocurriendo. Llevaba semanas sintiéndome observado. —Abruzzi se dio un palmetazo en el muslo y se echó a reír—. Yo pensando que la policía estaba espiándome y resulta que era una voyeuse que, además, era una chivata asquerosa —se acabó el whisky—. Tendré que pensar en un castigo especial para ti, ________. No me importa lo de que me espiaras, pero no tendrías que haber avisado a la policía —la frialdad de su mirada desmentía la jocosidad del tono de voz que empleaba.

A ______ le dio un subidón de adrenalina. Reconocía la sensación: la de la hiperactividad al estrés, esa que llamaban de combate o fuga. Su cuerpo se preparaba para luchar o salir corriendo.

Se obligó a mantenerse quieta y a mirar a Abruzzi como si estuviera escuchando a un conferenciante que ofreciera una charla interesante en alguna universidad.

—Lena, ven aquí —llamó Abruzzi.

La sumisa salió de la cocina y se acercó al salón, donde adoptó con gracia una postura genuflexa ante el sofá de su amo.

Él la miró animado por algo parecido al afecto.

—Levántate y desnúdate.

Lena obedeció de inmediato. En unos segundos, ya se había quitado el vestido-jersey que llevaba y bajo el cual se descubrió totalmente desnuda. Y allí se quedó, en medio de la habitación, sólo con un par de tacones altos y negros.

Desde donde se encontraba, detrás de la chica, ______ podía verle las marcas en los hombros, las nalgas y la parte trasera de los muslos. Se le llenó la boca de bilis al imaginar el dolor que aquella chica debía de haber soportado mientras Abruzzi la golpeaba.

—Ahora siéntate aquí a mi lado —ordenó él, con un par de palmaditas en el sofá—. Esta es mi chica —alabó cuando Lena obedeció. Entonces él le colocó, como si nada, la mano que tenía libre entre los muslos.
Luego le tendió el vaso a Gordon.

—Prepárame otro —le ordenó.

Abruzzi esperó mientras el matón iba hasta el mueble bar que se encontraba al otro lado de la estancia, le servía una segunda copa y volvía para dársela. Luego le dio un buen trago a la bebida fría.

—Estupendo, Gordon, gracias.

De nuevo dedicó su atención a ______.

Bad Girl|HOT|Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora