Capitulo 64

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—¿Estás enfadado conmigo?

Justin emitió un sonido a medio camino entre un suspiro y un gruñido. ______ esperó a que él pusiera fin a ese incómodo silencio.

—No, no estoy enfadado contigo. Estoy enfadado conmigo —apartó la mirada de la carretera y la miró un instante—. Anoche sabía que pasaba algo, pero no insistí en que me lo contaras; tendría que haberlo hecho. —Volvió a mirar la carretera.

—No es culpa tuya. Fui yo quien decidió no decírtelo —lo tranquilizó tocándole el brazo con la mano. 

—Y te equivocaste. Deberías habérmelo contado —Justin se detuvo en un semáforo y la miró fijamente—. Mira, no es que tenga un repertorio maravilloso de relaciones. No sé si dentro de un año estaremos juntos —Justin se fijó en un indigente que caminaba empujando un carrito por la vía de servicio—, pero una de las cosas que primero me gustaron de ti fue tu sinceridad. Si dejas de ser sincera conmigo, lo nuestro no saldrá bien —afirmó mirándola a los ojos.

______ retiró la mano que aún apoyaba sobre el brazo de Justin y le correspondió con la mirada.

—Tienes razón. Me equivoqué. Tomé sola una decisión que nos incumbía a los dos sin darte la oportunidad de opinar. No volveré a hacerlo.

El coche de detrás tocó el claxon. El semáforo ya estaba en verde. Justin se concentró de nuevo en la carretera y pisó el acelerador. El Buick salió disparado.

Ninguno de los dos habló durante el resto del trayecto hasta el restaurante, aunque el silencio que había era ya diferente al de antes. Se trataba de un silencio cómodo, de esos que hacen compañía. Por primera vez en las últimas horas, a ______ se le relajaron los hombros.

A pesar de que ya faltaba poco para las diez, el restaurante estaba abarrotado. El servicio de wi-fi gratuito atraía a la clientela a este lugar las veinticuatro horas del día. Si bien había unas cuantas mesas con parejas, la mayoría estaban ocupadas por una sola persona que se afanaba en teclear en su portátil entre sorbo y sorbo de un fortísimo café brasileño.

______ y Justin encontraron sitio y una encantadora camarera tomó nota de su pedido. Él pidió tacos de chorizo brasileño con huevos revueltos y tortillas mexicanas de harina cubiertas de queso feta derretido. ______ prefirió unas crepés de espinacas con salsa de queso picante. Justo cuando acababan de servirles la comida, a Justin le sonó el teléfono. Se lo sacó del bolsillo de la chaqueta y contestó:

—Bieber.

Después de escuchar unos segundos, movió los labios para articular la palabra «Ben» a ______, a quien no le hizo falta escuchar las dos partes de la conversación para deducir que Justin estaba disgustado. Después de hacer un montón de preguntas, se despidió con un gruñido. Ella esperó a que apagara el móvil y volviera a guardárselo en el bolsillo.

—¿Qué ha pasado?

—Ben se las ha arreglado para ir al ático de Abruzzi con los chicos de la unidad. Dice que el tipo estaba esperándolos. Le han preguntado por ti y les ha contestado más o menos lo que imaginaban, que como tú habías avisado a la policía, quería hablar contigo. —Frunció el ceño y empezó a dar golpecitos en la mesa con el tenedor en un gesto que a ______ le resultó una manifestación de nerviosismo poco habitual.

—¿Y ha pedido un abogado? —quiso saber.

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