Capítulo 11: cerca del río Zaldir

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Amanecía, Dakota ya lista y Valeria aun vistiéndose, esa mañana era muy cálida, como una mañana de verano, Dakota le había dicho a Valeria que la llevaría a conocer a la princesa de Crenostro, ella si guardaría el secreto y las podía ayudar a demostrar el poder da Valeria para demostrar que ella era una sibrejus . Caminaron por mucho tiempo sin descanso, pues el castillo estaba más lejos que la aldea, los prados por los cuales tenían que pasar eran hermosos, al llegar al castillo, Dakota solicitó ver a la princesa, la petición les fue concedida, puesto que Dakota era una amiga de la princesa. La princesa era muy bonita, de pelo castaño y rizado, piel trigueña, ojos cafés, su nombre era Shannon. Los sirvientes las dirigieron al jardín, lugar en el cual se encontraba Shannon, cuando llegaron, Dakota le dio a Valeria que esperara mientras ella hablaba con la princesa, Valeria aceptó y se quedó en la entrada del jardín, Dakota se dirigió hacia Shannon y se sentó junto a ella.

Shannon se encontraba sentada en el fino césped que cubría todo el floreado jardín, tenía un vestido extraordinariamente ostentoso y llamativo de un color anaranjado chillante, por lo que se podía apreciar, ella llevaba un incómodo y ajustado corsé. Ese era el tipo de vestimenta que debía de ocupar la realeza de Vandestia, por órdenes de la reina, pues ella quería que la monarquía se distinguiera de los plebeyos, las reglas de la reina se tenían que cumplir a la perfección, pues ella era la máxima autoridad de Vandestia al igual que el rey, pero el rey no era muy mencionado e importante como lo era la reina.

-¿A qué debo tu visita?- preguntó Shannon.

-Vengo a pedirte un favor- dijo Dakota

-Habla, pues más hace el que habla que el que calla.

-Esto que tengo que decirte es muy privado y te lo quiero decir en un lugar en el que nadie nos pueda oír.

-Dirijámonos más adentro en el jardín y les pediré a mis sirvientes que nos dejen solas- dijo mientras se levantaba para guiar a Dakota al lugar acordado y les ordenaba a sus sirvientes que las dejaran solas- habla, no ves que tu silencio me aterra, di lo que tengas que decir.

-Es que lo que te tengo que decir es muy grave.

-¡Oh! Entonces con menos razón calla.

-¿Me juras que guardas el secreto?

-¿Crees que soy una traidora?

-No, por supuesto que no.

-Habla antes de que me arrepienta.

-He cometido un crimen.

-¿Cuál es?

-Traje un humano a Vandestia.

-Cómo te atreves, osas entrar en mi morada y contarme de tu crimen, fuera, fuera de aquí, traidora, mereces la horca, mátenla, que ella...

-¡Alto!, no llames a los guardias, te lo puedo explicar.

-No hay nada que puedas explicar

-Hay mucho que explicar, pues esa humana no es ni más ni menos que mi hermana.

-Los humanos no son nuestra familia, has perdido el juicio.

-No le he perdido, te he dicho solamente la verdad, ella es casi idéntica a mí.

-¿Y por eso piensas que es tu hermana? Tendrás que devolverla a la Tierra y sácala antes de que alguien más se dé cuenta, solo por esta vez no te delataré.

-No la llevaré, ella no se irá.

-Que osadía la tuya.

-Es mi hermana y te lo puedo demostrar.

Vandestia: Un mundo desconocido © EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora