Vandestia: Un mundo desconocido © Editando

Capítulo 21: La verdad sobre Isabela

    Elynor consiguió el alma de una ninfa, el de un Geners, el de una sirena, el alma de un zombi y la de una bruja, con esas almas se volvería más poderosa de lo que ya era, ahora poseería una infinidad de poderes, pero esta vez corría más peligro de muerte que la primera vez, pues pensaba soltar las cinco almas al mismo tiempo, Itzayaneth le advirtió de lo peligroso del plan, pero Elynor hizo caso omiso a las sugerencias de Itzayaneth.

Volvieron al templo sagrado de la muerte e hicieron lo mismo que la primera vez, pero en esta ocasión, no liberarían un alma sino cinco almas al mismo tiempo, cuando liberaron las almas, una por una se iban introduciendo en el cuerpo de Elynor, cuando entró la última, un destello mucho más grande que la primera vez, brilló tan cegadoramente que hasta se pudo escuchar una gran explosión. Elynor tardó tres días en reaccionar, cuando vieron que Elynor ya se encontraba bien, Isabela e Itzayaneth se acercaron a ella.

-¿Cómo te sientes Elynor?- preguntó Isabela.

-Un poco mareada, pero muy poderosa- respondió Elynor- ciento que podría hacer lo que fuera, quisiera que ustedes sintieran lo que yo siento en este momento.

-Se puede hacer, ocupando la sangre de un híbrido, antes como no habían híbridos, tuvimos que ocupar la sangre de tu hermana, pero ahora tú eres una híbrida, con tu sangre bastaría- indicó Itzayaneth.

-Hagámoslo- dijo Elynor- ahora como también soy una bruja también puedo conjurar el hechizo y transformarte a ti Itzayaneth.

-No es necesario, dentro de unos años me servirás de mucho- dijo Itzayaneth- y también le serás muy útil a Isabela, pero bueno, primero lo primero, ahora ya puedes cumplir tus deseos de venganza, aquí ya no te podemos ayudar, tienes que continuar tú sola, pero si algún día nos llegas a necesitar nos puedes encontrar en Crenostro, nosotras dos vivimos allá, así que esta es la despedida y un hasta pronto.

Isabela e Itzayaneth regresaron a Crenostro y Elynor regresó a su aldea, pero no se dejó ver ni por sus pocas mejores amigas. Un día en la noche, entró en la habitación de un hada que la molestaba mucho, sacó un cuchillo, se acercó a la cama y le cortó la cabeza y se retiró por el pasillo, en la mañana, todas las hadas se encontraban escandalizadas, con un gran temor de morir de las misma manera, no sabían quién la había matado o ¿Por qué?, no se lo podían explicar, algo los acechaba, tenían que descubrir que era.

Había pasado una semana desde la muerte insólita de aquella hada, ningún suceso extraño había pasado por el momento, pero eso se acabaría pronto, otra vez Elynor se introdujo en los pasillos de la institución de hadas en aprendizaje, no se podía distinguir nada por lo oscuro de la noche, abrió suavemente la puerta de una habitación donde dormían tres hadas, a una de ellas le clavó los colmillo en el cuello y le sacó los ojos, a la otra le desfiguro la cara con sus nuevos poderes y le introdujo un puñal en el corazón , los gritos de las hadas que estaban siendo torturadas se podían escuchar en todo el lugar, las demás hadas intentaron entrar en el lugar, pero la puerta estaba trabada, cuando Elynor salió de la habitación, las hadas la encadenaron, la llevaron directamente a una celda hecha con la piedra encantada de Proquetro, la cual debilitaba los poderes de los sibrejus.

Cuando el príncipe de Proquetro supo lo que había sucedido, ordenó que hicieran lo que fuera para que Elynor ya no siguiera causando daños, pero les ordenó que no la mataran, las hadas obedecieron lo que el príncipe dijo. La llevaron a una habitación muy bien protegida por los cazadores y la pusieron encadenada sobre una cama, con un artefacto muy extraño, le incrustaron en el pecho un fragmento de la piedra encantada de Proquetro, las almas que Elynor poseía ya no la transformaron en ninguna de las especies, parecía que todas sus almas estaban dormidas, luego de eso la encarcelaron.