Espadas

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El amaba las espadas. En toda su vida nunca había tenido ninguna afición, adicción o algo parecido como aquellas finas armas que coleccionaba y exhibía de manera orgullosa en toda su casa. Nunca consideró que su gusto fuera algo malo, había personas adictas al alcohol, las drogas ¿Qué tenía de malo que de vez en cuando compraba alguna espada de colección? Ni siquiera las usaba, no le hacía daño a nadie.

Pero al parecer su esposa no compartía la misma opinión que él; decir que la amaba era poco, pero ella no estaba muy de acuerdo con su hobbie. Nunca faltaba la ocasión que ella le recordaba que eso era peligroso, que era incluso hasta ridículo. Pequeños problemas en el matrimonio, suponía porque exceptuando eso, su relación era tan normal como las demás.

Hasta que llegó esa noche.

Eran cerca de las 3 de madrugada cuando escucho unos ruidos en la casa; su esposa descansaba al lado de la cama y al parecer aún dormía. Sabía que tenía que despertarla, pero presentía que esos ruidos eran sólo una exageración por lo que opto salir en casa en silencio para ver qué pasaba.

Bajo a la planta baja que era donde provenían los ruidos. La casa estaba a oscuras a excepción de la cocina donde provenía el ruido ¿Estaban intentando robarle? Bueno, era muy tonto robar en la cocina y más encendiendo la luz. No obstante, le estaban robando y no tenía que permitir eso.

De la sala tomó una de las espadas que descansaban en la chimenea. No era muy larga pero su filo era igual de letal que las demás y eso podía verse claramente cuando la sacó de su funda. Armado y seguro caminó a la cocina.

Nunca pensó en hacerle daño a nadie, en serio que no, el único propósito de llevar la espada era para intimidar. Sólo quería asustarlos y que se largará de su casa. Lo que vino después no lo planeo.

Apenas había puesto un pie en la cocina cuando alguien se abalanzó contra él. Sin tener tiempo siquiera para pensar empuño su arma justo enfrente de él, haciendo que se enterrará profundamente en el cuerpo de la persona que estaba enfrente de él.

— ¿Amor?—su corazón se detuvo al ver que la persona que agonizaba enfrente de él era su esposa. Ella no dijo nada, no pudo decir nada pues lo único que salió de su boca fue un montón de sangre que le manchó el rostro.

Un mar de sangre salió cuando sacó el arma; realmente su filo era sorprendente porque una alarmante cantidad de sangre se derramó en el piso, así como su amada que cayó como si nada. Fue entonces cuando llamó a la policía, buscando ayuda y contando esta historia esperando que le creyeran. 

GoretoberWhere stories live. Discover now