Una visita esperadamente inesperada

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Apago la alarma del celular. Otra vez lunes. El domingo llovió como el sábado y no tuve otro remedio que quedarme en mi casa viendo tele con mi papá. Bajo las escaleras y mi papá no está. Lo voy a buscar a su dormitorio pero tampoco está. Bueno, mejor para mí, podré faltar a la escuela poniendo la excusa de que mi papá no está y nadie puede llevarme.

Intento dormirme de nuevo en mi cama pero es inútil. Resoplo y prendo el televisor en el canal de noticias. Lo que vi me sorprendió. Aparece la reportera en medio de una plaza, lo cual es súper normal, pero la cosa es que la plaza… ¡está llena de nieve! ¡Sí! Me puse a festejar dando saltos en la cama. Luego la pantalla de la tele cambia y aparece una lista con las escuelas que no tendrían clase en todo el día. Definitivamente no puedo creer que tenga tanta suerte ¡Mi escuela no tiene clases! ¡Esto no puede estar mejor! Me pongo a saltar en la cama como una nenita de siete años cuando es su cumpleaños.

Pero en eso siento que la puerta se cierra. Me asomo por la baranda y veo a mi padre, pero no solo eso. Hay una chica sentada en el living. Bajo las escaleras sin quitarle la mirada a la chica. Es una chica de pelo rubio y corto, por lo que se ve desde atrás y está apoyada en el respaldar del sofá. Hay unas valijas al costado de la puerta.

-Julia, estas despierta- dice mi papá con un vaso de agua en la mano.

La chica se da vuelta. Me quedo impactada. Es la chica, la misma chica con la que me quedaba despierta hasta tarde, con la que me iba de vacaciones, con la que compartía mis juguetes y hacíamos todo juntas. Mi prima. Brit, ése es su nombre, éramos muy unidas, por cierto, más unidas que nunca. Pero luego del accidente de mamá, papá comenzó a viajar más y nos fuimos separando, definitivamente es mi prima preferida.

Brit se para y nos reencontramos en un abrazo, un hermoso y cálido abrazo. Brit es un poco más alta que yo, lleva puesto un sweater celeste y unos jeans azules. Se vistió como el día se podría decirme.

-¡Brit!- le digo- ¡Cuánto tiempo!

-¡Julia! ¡Te extrañé mucho! ¡Cuando me enteré de que vendría aquí me llené de felicidad!

-Bueno, yo también lo hubiese hecho- le digo y miro a mi papá- pero alguien- y remarco la palabra alguien- no me dijo nada.

-Era una sorpresa- me dice mi papá- ¿por qué no desayunan?

-Yo ya desayuné en el avión- dice Brit.

-Bueno, Julia tu desayuna.

-Sí papá- le digo con un tono como diciendo “ya sé lo que tengo que hacer”

-Bueno, las dejo- dice mi papá agarrando un maletín.

-¿Ya te vas?- le digo.

-Sí, tengo una reunión- asiento con la cabeza y lo saludo de un beso en la mejilla.

Me siento a tomar mi vaso de chocolatada y hablo con Brit.

-¿Qué tal todo?- le pregunto.

-Bien, bien- me dice- vine aquí porque luego de que termine el año me quedo aquí a estudiar.

-¡Oh! ¿Qué vas a estudiar?

-Medicina- me dice contenta- las universidades de allá no son muy buenas y como ustedes estaban aquí, pensé que sería bueno.

-Sí, es genial- le digo y luego tomo de mi vaso terminándolo- pero sabes que papá viaja mucho y no sé por cuanto me voy a quedar.

-Sí lo sé- me dice- pero también tengo a un amigo aquí- va a tu escuela a…- dice pensando- cuarto año.

Keep DreamingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora