⊱❉⊰
Salió enfurecido del dormitorio, con un trapo que sostenía en su nariz para evitar mancharse por la sangre que aún le salía. Caminaba relativamente rápido dando pequeños empujones a quién se le atravesara, sin importarle en absoluto que se le quedaran viendo por ir en aquel estado.
Siguió caminando hasta llegar a la zona donde se impartían las clases de vuelo, pero a esa hora no había nadie. Y que mejor, ya que quería un lugar tranquilo donde poder respirar aire fresco. Estando solo, se detuvo y no evitó que le saliera una lágrima de impotencia.
—¡Gellert!
En cuanto escuchó que pronunciaron su nombre por sus espaldas, se limpió la lágrima que yacía en su mejilla. Volteo encontrándose con Albus, quien le miraba preocupado y jadeante porque seguro había corrido.
—¡Merlín! ¡¿Qué te ha pasado, Gellert?!
—Nada de importancia.
—Te vi caminar con rapidez y enfurecido por los pasillos, y dije muchas veces tu nombre, pero no me escuchaste. No me puedes decir que no es nada.
—Un idiota de mi colegio ha sido quién me golpeó por ser un maricón. No sé cómo, pero lo sabe —lo dijo evidenciando todavía su enojo.
—Es un maldito.
El castaño acercó una mano con la que Gellert sostenía el trapo que ya se veía manchado por la sangre, pero de inmediato se apartó y se sentó en el pasto. Albus también tomó asiento frente a él.
—Me estuvo repitiendo que soy un enfermo, y probablemente tenga razón.
—Gell, tú no estás enfermo ni eres un maricón. Son palabras despectivas e inciertas para alguien como tú y como yo.
Gell. Como le encantaba y le tranquilizaba que le hablara así.
—En cambio sí eres un mago extraordinario y mucho mejor hombre que ese idiota —tomó el trapo que el rubio llevaba para terminar de limpiar con suavidad la sangre que aún le quedaba.
Esta vez Gellert no se apartó y dejó que Albus le limpiara, pues aquella sensación le gustaba y más aún teniéndolo tan cerca. Se sintió feliz y aliviado de tener a alguien que se preocupara de esa manera por él. Mientras el chico frente suyo estaba concentrado limpiando su rostro con cuidado de no lastimarlo, él se sintió con la libertad de mirar cada detalle en su rostro como si fuese lo más hermoso que había visto jamás. Y vaya, sí lo era.
Cuando Dumbledore le pasó el trapo por el golpe que tenía en el pómulo izquierdo, soltó un quejido y bruscamente lo agarró de la muñeca para impedir que siguiera.
—Vamos, Gellert. Ya casi acabo —le sonrió.
—Está bien —gruñó y soltó su agarre.
Dumbledore continuó limpiando con cuidado la poca sangre que también tenía en esa zona del rostro.
—Estás como nuevo.
—¿Y guapo? —el rubio bromeó.
—Sí, también guapo —Albus soltó una risita.
Grindelwald sonrió ampliamente, algo que nunca había hecho, pero aquel momento lo ameritaba. Siendo el castaño el primero en ver esa sonrisa tan resplandeciente. Segundos más tarde, Dumbledore posó sus manos sobre sus mejillas y enseguida le besó, acto el cual correspondió gustoso a la vez que lo acercaba más a él abrazándolo por la cintura.
Se acomodaron mejor para poder estar lo más pegados del otro, Gellert lo abrazaba con posesión sin interrumpir el beso, que sin duda era de amor y necesidad por parte de los dos jóvenes. Albus por su lado, llevó sus manos a su rubio y sedoso cabello, acariciándolo con tranquilidad. Ninguno tenía las intenciones de separarse, como si de aquellos besos dependieran sus vidas, tanto así que sus lenguas ya se encontraban jugueteando y danzando entre sí.
Con esos labios y esa cercanía, era como si todo el mundo a su alrededor desapareciera, ya no le importaba nada. Ni si los estarían mirando, ni si le dirían maricón, ni el torneo, ni las reliquias. El tiempo parecía detenerse cuando estaba con ese chico de Gryffindor, y deseaba permanecer así por toda la eternidad.
Albus sonrió en sus labios y Gellert no pudo evitar morder y jalar sutilmente el inferior de su amante.
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Más Allá De La Muerte «Grindeldore»
FanficAclamado como el Señor de la Muerte, que su única preocupación era llegar al poder, aunque ello conllevase el sacrificio de inocentes. Juzgado por ser cruel y vil, pero no siempre fue así. No todo en su ser era maldad, pero ¿qué es el amor? cuando...