Todo lo que quieras

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POV Martina

Paula es la persona más desconcertante que he conocido jamás, es como si supiera ser dulce y salada a la vez, un día de frente y el otro a la cola del viento, está escrito en sus ojos, siento que quiere decirme muchas cosas y que al último instante se arrepiente porque sabe que esto nos puede arroyar. Ella no es cualquier persona no puedo simplemente mandarme una cagada, igual si no nos uniera nada me hubiera lanzado el día número uno pero es mucho más que piel. Tengo que aceptar que Paula revoluciona mis tripas de una manera que no solo me asusta y me excita el mismo tiempo, sino que estoy casi segura que eso nunca lo podré cambiar. Es verdad que estoy con Felipe y que no voy de cara con mis sentimientos pero me pone mal que ella tampoco luche y se aleje más de la cuenta, no quiero verla con cualquier pibe, soy una egoísta de mierda que no se puede bancar que justo la persona que lo hace todo diferente me pueda superar.

-Te lo digo Martina, se ve que la quiere recuperar, ¿has visto como la mira?- pregunta Felipe refiriéndose al padre de Roma que ha vuelto de Boston sabiendo que me pone de malas con sus insinuaciones.

-¿Como un baboso?- respondo con otra pregunta sin poder ocultar mi enojo.

-¿Te molesta?- interroga Felipe

-Claro que me molesta, Paula es mi amiga y no quiero que le hagan daño- respondo queriendo alejarme lo más pronto posible de la conversación.

-A mi me parece un buen chaval- continúa Felipe haciéndome más dura la mañana.

-Se ve que entre boludos se entienden- afirmo dejando a Felipe plantado y con cara de pocos amigos, quien se cree para opinar.

Que Paula y Matías se estén llevando bien ahora que no hay conflicto de por medio y no tiene intención de llevarse a Roma es obvio que me molesta y me provoca desconfianza, que buena o mala tienen una historia y alguien demasiado especial en común.

-Que buena onda tú ex no- me acerco a Paula ahora que por fin está sola.

-Matias es un niño pequeño que recién ahora descubro se ha convertido en un buen hombre- responde Paula mirándome con esos ojos que quisiera tener a mi lado.

-¿Que pasó con el este pibe es infumable y solo sirve para romper las pelotas?- le recuerdo su mala relación de hace unos meses.

-Evolución, si Martina la gente evoluciona que vos siendo tan libre no lo puedas entender es un insulto para la humanidad- se ríe Paula sacándome de mis casillas.

-No lo quiero entender, vos te mereces a alguien que te baje el sol, la luna y las estrellas, alguien que solo piense en vos, y que te de muchos besos y que sea capaz de hacerte olvidar cualquier problema, porque vos sos especial Paula, una mujer linda, encima estás re hot y yo no soporto la idea de que te vayas a conformar con alguien que ya fue, ya estuvo, no mas Matias- le suelto mi discurso sin medirme ni un poco.

-Para el carro, no dije que fuera a volver con él es un amigo- aclara Paula. 

-¿En serio?- respiro ya más calmada.

-Posta, por cierto si encuentras a esa persona que decís que merezco me la presentas- insinúa Paula como si supiera perfectamente de lo que hablo en cada momento.

Estoy un poco molesta de que Luján y mi hermana Clara anden investigando a Felipe a mis espaldas en plan Telma y Louis, mi relación con él no está siendo todo lo idílica que yo daba por echo que sería pero ellas dos saben que odio la mentira y más que me anden cuidando como niña pequeña, ocultándome cosas que realmente me interesan y puedo manejar perfectamente.

-¿Estás bien?- pregunta Paula nada más le abro la puerta, me encanta que siempre traiga cerveza y que siempre esté cuando más la necesito.

-Estaría mejor con un abrazo- me lanzo a su cuerpo sabiendo que encajamos perfectamente.

-No es por defender a la rompe orto de tu hermana pero solo quiere cuidarte, y Luján como tú amiga sabes que jamás te haría daño- afirma Paula sin dejar de abrazarme.

-Mínimo que me lo cuenten, odio enterarme la última de todo- me separo de ella y la miro directamente a los ojos, no sé cómo lo hace pero en ellos siempre encuentro la verdad.

-Ya, pero a vos Felipe te importa es re difícil bajarte de esa nube- menciona Paula mostrando ese lado triste que hasta el más ciego de los mortales sería capaz de ver.

-Vos me importas, vos y las chicas- en realidad quería decirle otra cosa pero no me salen las palabras.

-Que bueno que lo decís, porque traigo compañía- señala Paula mientras aparecen todas las demás con comida listas para ocupar mi casa como tantas veces.

Es increíble como con un poco de risas y confecciones se cura todo entre nosotras, como nos entendemos sin mirarnos y tratamos cualquier boludez con la dosis justa de cariño para convertir cada segundo en magia.

-Es linda Paula- afirma Caro cuando me pilla mirándola más de la cuenta a la pelirroja.

-Muy linda- suspiro sin apartar la vista de mi amiga.

-Hay cosas que dan más miedo porque son reales, eso no significa que no valga la pena saltar, no es mía la frase- aconseja Caro siempre pendiente de lo que sentimos los demás.

-Te quiero Caro- la abrazo con cariño.

-No más que a Paula- bromea Carolina.

Mientras vamos recogiendo el salón pienso en las palabras de Caro, quizás esto sea lo más real que me haya sucedido en la vida y estoy actuando como una odiosa que no se hace cargo y espera que la otra se atreva cuando yo debería atreverme también, debería decirle que ese alguien que quiero que la eleve a lo más alto no puede ser otra persona que no sea yo y si me deja intentarlo, se que podría hacerla feliz.

-¿Te quedas?- le ruego tomando su mano para sentirme más segura.

-¿Que me das a cambio?- pregunta Paula mirándome la boca descaradamente.

-Todo lo que quieras...

Continuará

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