POV Martina
Ahora que Paula ya está totalmente recuperada temo que la magia que hemos creado durante estos días desaparezca, primero se ha vuelto a su casa y siento bastante nostalgia aunque percibo su olor bien presente a cada rato. Y es raro, porque no acostumbro a tener dependencia de nada. Eso era antes. Mejor me voy acostumbrando a esto de estar bien loquita por ella. Me acostumbré a verla refunfuñar cada vez que ponían comerciales en la tele, a ver su silueta cada amanecer, con mi camiseta y el pelo alborotado, a luchar por las almohadas, sentarnos a comer y pasar horas hablando de cualquier tema, jugar con nuestras piernas a tenernos cerca y tomarnos fotos por sorpresa. A lo mejor me da un poco de miedo reconocer que no quería que se fuera, que nuestra convivencia diaria se ha convertido en mi razón de existir. Y ahora la casa me parece demasiado grande, y sonrío solo si un recuerdo tonto de Paula se me viene a la mente. En parte también me alegro de que esté bien y que pueda volver a su vida normal aunque eso me quite el placer de tenerla secuestrada para mi. Encima se acerca la boda de Matías y estará bastante ocupada en la decoración trabajando con Caro.
-¿De que te ríes?- pregunta Paula mientras la observo.
-Se me hace raro verte sin la escayola- confieso.
-Che pues ni en pedo me vuelvo a poner en plan obrero- asegura Paula.
-Sos muy linda- no se puede creer lo intensa que soy.
-¿Ya me echabas de menos? Nunca estás en el local antes de las diez- pregunta Paula entrelazando sus manos en mi cintura.
-Gracias por llamarme impuntual. Sos re capa vos- me quejo.
-De nada, pero yo si que moría por verte. Estuve abrazando la almohada veinte minutos pensando que eras vos. Estoy muy mal- confiesa Paula.
-Me confunden mucho con almohadas, lo reconozco-bromeo acariciando su pelo.
Estoy por besarla cuando su amiga de la secundaria nos interrumpe a propósito, me cae tan gordo esta piba se cree el centro del mundo y que su dinero lo compra todo incluso la atención de los demás.
-Vine a traer las invitaciones de la boda, como ahora estás soltera no te puse acompañante- comenta Marta.
-¿Perdona? Estamos juntas- protesto.
-Pero no sabemos si de aquí al finde seguirán- insinúa Marta
-Que perra que sos. Seguiremos juntas y no es tu problema. Aire- responde Paula chasqueando los dedos.
-Cada día estás peor, voy a buscar a Caro que es con la única que se puede hablar- responde Marta marchándose.
-Es una idiota esta piba, como se atreve- alucino.
-Ya ves lo que es mi karma- señala Paula.
-No tenemos que ir si no queres- le cuento.
-Tengo que hacerlo por Roma- recuerda Paula.
-Pues entonces vamos las dos y que se mueran de celos todos- decido besándola.
La próxima en interrumpirnos no podía ser otra que Clara.
-Que bonito el amor- aplaude Clara emocionada.
-¿No tiene nada que hacer la señora emprendedora?- pregunta Paula aún sobre mis labios.
-Vendo las flores que vos por estar enamorando a mi hermana no vendes- muestra Clara enseñándonos el dinero de un ramo que ha vendido.
-Tampoco es cuestión de restregar Clari che, aquí todas a una y unas a todas- la felicito.
-Unas palabras bonitas nunca están de más- se queja Clara por lo mucho que Paula la molesta.
-Luego te invito a almorzar- se disculpa Paula después de que la miro insistiendo en que no sea tan dura.
-En el sushi- exige Clara.
-No me gusta el pescado- niega Paula.
-Pero bien que te comes a mi hermana- suelta Clara.
-Que ordinaria que sos, está no sos vos Clari- no me lo puedo creer.
-Paso demasiado tiempo con Paula, tienes razón- responde Clara alarmada.
-Me encanta tenerte de pupila Clara- bromea Paula abrazando a mi hermana.
Caro me pide de favor que acompañe a Paula a ir llevando las flores para la boda en una camioneta alquilada y yo acepto sin parpadear. Ella no para de sonreírme porque sabe que soy capaz de cancelar todo por estar un rato a solas os dos juntas.
-¿Quien se casa luego de conocerse por solo tres meses?- pregunto en referencia a la boda.
-Te sorprendería las tonterías que hace la gente, pero tampoco los voy a juzgar, el tiempo es lo de menos a veces uno sabe la persona que quiere tener al lado toda la vida con solo mirarla una vez- responde Paula entretenida mirando por la ventana.
-O sea que si estas bien con que se casen- la interrogo.
-Ya sabes lo que pienso de Marta, luego esta Matías que el pibe es un salame total, pero si se aman, oye que sean felices- declara Paula.
-Sos maravillosa ¿sabias?- insisto totalmente enamorada.
-No eres la primera que lo dice la verdad- presume Paula.
-Está bien, me conformo con ser la primera en otras cosas- bromeo mientras subo la música y me pongo a cantar.
Dejamos las flores y nos encontramos nuevamente con Marta, comienza a incomodarme que esté en todas partes y desde que Lena me puso en alerta confieso que presto más atención a sus miradas hacia Paula, es como si fuese su cuenta pendiente, como si quisiera decirle algo y no se atreve, siempre acaban peleando.
-Solo dije que llegaban un poco tarde- se excusa Marta después de que Paula perdiera los papeles y le tirara un ramo en la cara.
-¿Que te pasa con Paula?- la enfrento.
-Nada, la historia ya la sabes Martina- se defiende Marta.
-Me parece que te saltaste unos capítulos, mira si tanto te duele admitir que te gustaba Paula en el colegio y como nunca te hizo caso, tenes todo este rencor. Quizás debas saber que uno suele sentirse mejor después de hablar las cosas, no está bueno encerrarse en ese mundo tóxico- le aconsejo, dejándola ahí parada.
Tal vez no debería haberle hablado así una semana antes de la boda y teniendo en cuenta que prácticamente la estoy impulsando a que reconozca sus sentimientos hacia mi novia. Me quedo pensando en eso pero en cuanto veo a Paula entrar por la puerta del restaurante en el que hemos quedado se me olvida todo. Es demasiado sexy y lo primero que pienso es que quiero saltarme la cena y mi instinto más primario quiere llevársela al baño más cercano y levantarle esa falda tan provocativa que lleva.
Continuará...
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Vos sos el amor
RomanceHistoria paralela de Paula y Martina (Separadas) Denle una oportunidad!