No quiero sorpresas

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POV Martina

Paula no para de hacerme fotos mientras intento seguir durmiendo, estoy cansada de la aventura en el campo, desde que llegamos no hay quien me despegue de la cama, fue muy intenso lo que vivimos, después de lo de la camioneta, hicimos el amor en todas partes y ya no nos separamos más, conseguimos quedarnos con la carpa para nosotras solas, y fuimos muy silenciosas para no espantar a las chicas, aunque son demasiado grandes como para saber que si nos amamos es inevitable incendiarnos la piel y las ganas. Lena volvió con novia y no puedo estar más feliz de que esté ocupada comiéndose a otra así me deja a Paula tranquila y no es que no esté segura, para nadie es precisamente placentero que otra persona esté detrás de lo que más quieres en esta vida. Y nosotras no podemos estar más felices, ya no quiero pensar en nada, ni en mi hermana, ni en Felipe, ni en la causa, cero, lo único que me apetece cien por ciento es no salir nunca de este lugar y convertirme en cavernícola junto con ella, que nos denuncien por amarnos en exceso, y que se pudra todo.

-¿Podes parar un rato? ¿Por qué no vienes y me abrazas?- pregunto mientras Paula agarra una toalla para cubrirse y deja la cámara a un lado.

-Porque llevamos sin salir de la cama tres días, no da- responde Paula.

-Si da, ¿o vas a quejarte ahora? Cualquiera diría que te tengo de rehén- sugiero.

-Estoy más que dispuesta a cumplir todas tus fantasías señorita, pero como siga este ritmo no llego a diciembre- asegura Paula admirando mi cuerpo todavía desnudo.

-Sos una floja, pensé que me había enamorado de una bestia sexual y mira lo que resultaste- bromea.

-Ironías de la vida, me voy a duchar- responde Paula sonriendo.

-Espérame- salto de la cama enseguida si algo podía despegarme de las sábanas era esto.

-Seguí durmiendo- demanda Paula huyendo de mi.

-Se me quitó el sueño, de una- aseguro siguiéndola hasta el baño.

-¿De una no? ¿Y por qué no te vas a preparar algo de comer que me tienes en los huesos?- propone Paula.

-Si me comes vos primero a mi, a lo mejor me lo pienso- la provoco.

-Esto ya es un delito más grave, secuestro, extorsión, chantaje, abuso- se divierte Paula.

-¿Vas a seguir hablando?- la reto poniéndola contra la pared.

Paula no se resiste más y enreda mis piernas en su cintura, besándome con una lentitud propia de quien quiere hacerte perder la cabeza segundo a segundo. Me deja en la bañera debajo del agua caliente y se quita el pijama, me muerdo los labios de verla así de sexy sonriendo ante la imagen de mis cabellos mojados y como enseguida me abraza al meterse conmigo. Luego me coloca de espaldas y me besa famélicamente la oreja, yo me dejo hacer, nunca antes me había dejado hacer pero con ella es puro placer. Lo que debería convertirse en una tregua, un momento de dulzura en la bañera, se torna en un arrebato de pasión mientras que Paula me levanta la pierna con un poder sobrehumano y diciéndome cosas apenas audibles se entierra en mi de esa forma correcta en la que sabe colarse y adentrarse en mi mundo que es su mundo desde el día uno. Y comienza el combate, la danza, esa lucha que pierdo y encima me siento ganadora, porque perdiendo los sentidos se está jodidamente bien, hasta que las dos caemos desplomadas.

Dos semanas después...

El sentido de la responsabilidad nos devuelve al trabajo, hay muchas cosas de las que ocuparse y no podemos evadir más, Paula alterna la florería con lo de community manager ya le dije que no tenía que alejarse de su profesión, no es justo, y todas podemos encargarnos del local si nos ponemos de acuerdo, le quiero proponer a las chicas que seamos socias pase lo que pase, porque sin ellas nada de esto sería lo mismo y todas están laburando duro. Yo también hago algunos trabajos de dj, pero en fiestas privadas.

-Puede ser que hoy estes más linda que nunca, o son las flores. Si creo que son las flores- la abrazo por la cintura porque no importa sin han pasado cinco horas o cinco minutos desde la ultima vez que la veo, la extraño igual.

-Me estoy comenzando a encariñar, acepté esta papeleta para estar cerca de vos,  pero como que ya me está gustando hasta lo de pincharme de vez en cuando con las rosas- responde Paula.

-Era obvio que me tenías ganas- me burlo.

-Tampoco es que te dieras cuenta fácilmente- se queja Paula.

-Alguna idea tenía- aseguro.

-Si seguro, mi lenta preferida- asegura Paula dándome un pico que me deja con más ganas, pero estamos rodeadas.

-Chicas no se aburren de estar todo el día pegadas- se queja Clara.

-No puedo con esta persona, no puedo con esta persona. Y así siempre- bardea Paula.

-¿No tenes nada que hacer Clarita?- pregunto a mi hermana.

-Estoy de remixera pero no me cae trabajo, ¿que queres que haga? ¿tenes algún trabajo para mi?- grita Clara impaciente, de todas, es la que más responsabilidades tiene.

-De dj no te ves- la troleo.

-Las únicas canciones que me sé son las de Ricardo Montaner- contesta Clara y es en serio.

-No me extraña, sos boluda- menciona Paula molestándola.

-Te conviene acercar posturas con tu cuñada, no sabemos si algún día te mandas una cagada, dios no quiera. Y te ayudo con Martina- sugiere Clara.

-Callate, pesada- grita Paula mientras mi hermana se va.

-¿No estáras pensando mandarte una cagada?- pregunto sospechosa.

-Que decís, no me digas que te viene de familia la locura- se defiende Paula.

-Mira que ahora que estás trabajando con modelos y se te despertó el lesbianismo, no quiero sorpresas- le advierto divirtiéndome.

-Escucha a Martina, que todavía estoy a tiempo de ser madrina de boda- interrumpe Caro, el entra y sale en este local es increíble, ni un minuto sola te dejan.

-Que no habrá boda- gritamos las dos al mismo tiempo....

Continuará....

Vos sos el amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora