POV Paula
Nunca pensé disfrutar tanto de las cosas más sencillas, que se quede dormida en mis brazos y no moverme por temor a que se despierte, cubrirla
con la manta aunque yo me muera de frío y mañana amanezca como una estatua, sin poder contar con mis músculos, pero supongo que es así y tengo que acostumbrarme, que Martina me enloquece ya no es noticia y lo daría todo por ella. En el fondo es una niña pequeña que teme mucho que la lastimen, porque todo lo que hemos sido heridos una vez creemos que la mochila siempre tiene que estar llena de rocas, pero un día llega alguien y ya no es tan pesada. Quiero ser ese alguien para ella, que cuente conmigo cuando quiera esconderse y me mande al frente en su batalla más descabellada, estoy consiente de que juntas logramos todo y más mientras seamos capaces de creer en esto que nos une. Bajo la vista a sus labios y sigo sin creerme que por fin la he besado, que sinceramente ya no lo podía evitar y no sé cómo voy a poder aguantarme mientras esté con Felipe para no devorarla a cada rato, si es que es adictiva, si es que ahora entiendo perfectamente a Lena, o al pelotudo, y a todos los que se mandan locuras por ella, es una mina increíble, y además de ser hermosa, es dulce, delicada y tan fuerte que da miedo subestimarla porque siempre te puede sorprender.Abro lentamente las pupilas y me la encuentro con una de mis camisetas y el pelo mojado, creo que se han equivocado y me han mandando al paraíso con las de cagadas que me he gastado siempre. Ha tenido tiempo de prepararme el desayuno, de tomarse una ducha, de abrir las ventanas, y yo siento un deseo tremendo de pasar de las tostadas y comérmela a ella directamente pero tenemos un pacto y toca aguantarse hasta que todo esté perfecto entre nosotras. Olvido que he dormido como el culo y que me duele todo, olvido todo lo que he sido antes y me centro en la imagen tan divina que me regala Martina, quiere provocarme lo sé, y lo está consiguiendo, pero me permito disfrutar y sufrir al mismo tiempo porque con ella todo vale la pena.
-Antes que nada, no sé preparar café y puede que se me quemaran un poco las tostadas- advierte Martina sentándose a mi lado.
-Entonces me queres envenenar flaca- bromeo sirviéndome un poco.
-Solo quería agradecerte por cuidar tan bien de mi, he dormido como una bebé- menciona Martina con una cara de felicidad tremenda.
-Es que sos una bebé- juego con su pelo sin darme cuenta que yo misma me estoy condenando.
-¿Eso es bueno o malo?- pregunta Martina acercándose cada vez más.
-No lo sé, pero estás muy buena- la beso en el mejilla y la escucho suspirar.
-Sobre el trato que hicimos anoche- recula Martina queriendo dejarse llevar.
-No voy a cambiar de opinión por mucho que esté queriendo, soluciona tus cosas, es lo más justo, no voy a estar en el medio de dos aguas- decido.
-Sos increíble, ¿sabías?- comprende Martina conteniéndose un poco.
Puede que esté siendo un poco paranoica pero siento que las chicas se huelen lo que pasa entre nosotras, quizás tiene algo de culpa la manera en la que Martina busca cualquier excusa para rozarme o las veces que me cortado con las flores por andar pendiente a lo que ella hace, no sé cómo se lo tomará Clara, o Luján, no sé si algo cambiará entre nosotras como grupo, la unión que tenemos es tan linda.
-Alguien está especialmente feliz hoy- insinúa Romina escuchándome cantar.
-Es cierto, tenes fiebre Paula querida- bromea Clara.
-Si tengo fiebre en el orto- respondo regresando a mi estado natural.
-Sos ordinaria, pensá en cosas lindas- sugiere Clara.
-Imposible estando vos en frente- contesto cruzada de brazos.
-Bueno percibo cierta tensión acá- menciona Romina tentada
-En el fondo me quiere yo sé de estas cosas- insiste Clara.
-Anda a cagar- concluyo alejándome de ellas.
Martina me pide que la acompañe a un evento y justo cuando iba a negarme por aquello del alcohol y que no es muy coherente mezclarlo con este deseo que me quema, las otras chicas también se apuntan y ya no hay excusa, yo la miro como queriendo esconder la cabeza en un cubo de basura porque ahora no solo tendré que aguantarme esta adrenalina en mi cabeza cuando la veo brillar ahora también tendré que disimular delante de las chicas, mas con Caro e Inés que ya saben como me gusta y las demás no están muy lejos de descubrirlo.
-Hola Paula- me saluda Lena
-Estaba buscando a Caro, ¿la has visto?- respondo tratando de no sonar incómoda.
-Segura que no estabas buscando a Martina- sospecha Lena.
-Segurísima- afirmo
-Lo digo porque ella si que estaba preguntando por vos- informa Lena con ese tono de saber perfectamente lo que está pasando.
-Ya la veré al rato, gracias- contesto.
-Entiendo perfectamente que puedas gustarle a Martina, eres, no sé ni cómo explicarlo, eres vos y eso está re copado, pero ten cuidado, ella no sabe cómo actuar con estas cosas- advierte Lena.
-Me estás tirando onda o me equivoco- la provoco
-Cuídate Paula- concluye Lena regalándome una de esas miradas que me desconciertan.
Amo ver a Martina en su mesa de Dj, dándolo todo, es su espacio, donde se siente realmente bien y a mi me encanta verla disfrutar y como logra que la gente sea capaz de olvidar todo y se entregue al baile, a la noche, que a mi esto antes me parecía una pavada pero ahora me resulta el trabajo más increíble del mundo, solo porque la hace feliz a ella, y yo necesito que jamás le falten las sonrisas. Miro a mi alrededor y todas las chicas están emparejadas bailando y yo más sola que el número uno. Me voy a la barra para que ni noten mi presencia, no quiero darles pena, no saben cuál es mi situación.
-¿Por qué tan sola señorita?- pregunta Martina asustándome.
-¿No estabas trabajando?- reacciono pero cuando miro a la pista veo que Lena ha ocupado su lugar.
-Estaba, pero es que vi pasar a una pelirroja hermosisima, no sabes, y me vine hasta acá a perseguirla- confiesa Martina mirándome de norte a sur.
-Pues perdiste tu tiempo, porque está pelirroja está por irse a casa- le informo provocando una mueca de decepción por su parte.
-No seas cobarde, tanto miedo tenes de perder la cabeza- ataca Martina susurrándome en el oído.
-La cabeza ya la he perdido, lo que no quiero es perderte a vos- menciono con un hilo en la voz.
Intuyo que Martina no sabe que responderme, y que estamos demasiado cerca como para no hacer nada, en un pequeño movimiento ya la tengo sobre mi boca y por el amor de dios que es maravilloso, su aliento, la forma en la que se agarra de mi nuca para profundizar el beso y hacer conmigo lo que le plazca, como voy a tener resistencia para esto, a quien voy a engañar.
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Vos sos el amor
RomanceHistoria paralela de Paula y Martina (Separadas) Denle una oportunidad!