Por suerte estás vos

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POV Martina

Paula es demasiado bonita, dice cosas y quiero abrazarla, respira y necesito protegerla, enredarme en sus brazos y dejarme caer porque se que solo en ella estoy segura, hasta de mi, que ya es mucho decir, porque la mayoría de las veces soy mi peor enemiga. Y se que dijimos que esperaríamos a que volviera Felipe para aclarar mis cosas con él, también que cada vez es más difícil porque trabajamos juntas, y en cualquier instante me aprovecho para besarla, luego cuesta un mundo contenerse, ya que me revoluciona la piel, que me quema y no estoy siendo nada exagerada, es como si mi cuerpo no me perteneciera, encima todo es tan nuevo, y no tengo con quien hablar, porque nuestras amigas son en común, y esto es una bomba para ellas, la verdad ni siquiera imagino como se lo tomarían, a mi nunca me importó lo que pensaran los demás de mis relaciones, pero es que todo es distinto, necesito que estemos bien, que ellas lo entiendan, que sea natural y que no derive a situaciones incomodas. No lo sé, supongo que enamorarte de tu amiga tiene su punto de quiebre y ahora entiendo a Luján con lo de Pedro, el temor a que se destruya todo, y encima quedarte sin un apoyo. Definitivamente tengo que hablarlo con alguien o me volveré loca.

-¿Te arrepentís de haberte permitido vivir esta historia con Pedro?- pregunto a Luján ahora que están un poco distanciados y ella prácticamente echa mierda.

-Ni un segundo, me tomó tiempo aceptarlo pero yo lo amo a Pedro- contesta Luján segura de su amor.

-¿No te da como pesar que ahora que están peleados te esté faltando tú mejor amigo?- sigo con mi cuestionario.

-Todavía te tengo a vos y las chicas para ponerlo a parir- asegura Luján consciente de que tarde o temprano arreglarán sus diferencias porque están echos el uno para el otro.

-Entonces estoy jodida- susurro demasiado alto.

-¿Qué?, ¿a que se debe tanto interés?- desconfía Luján.

-A que soy tu amiga y me preocupo- disimulo hablando demasiado rápido.

-¿Y Felipe?, hace una eternidad que no hablas de él- insinúa Luján.

-Estoy esperando a que vuelva para que terminemos- confieso.

-Bien. Ahora que lo puedo decir en voz alta, nunca me gustó para vos- asegura Luján.

-Estoy enamorada de una chica- le cuento con la voz un poco rota.

-¿Y cuál es el problema? Vos sos abiertamente bisexual- afirma Luján

-Que no es cualquier chica- menciono preocupando a Luján.

-Mira no sé que tanto me quieres contar, pero si la quieres, adelante, el resto del mundo que se joda- aconseja Lujan

Estoy un poco preocupada por Felipe, me ha mandado un vídeo diciéndome que pase lo que pase tengo que saber que no me ha querido hacer daño, que tiene muchas respuestas para darme y que necesita verme cuanto antes pero nadie puede enterarse de la hora y mucho menos el lugar.

-Yo te acompaño- decide Paula después de ver el vídeo conmigo.

-A lo mejor solo está planeando una sorpresa, no creo que sea algo malo- intento quitarle la preocupación.

-Martina sos boluda, es obvio que este tipo tiene algo oscuro alrededor, siempre lo ha tenido pero a vos te tiene ciega- reclama Paula.

-Pues si es así no quiero que vengas- me enfado.

-Martina no te voy a dejar sola- grita Paula.

-¿Por qué soy boluda?- pregunto.

-Porque te quiero maldita sea- afirma Paula alterada y yo le callo la boca con un beso.

Nunca me había gustado tanto que me llamaran boluda y jamás un te quiero sonó tan real, pero viniendo de su boca comienza a tener más sentido. Yo le hago saber con mis besos que estoy igual de enamorada, que yo también la quiero más que a nada. Me dejo llevar y la recuesto en el sofá, lo cierto es que todos mis miedos se van al mínimo contacto de su piel y ya estoy cansada de pensar. Comienzo a dejar besos en su cuello y ella se retuerce de placer, un amago de discusión nos trajo a este nivel de excitación que no sé si quiero parar. Es Paula la que comienza a quitarme la ropa, mientras me siento sobre ella y el roce de nuestros cuerpos me hace temblar. Cuando creía que no nos paraba nadie Paula siente que están abriendo la puerta y me tira al suelo.

-Martu- grita Clara encontrándome prácticamente en el piso y a Paula con las manos en la cabeza desde el sofá.

-Que hacés- le reclamo por entrar así a mi casa.

-Estás bien, ¿se están peleando?- pregunta Clara sin enterarse de nada.

-Si justo, peleando- me levanto del suelo enojada con la vida porque nos acaban de interrumpir.

-Es que por lo visto la terquedad viene de familia- reacciona Paula.

-Vos necesitás a alguien que te quiera Paula, que te quite ese mal genio, nosotras no tenemos la culpa- ataca Clara.

-Déjala en paz, ella no necesita a nadie- la defiendo.

-Tan rápido se reconciliaron- menciona Clara cruzada de brazos.

-Podés parar- digo a la vez con Paula

Es muy incomodo esto de tener que aparentar, nos llega a pillar alguien con una pizca de sentido común y estamos fritas, pero por suerte Clara anda demasiado envuelta en su nube como para darse cuenta de esta tormenta. Después nos reímos un poco de la situación  y mi hermana se queda mirándonos con desconfianza.

-¿Estaban fumando?- cuestiona Clara.

-Ah no, Clara te juro, que si tuviese la medalla olímpica de la pelotudez te la daba amiga- responde Paula.

-Martina mírame- ordena Clara sujetándome el rostro.

-Dejate de joder- no puedo parar de reírme.

-Ustedes dos están demasiado grande para esto- reclama Clara y las dos no podemos parar de sonreír, pero no tiene nada que ver con ninguna droga.

Por supuesto que me preocupa tanto misterio, comienzo a repasar cada momento con Felipe, desde la primera vez, como apareció así de repente en mi casa después de chocarme el auto, quizás no fuese casualidad, quizás se acercó a mi por lo de la estafa, su insistencia en hablar del tema, en lo de Fauto, claro que siempre fue muy lindo conmigo, pero y las llamadas, se que puede ser peligroso pero si me hubiese querido joder ya lo habría echo.

-No sé si esté dispuesta a escuchar que me mintieron otra vez- confieso a Paula mientras estoy recostada en sus piernas desde el sofá, ahora más tranquilas y ella me acaricia el pelo con ternura.

-Ojalá poder decirte que todo está bien Martina, o que será la última vez pero la vida es así, por suerte siempre quedan buenos momentos- aconseja.

-Por suerte estás vos- afirmo mirándola a los ojos.

-Entonces no me pidas que de un paso atrás....

Continuará...

Vos sos el amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora