POV Paula
Martina me provoca cosas que yo ni siquiera sabía que llevaba dentro, es tan insoportable y tan bello a la vez, está corriente que no sé si parar o aumentar la velocidad a un nivel ya que estoy segura que nada podrá salvarme. Me gustan sus ojos porque tienen algo que no hace más que quedarse conmigo, como ese libro favorito que dormía debajo de mi almohada porque no estaba dispuesta a dejarle ir. Me encanta el poema de sus cabellos cayendo lentamente sobre su espalda, lo bonita que luce a toda hora, cuando duerme, o cuando lleva veinticuatro horas sin dormir, cuando piensa, o cuando habla sin parar, amo sus luces y sus sombras y ya no lo puedo ocultar. Cuando estamos a solas todo es más hermoso, la intimidad nos envuelve, es como un baile en donde no queda más remedio que aventurarse aunque cambie cada dos por tres la melodía, y me comience a marear su aroma mezclado con el mío, ya no importa que nos unió o que rayos nos pretenda separar, pesa más el tacto de sus dedos sobre mis mejillas, la facilidad que tiene para inclinarse sobre mi nariz y cortarme la respiración. No sé si Martina es consiente de que estamos cruzando una línea que puede que jamás nada vuelva a ser igual, yo creo que si y por eso su sonrisa nerviosa y por eso también el temblor de mis manos cuando aprieto intensamente su cintura. Pero nos dejamos llevar y la cercanía de su boca comienza a alborotar mi rebeldía, y me vuelvo invencible como si estuviera en la cima del mundo, flotando sobre ciudades sin dueños. Llevo demasiado tiempo soñando con esto como para detenerme ahora. Martina pone su mano sobre mi corazón y no me da ningún tipo de vergüenza que lo descubra desbocado, quizás así pueda estar segura de esas cosas que no logro decirle con palabras. Es tanta mi mala suerte que apenas toco sus labios comienza a sonar la alarma de incendio y yo no sé mierda hacer, cierro los ojos maldiciendo mi suerte mientras Martina me arrastra hasta la calle para estar a salvo.
-Falsa alarma- menciona Martina sentándose a mi lado en la acera.
-Menudo quilombo- respondo aun nerviosa no sé ni cómo mirarla.
-Se ve que Felipe rompió algo el otro día estaba tratando de parar un sonido- aclara Martina.
-Claro Felipe, me alegra que todo esté bien. Ya me voy. Chau, nos vemos mañana- me despido rápidamente sin darle alguna reacción.
Algo debí hacer muy mal en mi otra vida para ser tan boluda en esta, llevo dos días huyendo de Martina después de estar a punto de besarla, debe creerme una idiota y le doy toda la razón. Incluso he faltado a nuestra noche de chicas porque no me podía permitir respirar el mismo aire que ella sin solucionar esto que vengo sintiendo, apenas escucho el nombre de Felipe, me bloqueo, ese flaco me agota la paciencia, sospecho de su persona mal, no lo aguanto y se que miente porque me lo dice todo y cada uno de mis sentidos, va más allá de mis celos, que también.
-Como vas de la migraña- pregunta Ines, han venido ella y Caro a verme después de haberlas dejado plantada.
-Mucho mejor- se me da fatal fingir.
-Martina estaba muy triste- comenta Caro.
-Que decís Carolina, te dije que lo dejaras- regaña Inés.
-Pero si no digo nada malo, solo que a Paula le gusta Martina y a Martina le gusta Paula pero no saben como hacer- insiste Caro
-Bueno basta, no quiero hablar del tema. Martina está con Felipe- exploto ante tanto comentario.
-Porque vos no moves fichas- insiste Caro.
-No la escuches, sabemos que a vos no te gustan las minas- defiende Inés.
-A mi no me gustan las minas, me gusta Martina- confieso irritada
-Ves- comenta Caro saltando victoriosa.
-¿Pero por qué no me dijiste antes? Soy tu amiga- grita Inés aún sorprendida.
-Porque es una locura, y porque no va a pasar nada- cuento con resignación
-¿Martina sabe?- pregunta Inés
-No lo hemos hablado, si esa es la pregunta- respondo.
-Y te preguntas por qué está con Felipe- comenta Caro indignada.
-Está con Felipe porque lo eligió a él, basta.
Roma me ha mandado un mensaje para quedar y estoy un poco preocupada porque no me ha dado muchos detalles, solo que vista elegante y encima no contesta mis llamadas, no me queda más remedio que ir al restaurante donde me citó y encima desesperarme un poco porque al parecer soy la primera en llegar y me comienzo a oler cualquier cosa. A los cinco minutos llega Martina y amago con levantarte pero ella sostiene mi mano y ese es mi final.
-No te vayas por favor, no te quiero perder Paula- ruega Martina, nunca había escuchado su voz tan quebrada y me enamoro también de ese pequeño detalle
-No me vas a perder Martina, estoy tratando de asimilar las cosas, necesito tiempo- agacho la mirada.
-Vos sabes que me puedes pedir cualquier cosa pero que me aleje de ti no puede ser nunca una de ellas- aclara Martina.
-Entonces olvida lo que pasó- propongo
-¿Quieres que olvide que estuvimos a punto de besarnos?- pregunta Martina mordiéndose inconscientemente el labio.
-Esto no es un juego Martina- casi que le suplico que deje de actuar así
-Yo no estoy jugando Paula, si vos quieres que lo olvide, yo lo olvido pero si me aseguras que habrá muchos más- insiste Martina.
-¿Momentos?- pregunto incrédula
-Y besos- afirma Martina mirándome la boca.
-Esto no va a salir bien- me lamento al ver que Martina sonríe sabiendo que me tiene en sus manos.
-Por lo pronto prométeme que esta noche vas a dejarte llevar y tendremos la cita perfecta- comenta Martina ordenando dos cervezas.
-Estás hermosa- me relajó un poco y por primera vez me permito repasar su cuerpo y ese vestido que lleva me corta de un tiro la respiración.
-Es un buen comienzo-sonríe Martina mientras brindamos ya con las cervezas en la mesa.
Continuará....
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Vos sos el amor
RomanceHistoria paralela de Paula y Martina (Separadas) Denle una oportunidad!