Maraton 1/ 4
10 de Septiembre de 2018
Dulce
Canadá, Bancuver
Hacía cinco días habíamos llegado a nuestra isla privada, mi esposo se ocupó de planear todo el viaje.
Nuestra mansión en esta bella isla era increíble. La frondosidad de los árboles impedian ver la mansión en nuestra isla, pero cuando nuestro avión se acercó más a la isla quedé impactada con la inmensidad de nuestro hogar para vacacionar. Christopher me ayudó a bajar del avión, uno de sus empleados bajó nuestro equipaje, los niños corrieron a la entrada de la casa, mientras yo observaba cada parte de esta increíble y lujosa mansión.
La entrada principal era una puerta arco con dos garajes, las puertas de madera marrón no permitía ver si allí habia dos autos. Se veía una puerta que unía al jardín, Christopher me tomó de la cintura y entramos a nuestra residencia.
En la plantaba baja se encontraba la cocina, el comedor, el salón, un baño y la biblioteca, Christopher me mostró algunos detalles como las escaleras de caracol, tenía seguro para que se evitara algún accidente. Los libros era algo que me apasionaba, no quise que Christopher me dijera que clase de libros había, pero la amplitud de la biblioteca me decía que allí tenía lo que quisera.Mi esposo nos presentó, a mis hijos y a mi, con nuestras cocineras. Eran amables y muy amigables, Christopher nos comentó que ellas se encargarían de la limpieza y la comida a la hora que fuera necesario. Excelente pensé, ya que desde que estaba de pie mi hijo tenía mucho apetito, y sobretodo tenía antojo de helado de chocolates blanco.
Mientras mis hijos se iban con nuestras empleadas a la cocina, Christopher me llevo a la planta alta. En ella se podían ver cinco dormitorios espaciosos, la habitación principal era nuestra con una cama king preciosas y un covertor negro que dejaba muy elegante nuestra habitación. Las demás eran para invitados, y dos pertenecían a Alexander y a Olivia.
La plata alta además tenía dos baños inmensos, y para sumar cada cuarto tenía su propio baño privado. La mansión era increíble.
— ¿Esto es nuestro? — me tiré en nuestra cama.
— Si, todo nuestro — respondió mi esposo tirándose a mi lado.
— Christopher, puedes traerme helado — toqué mi vientre.
— Claro, amor. Ya vengo— dejo un corto beso en mis labios y se fue dejándome sola.
No estaba muy convencida de este viaje, a veces pensaba que no era lo correcto estar con un desconocido, pero luego recordaba que él era mi esposos.
Mi madre me había ayudado a empacar todo, estaba entrando a mi octavo mes de emabrazo lo que significaba que debíamos estar preparados. Mi mamá me ayudo a traer lo necesario por sí acaso, aunque con Christopher habíamos acordado que en caso de que nuestro hijo quisiera nacer ibamos a volver a Londres. Pero lo que andaba dando vueltas en mi cabeza todo el viaje hasta la isla fue la platica que tuve con mi madre.
Flashback
Alexander y Olivia habían ido a su último día de clases junto con Christopher, mi psicólogo aún no me dejaba ir a lugares como esos ya que decía que sería muy difícil para mi que las personas tratarán de hacerme recordar algo que mi mente había borrado temporalmente.
A veces me sentía enojada, quería saber como apareció Christopher en mi vida, y porque Ramiro estaba allí.
En las noches cuando me acordaba de Ramiro la angustia inundaba mi corazón y derramaba lágrimas en silencio, luego veía a mi esposo dormir abrazado a nuestro bebé, y me decía a mi misma que no podía permitirme lastimarlo. El poco tiempo que estaba conociendo al hombre que decía ser mi esposo, me había demostrado que de verdad me amaba. Estaba pendiente de mi, y casi no iba a sus reuniones por estar en cada control o cita con mi equipo médico, era un encanto.
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HISTORY OF ROYAL LOVE: You usually return
RomanceÉl no la amaba, ella sí. Sus vidas cambiaron en un instante. ° TERCER PARTE ° HISTORIA ORIGINAL