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Maratón 3/4

30 de Septiembre de 2018

Canadá, Vancouver

Dulce

Mi vientre estaba enorme, ya estaba entrando a la semana treinta y seis de gestación. Mi pequeño bebé ya estaba algo incómodo y yo también. Era difícil moverme o buscar cosas por mi, ahora Alexander y Olivia me ayudaban con mis zapatos o mi esposo se ocupaba de ello.

Mi esposo era un hombre precioso, estaba pendiente de cada detalle. Se ocupaba de masajear mis pies por la retención de líquido, de preparame mis antojos y hasta se ocupaba de los niños ahora que la mayor parte de mi día la pasaba acostada.

Christopher había sido comprensivo, aguantaba mis cambios de humores y jamás estaba de mal humor, eso me gustaba porqué a pesar de que había días en donde peleabamos él siempre se ocupaba de tranquilizarme.

Mientras mi esposo estaba en su oficina estaba recostada en mi habitación, la televisión se había vuelto algo aburrida, no andaban los canales de Noticias y mi teléfono siempre estaba apagado. Sólo tenía el número de mi madre y de mis hermanos. Después de un mes lejos de Londres había empezado a extrañar a mis amigos. Extrañaba los consejos de Kate, extrañaba las charlas de mujeres con Sarah y extrañaba comer con Roberto, mi mejor amigo había desaparecido desde que había salido de la clínica.
Quería saber de ellos, y la indicada era mi hermana.

— Hola Dul — respondió mi hermana entusiasmada.

— Hola Any ¿Cómo están?

— Estamos bien, que bueno llamas. Ya me estaba preguntando yo si los había tragado la tierra — río.

— No, no. Estamos disfrutando de la familia — suspire— Pero las extraño.

— Nosotras a ti.

— ¿Sabes algo de papá? — esa pregunta me aterraba ¿Porqué? Pues.. básicamente mi padre había desaparecido de mi vida desde que encontró una madrastra, nos enteramos que se había casado pero no sabíamos nada más.

— Él esta en Londres — susurró.

— ¿Qué? Pero.. ya lo viste ¿Cómo está?

— Mira, Dulce. Tienes que mantener la cordura y no dejar que te afecte — sus palabras me asustaron.

— Estoy... estoy tranquila— Tartamudeo.

— Si claro, te oyes tan tranquila— dice irónicamente.

— Vamos Any, estoy bien. Lo juro.

— Okey, papá volvió a Londres Por que quiere vender la finca de Alphor — mi sorpresa fue grande, mi padre quería vender nuestra propiedad y no había preguntado por mi... No sabía que pensar.

— ¿Pregunto por mi?

— Sólo para saber si tú y Christopher querían comprarla — respondió algo triste.

— Cuando estemos en Londres nos cominicaremos con él— respondí desganada.

— Cambiemos de tema — dice tratando de levantar mi ánimo, pero es imposible. No entiendo cuando cambio tanto el amor de mi padre por nosotros.

— Si — garraspeo tratando de correr la angustia que causa que mi padre— Te llame para... para preguntarte por mis amigos.

— Kate y Sarah estuvieron con mamá hace unos días, estaban esperando noticias tuyas pero nadie sabía nada.

— Me imaginaba— sonrío — Si las ves diles que pronto volveremos a Londres.

— ¿Cómo esta mi pequeño?— pregunta dulcemente.

HISTORY OF ROYAL LOVE: You usually returnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora