Febrero 20 de 2019
Londres, Winsor.
Dulce
La mañana en Winsor era más tranquila, por la ventana invadia los primeros rayos del sol y los pájaros anunciaban el amanecer de un nuevo día.
Mis ojos estaban pesados, luego de varios días con la mudanza había quedado exhausta, lo que provocaba que en la mañana diera vueltas en nuestra cama.La noche anterior habia disfrutado de los besos y caricias fervientes de mi esposo.
Nuestra relación se convirtió en algo indeleble, millones de personas estaban en contra de nuestro amor pero logramos encontrar la manera de ser felices a pesar de ello.
Christopher había noches en las que se acostaba exhausto y preocupado por los protocolos que se interponian a la anulación de nuestro divorcio, aunque ambos sabíamos que sólo era cuestión de tiempo. Faltaban dos meses más para nuestra renuncia definitivamente a la Familia Real, y era algo que anciabamos por que llegue.Unos besos húmedos comenzaron a recorrer mi espalda desnuda, descendieron hasta el nacimiento de mi trasero y ascendieron nuevamente hasta uno de mis hombros. El aroma varonil de mi esposo me debilitaba al punto de quedar a merced de sus caricias.
— Amor...— susurró Christopher mientras besaba el hueco de mi cuello.
— Christopher... debo ir a la finca de mi padre — dije entre quejido por sus deliciosos besos.
— Prometo que será rapido — musito cariñoso.
Christopher se acomodó sobre mi, con una sonrisa sensual acompañado de su cabello revoltoso. Entrelace mis manos entre su cabello, tratando de acomodar sus rizos rebeldes.
— Rápido, mi amor. Tengo una reunión — advertí. Christopher asintió.
Mi esposo bajo sus besos a mis senos, disfrutando el contacto de ellos con sus labios. El calor y la sensualidad que despedía sus labios en mi cuerpo que encendía. Christopher se acomodo entre mis piernas, rozó su parte baja con mi vientre demostrando lo que yo provocaba en él.
Con suavidad, mi esposo se deshizo de mi ropa para luego dejar su boxer aún costado de nuestra habitación.
— Te amo — murmuró sobre mi hombro.
— Yo a ti — respondí absorta en las sensaciones que mi esposo provocaba en mi cuerpo.
Christopher se estiró hasta su mesa de luz para tomar un preservativo, en cuanto lo tuvo en su poder no tardo en colocarse la protección.
— ¿Lista? — pregunto mientras se acomoda entre mis piernas.
— Siempre estoy lista para ti— sonreí.
Él pego mis labios con los suyos, y en menos de un segundo estuvo dentro de mi. Cada vez que estabamos juntos se sentía como nuestra primera vez, pero la diferencia en esto era la entrega que cada uno le daba al otro.
Christopher se tomaba su tiempo para hacerme sentir amada, segura, deseada y completa. Amaba a este hombre.El calor y la conexión que desprendía el roce de nuestra piel jamás la había sentido antes, sólo con él. No era sexo, era amor lo que producía este encuentro tan íntimo y lleno de amor.
Christopher me embestia con tanta dedicación que me enloquecia, estaba al borde del éxtasis más profundo que hacía tiempo no sentía. Clave mis dedos en los brazos de mi esposo, sus músculos trabajados y duros me sostenían del placer que este bello hombre causaba con cada movimiento.
Él gemia sobre mi cuello, yo no aguantaba un segundo más pero también quería ser la generadora del placer de mi esposo.
— Mi turno — susurre poniendo mis manos sobre su pecho. Hice que se acomodara en su lugar, y me sente sobre sus piernas.
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HISTORY OF ROYAL LOVE: You usually return
RomanceÉl no la amaba, ella sí. Sus vidas cambiaron en un instante. ° TERCER PARTE ° HISTORIA ORIGINAL