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Maratón 4/4
Octubre 9 de 2018

Londres

Christopher

Volver a Clarence house fue la peor decisión, la reina estaba totalmente enfadada y se sentía traicionada. No sabía que hacer, estaba entre la espada y la pared, debía asistir a la reunión con ella si o si.

Mientras tanto mi esposa difrutaba de sus últimos días embarazada, hacia dos días habíamos ido a St. Mary para el último control y las noticias fueron estupendas, y era que en cualquier momento nacería.

— Su Alteza Real, su Majestad lo espera en su oficina— mientras pensaba que hacer o decir, sólo pensaban en lo mejor para mi familia. Caminé por el pasillo donde una vez vi a Dulce alejarse de mi, porque me odiaba, porque la lastime. Pero ahora era todo lo contrario, ella me quería cerca y amaba eso.

Mientras pensaba como explicarle a mi madre que no dejaría a Dulce, y que estaba pensando en casarme nuevamente con ella escuche la voz de la Reina madre y de Natalia, me acerque hasta la puerta.

— No puedo creer tu incompetencia Charles, sólo debías lograr que ese maldito automóvil se diera vuelta, pero no... la déjaste viva y mataste al otro idota.

— Yo le pagué su Majestad, pero él no hizo su trabajo — dijo Natalia.

— Su Majestad, nosotros atropellamos el automóvil y salimos de allí, tratamos de ser discretos. No podíamos ver si habíamos logrado su cometido.

— Sólo debías matarla ¿Tanto trabajo era? Ahora mira en el problema que nos metiste, mi nieto está con ella y agradece que ella perdió la memoria porque si te vio en el accidente estamos muy mal — dijo mi abuela enfadada.

— Yo sólo quería que Christopher volviera conmigo, pero no me quiere en su vida — se lamento Natalia.

— Ya encontraré una solución.

Me aparte de la puerta aturdido y confundido, no podía creer que todo el accidente de mi esposa había sido planeado. Dulce había estado a punto de morir sólo por culpa de un título, de un Reino. Esto era demasiado.

Caminé a paso apresurado hasta la oficina de mi madre, al irrumpir en ella Martín quiso detenerme pero mi madre pidió que se retiré.

— El accidente.. ¿Tú ... los sabías? — dije con dificultad.

— No entiendo— se sacó las gafas.

— El accidente de Dulce era para sacarla del medio —subí mi tono de voz— ¿Tú lo sabías?

— ¿Cómo sabes eso? — el tono de voz de mi madre era neutral. No sabía si ella también estaba dentro de este macabro y deshumanizado plan, o quería saber que sabía.

— Responde— sentencie. Ella tomó aire, y se recosto en su silla de terciopelo rojo con detalles de oro.

— No quiero que me culpes sin antes escucharme — al oir esas palabras los entendí, todo esto fue ideado por ellas dos. La crueldad del humano no tenía límites, un reino no podía ser manchado pero si podía mancharse las manos de sangre. Casi había perdido a la madre de mis hijos y a mi hijo, pero sólo para estas personas importaba una cosa, y se resumía en una corona.

— Cállate — grité, era la primera vez que sentía una furia inexplicable hacía la mujer que me había dado la vida, esa mujer que estaba sentada en su silla estaba sorprendida. Y yo no la reconocía— No te voy a escuchar.... Sabes algo, madre, su Majestad o Reina... Esa mujer que ahora está en mi casa descansando mientras piensa con ansias en conocer a mi familia... esa misma mujer logró que todo este maldito reino fuera amado nuevamente. Esa mujer ahora esta con su mente perturbada sin recordar o entender nada, sólo por ser amada por mi. Esa mujer sufrió las peores humillaciones, por ti, por mi, por mi abuela y por Natalia, pero esa bella mujer sigue amando a pesar de ello.
Jamás pensé que mi madre llegaría a hacer tal crueldad — ella agacha su mirada— Casi matas a mi hijo ¿Lo sabías?

HISTORY OF ROYAL LOVE: You usually returnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora