Enero 2 de 2019
Londres, Casa de Winsor
Christopher
Las fiestas navideñas fueron por separado, Dulce aún seguía algo extraña conmigo. Le había pedido tiempo, necesitaba pensar la propuesta que ella me había hecho.
Años atrás si me hubieran dicho que estaría en mi oficina meditando sobre la corona, tal vez decía que estaban locos. Pero éste no era el caso, Dulce quería que le demostrará mi amor por ella y lo que me pedía era lo más duro que jamás, en mi remota vida, pensé meditar.
Cuando comencé a enteder que no era un niño más me hice la idea de vivir en Palacios, de manejar contratos y tener vuelos privados, mi error fue pensar que ser Príncipe me hacía especial. Era especial para el pueblo, pero pronto entendí que para mi alrededor era su trabajo.
La vida lujosa no era lo que todos desearían, la vida en un Palacio llenos de protocolos y una educación estricta logró que cometiera tantos erros que fueron golpes colaterales para mi. Pero lo importante es que había aprendido. Muchas veces la lecciones terminan siendo otro ante paso a un nuevo error, claro que yo cometí un error tras otro, hasta que entendí lo que mi corazón le decía a mi razón. Entendí que mi cerebro sólo recordo un amor, pero jamás puede ver que el amor de mi vida estaba cada noche durante doce años a mi lado, me había encerrado en una monotonía por miedo y por capricho que sólo lastimó a Dulce y a mis hijos, ahora debía pensar cada movimiento. Ya no quería seguir siendo la piedra para mi familia, yo quería ser un orgullo para ellos.
El sonido de golpes apresurados lograron sacarme de mis pensamientos, era extraño que Karl o Josh estuvieran tan apurados por que los atendiera.
— Adelante— dije dejando a un lado uno de los libros que estaba leyendo. Sarah Ferguson de York entro a mi oficina, dejo su abrigo a un costado y sin invitación alguna se acomodó frente a mi.
— Vamos al grano ¿Porqué volviste con mi amiga? — prendió su cigarro mientras esperaba mi respuesta.
— Duquesa de York — me acerque a su lado y le tendi mi mano para saludarla, ella aceptó mi saludo y continuó esperando a que hablara— No creo que eso sea de su incumbencia — me senté nuevamente en mi lugar.
— Lo es — saco el humo de sus pulmones — Nosotros tuvimos que verla sufrir por ti. Nosotros hicimos el trabajo sucio de abrirle los ojos, y sobretodo nosotros soportamos todas las estupideces que hiciste — posó sus brazos en el escritorio— Sólo quiero saber que tan grande es tu seguridad al pedirle que vuelva contigo Christopher ¿Qué es Natalia para ti ahora? Y ¿Porqué Dulce? ¿No hay alguien más? — al escuchar sus palabras entiendo lo importante que es Dulce para Sarah de York.
— Natalia es un pasado que ya enterre, Dulce es mi presente. Sarah, me equivoque terriblemente al dejarla y lo sé... pero ya no pienso dejarla, ya no. Somos... somos magnéticos, ambos tenemos amor, un amor tan inquebrantable que a pesar de lastimarnos, volvemos. Ella y yo, somos intensos, pero todo lo complicado que tenemos a nuestra alrededor vuelve este amor consumidor. La amo, Sarah. La amo. — ella estudia por un momento mi expresión corporal.
— Sí es así, entonces es momento de dejar atrás todo — pone un sobre en el escritorio — En la entrada estaba Natalia y me pidió que te diera esto. Sí dices amar tanto a mi amiga lo correcto es que lean juntos esto — se levanta de su asiento— Por cierto Dulce viajo a París, necesitaba hablar con el Padre de Ramiro.
Sarah se retira dejándome en shock, Dulce jamás me informó su viaje a París lo que me hace pensar que hay algo que ella oculta. No sé si esta bien, pero siento envidia y celos por su difunto ex novio, aún no entiendo que tuvo él que yo no tenga para que ella se entregué por completo a esto.
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HISTORY OF ROYAL LOVE: You usually return
RomanceÉl no la amaba, ella sí. Sus vidas cambiaron en un instante. ° TERCER PARTE ° HISTORIA ORIGINAL